Tanto por sin ataduras

Capítulo veintiséis El regreso del señor oscuro

Severus caminó por el pasillo después de haberse separado de Barty en algún momento anterior. Barty se había retirado a sus habitaciones sabiendo que Dumbledore lo llamaría pronto cuando se enterara por Severus sobre el supuesto regreso del Señor Oscuro. Dumbledore querría reunir a sus seguidores más confiables y leales a su alrededor cuando se enterara de que Voldemort había regresado.

Severus sabía que habría parecido sospechoso si él y Barty disfrazados de Alastor "Ojoloco" Moody aparecieran juntos. Después de todo, Severus Snape era un ex-Mortífago conocido y Alastor Moody odiaba a todos los Mortífagos, incluso a Severus, quien fue autorizado por el propio Dumbledore. Mientras tanto, Severus desconfiaba del ex-Auror que se sabía que estaba buscando la sangre de todos los Mortífagos que, como Severus, habían escapado a la justicia.

'Chocobolas,' Severus se burló.

Dumbledore constantemente establecía dulces contraseñas temáticas que no tenían sentido. Severus sabía que cualquier primer año distraído podía adivinar la contraseña. Muchos lo habían hecho a lo largo de los años. Severus se preguntó por qué Albus incluso se molestaba en tener una contraseña que cualquiera pudiera adivinar.

También podría tener una oficina abierta como la de Severus para que sus Slytherins pudieran acudir a él en cualquier momento del día. La única vez que la oficina de Severus estaba cerrada era cuando Severus no estaba presente debido a clases, dormir, patrullar o comer.

'Severus,' saludó Dumbledore.

Severus no dijo nada, solo le golpeó el brazo y se subió la bata. Se mostró claramente la Marca Tenebrosa clara como el día en que se hizo, aunque no ardía de negro como lo haría cuando el Señor Oscuro los llamó. El rostro de Dumbledore se puso muy sombrío mientras examinaba la Marca Tenebrosa al darse cuenta de lo que significaba.

"Parece que el Señor Oscuro ha regresado", dijo Dumbledore con gravedad.

Severus no dijo nada sabiendo que Dumbledore no esperaría que lo hiciera. Severus Snape nunca había creído en las charlas ociosas. Severus vio como los brillantes ojos azules del anciano parpadeaban. Dumbledore claramente estaba pensando rápidamente en qué hacer a continuación.

¿Te han llamado? Preguntó Dumbledore con dureza.

Fue allí donde Snape vio al guerrero en lugar de la genial figura de abuelo que Dumbledore prefería presentar a las masas ignorantes. Este, sin embargo, era el estratega que estaba feliz de sacrificar a sus seguidores por un bien mayor. El manipulador que no estaba por encima de secuestrar y asesinar para salirse con la suya.

"No lo he hecho", respondió Snape. "Me he registrado con viejos conocidos a ninguno de los cuales se ha llamado".

De hecho, Severus, tan pronto como regresó al castillo, se fue a sus habitaciones y envió por flú a todos aquellos que Dumbledore sabía que tenían vínculos con los mortífagos. Incluso envió por flú la mansión Malfoy a pesar de saber que Lucius no estaría allí para que si Dumbledore revisara los registros por flú no parecería sospechoso que Severus no estuviera contactando a Lucius Malfoy. Había una razón por la que Severus había durado tanto como espía en las filas del Señor Oscuro; se aseguró de tener siempre la historia para respaldarla, incluso yendo tan lejos como para poner en escena los recuerdos en caso de que fuera necesario.

Dumbledore envió tres Phoenix Patroni que se separaron. Severus se mantuvo callado listo para informar al Señor Oscuro todo lo que sucedió en la primera reunión de guerra desde que el Señor Oscuro había caído hace tantos años. Severus supuso que los enviarían a Minerva, Alastor y Fudge.

Minerva y Alastor eran los únicos miembros de la Orden en quienes Dumbledore pensaba que podía confiar para hacer sus planes. Hagrid, por otro lado, nunca podría guardar un secreto o al menos no con unos tragos. Tanto Moody como Minerva habían trabajado para el DMLE y hasta el día de hoy eran muy hábiles en hechizos defensivos.