십오 - 20

1.8K 226 54
                                    

Es 1 de septiembre el reino celebra una fecha tan importante como la misma coronación del Rey, el cumpleaños número 20 del Príncipe Alfa de oro se hace presente. El salón principal del castillo no da a vasto con todos los obsequios que reinos cercanos, altos mandos, oligarquías y el pueblo dejaban al monarca.

Jimin sonrió al ver a su amigo tan nervioso -¿Los cumpleaños no deberían ser divertidos?-.

-En mi caso están llenos de "protocolos"- contestó haciendo un gesto de hastío -Príncipe debe firmar esto, debe inagurar esta tienda, pongase aquí, no haga eso... blablabla- cerró los ojos mientras dejaba salir un suspiro -Y nisiquiera estoy hablando de los viajes, entrenamientos y enfrentamientos a los que...- sus palabras fueron disminuyendo volumen, olvidaba que debía ser más cauto con lo que decía en especial cuando hablaba con Park Jimin, al ser un sub alfa no le dejaban participar en combates menos como miembro del ejercito.

Su hyung delimitó a sonreír amable -Está bien si me hablas de eso, no es el fin del mundo ser apartado de ciertas cosas-. Jungkook le observó algo apenado y aunque quizo decir algunas palabras de aliento, el concejero les interrumpió.

-Príncipes lamento la intromisión pero necesitamos que su majestad  Jungkook en el salón de invitados- el hombre mayor era un alfa antiguo, le lanzó una mirada llena de desdén al de más bajo rango. El más joven decidió acompañar al anciano disculpándose con su hermano de otra madre por no poder continuar su charla.

La chica sonrió con genuina alegría al ver aquél obsequio que tanto le había costado conseguir. Anhae pudo sentir el buen humor de su amiga -El señor Namjoon me lo entregó en el pasillo, te deseó mucha suerte, mencionó que la persona que lo encontró fue de hecho el señor Taehyung-.

-Les agradeceré de corazón este gesto- su pecho se sentía lleno, hace unos meses el príncipe le había invitado a dar un paseo por el pueblo, aunque lo hizo de forma sincera y buscaba solo darle un momento de libertad, no todo lo que ocurrió fue bueno, la gente del pueblo la creía trasparente y a la vez insultable... pero lo que se quedó en su memoria de ese día fue que el príncipe observó por largos minutos una caja musical que reproducía una melancólica melodía, aún cuando si él hubiera dicho públicamente que quería aquél objeto probablemente el dependiente de la tienda se lo hubiera regalado solo por ser el príncipe más importante e inclusive él mismo pudo haberlo comprado, el dinero no era un problema más no lo hizo.  Porque el Príncipe Jungkook nunca decía ni hacía lo que quería, no molestaba a nadie, no pedía nada, era un monarca ejemplar, el joven bueno, hasta su trabajo liderando el área de defensa del reino era magnífico, el príncipe perfecto. Esa misma perfección le limitaba a no poder disfrutar las cosas más pequeñas de la vida.

Cada día que pasaba Jungkook cambiaba, físicamente ahora parecía un alfa totalmente, con rostro de un niño inocente pero con la fuerza y presencia de un guerrero de primera línea, pero no era solo lo físico, poco a poco Wooyoung notaba como su persona estaba cambiando, estaba tan tranquilo y cansado pero nadie notaba esa parte de él.

-Espero que le guste- murmuró ruborisandose. La mucama a su lado se rió cómplice mientras sacudía las sábanas.

-Lo quieres mucho ¿no?-.

La muchacha del extenso cabello negro recogido en una coleta asintió avergonzada -Mucho-. Lamentaba no poder haberlo visto o al menos lograr cantarle el feliz cumpleaños, acostumbraba desayunar con los reyes en fechas especiales


¤

La bella muchacha a la cuál Petran aborrecía caminaba algo decepcionada en dirección a la habitación de su amo, no pudo siquiera tener la idea de cruzar el gran salón de fiestas para felicitar personalmente al joven, y si es que se le presentaba una sola oportunidad de acercarcele en algún pasillo siempre estaba acompañado por algún concejero o la princesa Meredith y su hermana.

My Time |Jeon Jungkook| OmegaverseWhere stories live. Discover now