20

367 38 5
                                    

En el aula todos miraban al lobo, y no era para menos, pues era gigante, la profesora cebra fue la que más atención le presto, el cambio era radical, debía comentarlo con las autoridades de la escuela.

El lobo fue a la cafetería y las miradas indiscretas seguían al lobo por todos lados, miedo y prejuicio el lobo lo sentía en todo lugar y a toda hora.

Legoshi caminando por los pasillos de la academia se encontró con Tafari, el elefante del gabinete escolar.

_"Oh, Legoshi,  te estaba buscando, podrías acompañarme, tenemos que hacerte la prueba anual general para los carnívoros"_ la tranquilidad que manejaba el elefante era digna de admirar, parecía que hablará en cetáceo.

_"Está bien"_ el lobo siguió al elefante hasta una sala similar a la enfermería, había una báscula que también te media, una especie de máquina con un mango que sobresalía.

_"Por favor señor lobo, quitese la camisa"_ la doctora era una leopardo joven, su figura era excepcional, cosa natural en los leopardos.

Legoshi se aflojó la corbata, y desabotono su camisa, se quito todo dejando su torso desnudo, la cantidad de cicatrices sorprendió tanto a Tafari como a la doctora leopardo.

La doctora reconoció todas esas heridas al instante, sabía que ese lobo no era alguien con quien se debía jugar.

_"Llamame Legoshi"_ le dijo a la doctora, esta le sonrió.

_"Esta bien Legoshi, por favor suba a la báscula"_ la leopardo le aviso al lobo lo que debía hacer.

Legoshi se subió a la máquina y la leopardo con una pequeña escalera y bajó  el altímetro hasta que quedó sobre la cabeza del lobo, la máquina estaba preparada para medir osos, pero Legoshi ya pasaba la altura de un oso común, solo se veía superado en altura por el oso pardo que podía llegar a medir tres metros.

_"Dos metros con cincuenta y tres centímetros, eres el lobo más grande que ah venido a esta academia y el más musculoso también ah y el más pesado con ciento noventa y dos kilos de puro musculo, deberías estar orgulloso, muy poca gente tiene una genética tan buena"_ la doctora estaba asombrada, Tafari tenía una mirada sombría, y anotaba datos en una libreta.

Legoshi se bajó de la máquina y siguió a la doctora hasta la máquina con la protuberancia en forma de mango.

_"Bueno Legoshi, esta es la última prueba, debes morder con toda tu fuerza aquí"_ dijo la leopardo señalando el donde debía morder.

Legoshi se puso serio y abrió sus mandíbulas, se acercó a la máquina y mordió con todas sus fuerzas, la máquina empezó a levantar números hasta que se estabalizo.

_" Mantenlo ahí por favor"_ dijo la doctora al lobo mientras ojeaba los números, ni hace falta decir que estaba sorprendida.

La leopardo anotó todos los datos registrados en una hoja y después hablo con el lobo.

_"Impresionante, la mordida del lobo gris normalmente es de doscientos kilos, puede estirarse hasta los seiscientos kilos si se defienden a sí mismos, tu tienes una fuerza de mordida de seiscientos kilos de forma base, creo que podrías pasar la tonelada si te lo propones, da algo de miedo ¿no? "_ la doctora le sonrió al lobo de una forma nerviosa, si no fuera por que el elefante está estaba allí  ella ya habría salido corriendo de miedo.

Legoshi le sonrió de vuelta a la leopardo, está apretó los dedos de sus pies dentro de los zapatos.

_" B-Bueno, con esto concluye el examen anual, Tafari ya pueden retirarse"_ parecía algo nerviosa la leopardo, pero el lobo se levantó y se fue seguido del elefante.

La leopardo ya sola cayó sobre sus rodillas, la presión en el momento que el lobo le sonrió fue tanta que todos sus instintos le decían que seguro moriría.

Legoshi camino de vuelta al salón saludando al elefante, Tafari le devolvió el saludo y se fue por los pasillos.

El lobo se sento en la clase de profesora cebra y de nuevo sintió las miradas de todo el mundo sobre su ser.

...

Legoshi estaba sobre la tramoya en el club de teatro, allí estaban hablando sobre que se acerca el festival del meteoro, querían hacer un gran festival, el lobo dejo de prestar atención a lo que decían después de un rato.

Los animales dentro del club se fijaban en el tamaño del lobo, incluso Louis estaba sorprendido, el lobo no había bajado de la tramoya en ningún momento.

Legoshi miraba su teléfono, la vida en la escuela era buena, pero sentía que no era lo mismo, aplicó para el segundo año y entro en la academia, pero la tranquilidad del lugar y el hecho de ir y venir del mercado a la academia lo hacía sentir fatigado.

Abrió su SMS y le envió un mensaje a Ten , había decidido que ya no quería estar en la escuela, el lobo solo quería pasar el resto de sus días junto aquella zorra que lo aceptó por como es y no por lo que fue.

Llegó la hora y el club estaba cerrando, Legoshi bajo de la tramoya y se dirigió a la habitación de caninos 701, puso a cargar su teléfono y se hizo bolita en la cama, ya no disfrutaba el ir a la escuela como antes.

Legoshi despertó al alba, se preparo un café, tomó su teléfono y en una mochila puso sus trajes, agarro un papel y un lápiz, comenzó a escribir una carta, cuando terminó la dejó sobre la mesa siendo sostenida por su taza de café a medio tomar.

El lobo se tomó su remera de manga larga y la dejó sobre el golden labrador, esa remera ya no le servía, después de todo ya casi nada le entra, con suerte los trajes y estarían apretados.

Con su mochila salió de la habitación, pero recordó que había dejado algo en la lavandería de la escuela, por lo que se dirigió hasta allí.

Market DogWhere stories live. Discover now