삼십이 - Juntos

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-¿A dónde vas ahora?- cuestionó la Reina quién observa a su hijo menor alistando sus cosas -Desapareces días enteros luego de tus entrenamientos ¡La gente ya comenta cosas!-.

-Mamá solo voy a descansar por ahí, ¿Es mucho pedir tiempo a solas?-.  Contestó mientras se colocaba el reloj.

-El problema no es que salgas, el tema aquí es que es como si te tragara la tierra-.

Jungkook se acercó a su madre -No me gusta ser vigilado día y noche, soy un adulto, necesito respirar de las reglas... si tu preocupación es que vaya de cabaret en cabaret o algún vicio te aseguro que no es así-.

-Hijo- habló más suave tomando la muñeca de su retoño -Dime la verdad, estás muy extraño desde lo que pasó con la Princesa Meredith ¿Haz marcado a alguien? ¿Tienes una pareja?-.

Los ojos del principe temblaron pero aquél reflejo no impidió que de su boca saliera una mentira -No madre, aún no-.

La Reina suspiró -Hace no mucho tus ojos brillaban como un pequeño cervatillo, siempre eras honesto y gentil ¿Qué ha sucedido Hijo?-.

-Pasó que me he equivocado- observó con nostalgia su habitación. -No soy el Príncipe perfecto que todos dicen que soy, cometo muchos errores, y varios me han salido a grandes costos-.

-La semana pasada fue tu celo y los alfas que estaban de guardia dijeron que ha sido de los peores que has tenido y que querías escapar, no soy una idiota Jeon Jungkook-.

Negó tratando de bajar el perfil a la conversación -No hubo nada extraño-. Se coloca un saco de color negro luego de meter su camisa dentro de sus pantalones -Madre no te preocupes por mí, te juro que no es lo que piensas-.

-Lo que pienso es que haz marcado a alguien, es la única explicación que tengo para tu insistencia en salir del castillo- habló lo suficientemente seria para que su hijo le observara a la cara -Tu lobo te exige visitar a tu pareja-.

Jungkook se acerca con pasimornia a su progenitora dándole un beso en la frente junto a un abrazo -No te preocupes mamá-.

-La próxima semana debes asistir a muchas reuniones, si dices la verdad no tendrás problema para aguantar aquí- correspondió el gesto de forma cariñosa -Solo estoy preocupada-.

El joven suspiró lastimero -Lo sé Mamá-.

Wooyoung observaba la caja que su amado novio le dejaba sobre la cama con una sonrisa de oreja a oreja -¡Ábrelo!-.

-Muchas gracias, no es necesario que me traigas regalos- la lobita se acercó a su pareja para dejar un beso en su mejilla, gesto que simplemente agitó el corazón del Príncipe. Volvió en sus pasos para ver el contenido del presente, un vestido tan caro y bonito que le podría dejar con ceguera.

El castaño al que el cabello ya le había crecido hasta los hombros se sintió orgulloso por la expresión de su sub omega -Hoy saldremos por lo que me gustaría que uses ese vestido-.

-¿Salir? ¿Dónde?- cuestionó confundida -No puedo ir al reino-.

Negó fervientemente -Iremos a una fiesta de máscaras lejos de aquí; nadie sabrá nuestra identidad... podríamos ser una pareja normal ante el resto-.

Young miró a su principe no muy feliz -¿Y si alguien nos descubre? Namjoon y Seokjin no estarían felices con esto-. Jungkook apretó los labios, le gustaría que ella le tuviera tanto aprecio a sus ideas como a las órdenes que le daban sus amigos/hermanos. -Sé que es repentino, pero, no quiero que estemos encerrados siempre, quiero tener miles de vivencias contigo...-.

La pelinegra sintió en su pecho cierto resquemor proveniente del chico, acortó la distancia para escuchar el corazón del Alfa -Si confío en ti-. El muchacho se avergonzó de tener pensamientos tristes por lo que terminó uniendo sus labios traduciendo que el cariño que le tenía era mucho más grande que sus fantasmas.

-¿Y las máscaras?-.

Apuntó la caja -Están junto a los zapatos-.

Young accedió acompañar a su Alfa, se sentía curiosa acerca de las fiestas a las que siempre se le habían prohibido asistir, más aún, con él. No tardó demasiado en arreglarse, jungkook había llevado inclusive maquillaje que le había pedido comprar a su fiel sirvienta Anhae.

Cabalgaron contra el viento durante el anochecer, dejaron que  la brisa se llevara sus preocupaciones confiando en que todo saldría bien. Llegaron a un bosque cercano donde dejaron al corcel del Príncipe, lo suficientemente bien escondido para que nadie lo pudiera ver desde el camino, cargó a su amada para evitar que se lastimara en el camino, platicaron con una libertad envidiable, hasta sus risas lograban traducir lo importante que era toda la situación.

Para evitar presentarse ante la comarca ingresaron al recinto donde la ceremonia se efectuaba, de forma prácticamente ilegal se colaron por una ventana.

Ambos fueron cautelosos, lograron pasar desapercibidos, todo era perfecto, no llamaban mucho la atenció, además de uno que otro comentario que festejaba  la belleza y educación de la pareja, aún sin siquiera sospechar que en aquella celebración de oligarquía, había una sub omega y un Príncipe de Petran disfrutando como cualquier otra pareja.

Wooyoung ahora era cubierta con el único aroma que era capaz de percibir, por lo que no debía preocuparse de que un extraño tratase de tocarla o acosarla. Jeon disfrutó y bailó cada pieza con su novia, un par de tortolitos enamorados que como nunca estaban enfrascados en su propio mundo.

Durante la vuelta de un vals wooyoung fue capaz de reconocer a un miembro del concejo de Petran, debido a la expresión de sus ojos y labios su pareja logró traducir su repentina preocupación. Observó con precaución el punto que tenía tan nerviosa a su compañera comprendiendo su grado de complicación. Con tranquilidad susurró al oído -Younnie, sígueme-.

Antes de que alguien pudiera sacar conclusiones, los enamorados salieron juntos por una puerta que dirigía al jardín de aquél palacio, tomados de la mano, juntos, salieron de aquella fiesta, corrieron envueltos en risa y buena energía como dos adolescentes colina arriba en busca del fiel corcel.

-¡Estás loco!- la mujer observó los ojos del contrario con zumo cariño. Él sonrió antes de robarle un beso mientras le tomaba en brazos. Permanecieron enlazados el uno al otro algunos minutos, disfrutando de las pequeñas cosas que les daba la vida.

-Vamos a casa- murmuró cerca de su oído haciéndola estremecer, asintió embelesada mientras volvían a montarse al caballo en rumbo a un extenuante viaje hacia la choza a la cuál le decían hogar.

Durante esa noche ambos se fundieron en una segunda oportunidad, porque para aquellos jovenes lobos pasaría un tiempo antes de que se volvieran a ver. El torneo estaba por comenzar.

...............
Faltan 2 meses para salir de vacaciones t-t matenme.

My Time |Jeon Jungkook| OmegaverseWhere stories live. Discover now