¿Qué estás dispuesto a hacer por amor?
Sí se lo preguntaban a Minatozaki Sana, su respuesta sería un contundente y firme “TODO”. Para ella, el amor era el sentimiento más importante en la vida de una persona. Si se podía llegar a tener este tipo de afecto, cualquiera podría ser feliz. Amor de hermanos, amor de familia, amor por las cosas, amor de parejas. Todas las clases de amor eran importantes y Sana era muy consciente de ello. Tenía cierto pensamiento de que ninguna persona podría vivir sin él, una vida sin amor, era una vida completamente vacía y superficial que tarde o temprano solo te llevaría a la quiebra.
El amor que ella sentía por las artes era uno de los amores más grandes que había sentido en el transcurso de su vida. Amaba pintar, la relajaba, la hacía sentir viva y le quitaba todas las preocupaciones que pudiera tener.
-Buenos días jóvenes…
La voz suave y tranquila de su profesor la hizo salir de sus pensamientos, dejo a un lado su libreta de dibujo, centrando toda su atención en el hombre, un poco mayor, que estaba encargado de su primera clase del día. Sacó su cuaderno de apuntes de entre su maletín y lo colocó sobre el escritorio, esperando que empezará con su matutina charla de dos horas.
-El suceso del día de hoy es algo que se ve muy rara vez en la universidad, pero espero que entiendan las circunstancias.
Sana dejo a un lado su lápiz y levantó la cabeza al escuchar ese comentario, era raro que empezará diciendo algo tan extraño. De hecho, estaba sorprendida de que estuviera hablando de algo que no tuviera que ver con su clase. Cuando sus ojos se posaron sobre el hombre, se pudo dar cuenta de que no parecía muy contento de lo que le habían colocado a hacer, aunque realmente no entendía cual era el punto de aquel comentario.
Unos débiles golpes en la puerta hicieron que tanto el profesor, como los alumnos girarán sus cabezas al mismo tiempo en dirección a aquel objeto de metal.
-Adelante- ¿Quién es tan idiota como para llegar tarde a su clase? Sana ya estaba sintiendo pena por la persona que hubiera llegado a interrumpir en ese momento. Probablemente le esperaba un buen sermón después de clases y ahora mismo el profesor seguramente lo haría quedar mal en frente de todos.
-Permiso- La japonesa posó uno de sus codos sobre su asiento, colocando su mentón sobre la palma de su mano, mirando con curiosidad como una chica desconocida entraba al salón, notándose claramente tímida y cohibida por las miradas.
-Como les estaba comentando- Continúo hablando a la vez que se quitaba las gafas y las limpiaba con un pequeño pañuelo -Es raro ver un caso como estos, pero la chica que está aquí a mi lado acaba de transferirse a esta universidad desde Taiwán.
-¿A mitad de semestre?- Sana miró con mucha más curiosidad a la chica, eso realmente que era inusual.
-Zhou Tzuyu, mucho gusto- Los murmurllos ni siquiera se hicieron esperar entre los presentes, debatiendo temas que realmente a nadie podrían interesarle. Sana cerró ligeramente los ojos y esperó, sabía que a su profesor no le gustaba que se comportarán de esa manera, y aún así lo seguían haciendo.
-¡Silencio!- Ahí estaba. El gritó que los hizo quedar a todos en silencio de nuevo. El hombre volvió a colocarse las gafas y les dio una mirada de reproché a todos, incluso a los que se habían mantenido en silencio durante todo el rato como Sana -Seguramente va a tener problemas para adaptarse, por lo que pido su compresión y su acompañamiento en cualquier momento que ella necesite de su ayuda.
-Claro. Estoy a toda tu disposición preciosa- Los gritos de los chicos no tardaron nada en aparecer de nuevo como si hace unos segundos no los hubieran mandado a callar con un gritó. El profesor se tomó el puente de la nariz con fuerza con dos de sus dedos al escucharlos, sinceramente ya no sabía qué hacer con algunos de ellos. Eran tan insoportables que no dudaría en hacerlos perder su materia a la primera que tuviera oportunidad.
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SOME BETTER •SATZU•
Fanfiction¿Buscas amor? Entonces ven a mis brazos. Te demostraré lo que es amar de verdad.
