-Por fin- Soltó con un ligero tono burlón antes de ponerse de pie de un salto, caminó hasta pararse frente a Sana y sonrió de lado -Te ves muy bien, aunque siempre lo estás- Pasó una mano por los hombros de la japonesa y empezó a guiarla a la salida.

-Gracias- Murmuró por lo bajo para después salir de la casa -¿Puedo saber a dónde vamos?- Preguntó con curiosidad pues Tzuyu estaba demasiado sospechosa ese día.

-Es una sorpresa- Dijo únicamente antes de empezar a guiarla hasta el garaje de la casa.

-¿De dónde has sacado esto?- Sana abrió ligeramente los ojos cuando vio una motocicleta parqueada.

-No es por nada amor, pero cuando te duermes, parece que te murieras- Comentó con un tono burlón, ganándose una codazo de parte de la japonesa -Jeongyeon la trajo en la mañana- Sonrió suavemente mientras se acercaba -Siempre he querido manejarla, y me la prestó para llevarte a…

-Ni lo sueñes- La interrumpió de golpe mientras negaba repetidas veces con la cabeza ante la idea de subirse.

-¿Ah?

-No me voy a subir a eso- Apuntó a la motocicleta como si fuera alguna especie de bicho raro.

-¿Eh? Pero…

-No me gustan, son demasiado peligrosas- Se cruzo de brazos, la taiwanesa iba a tener que amarrarla si pensaba montarla en esa cosa.

-Sé manejar.

-Y eso no me hace querer montarla.

-Entonces…- La más alta hizo un pequeño puchero ante la negativa de Sana de subirse, se suponía que eso también era parte del plan, pero si no quería, no la iba a obligar.

-Mi auto esta por allí- Apuntó en otra dirección mientras sonreía suavemente.

-Ugh, ¿Por qué me pones las cosas tan difíciles?

-Quien sabe, me encanta hacerte la vida imposible.

-Ush, está bien. Ve en tu aburrido auto y yo disfrutaré de los placeres de la vida.

-Adelante- Sana no lo pensó dos veces antes de darse la vuelta y caminar hasta su auto a paso rápido antes de que Tzuyu la fuera a obligar a subirse a esa cosa de dos llantas que muy en el fondo odiaba.

Subió al auto y esperó a que Tzuyu saliera del garaje.

-Definitivamente esto es mejor- Y no lo decía porque le seguía pareciendo muy peligroso manejar ese tipo de vehículo, sino porque tenía una perfecta vista del esbelto cuerpo de la taiwanesa. Deliberadamente Tzuyu había escogido una ropa bastante ajustada para que el manejar se le facilitará aún más, por lo que la vista era... Tentadora.

Sana sonrió de lado cuando Tzuyu le hizo una pequeña señal para que la siguiera, así que así lo haría.

La iba a seguir hasta el fin del mundo si era necesario.

(…)

¿Quién iba a pensar que Sana encontraría a alguien mejor?

¿Quién se lo imaginaria? Ja, si se lo preguntarán hace un par de meses seguramente se burlaría demasiado si alguien le dijera que iba a terminar completamente enamorada de una mujer.

Ella siempre se había identificado como heterosexual, y la idea de salir con una mujer no se le pasaba por la mente, mucho menos si teníamos en cuenta que a su lado tenía al “novio perfecto”. Que de perfecto realmente no tenía mucho, pero eso era lo que solía escuchar en los pasillos, muchas la envidiaban por tener una relación con uno de los chicos más guapos, inteligentes y maravillosos de la facultad. Aunque se equivocaban, bajó esa sonrisa angelical se escondía un demonio que le hizo la vida imposible en múltiples ocasiones, pero que siempre, al final, terminaba perdonando y regresando con él como si no hubiera pasado nada.  

SOME BETTER •SATZU•Where stories live. Discover now