SOME BETTER •SATZU•

•09•

-¿Y ahora donde demonios se metió?- Sana seguía intentando contactar con Tzuyu atraves de llamadas y mensajes pero esta no le respondía ninguno. Como era jueves, sus clases fueron con diferentes profesores. No se había encontrado a la taiwanesa ni en la parada de buses, ni la había alcanzado en su regresó a casa.

No sabía si eran cosas suyas pero Tzuyu había estado evitándola el día anterior y hoy, la saludaba y le hablaba normalmente, pero nuevamente no le permitía ver su rostro ni un poco, y siempre que se le intentaba acercar con la intención de descubrir que era lo que le pasaba, la más alta terminaba huyendo como una cobarde.

Ese día estaba libre y podría ayudarla finalmente a hacer el trabajo, pero no le respondía ninguno de sus mensajes y ya estaba empezando a desesperarse. Si había algo que ella odiaba era que la ignoraran o que pasarán de largo con ella, eso realmente la podía de mal humor. Soltó un bufido mientras arrojaba el celular a su cama, era como la quinta vez que revisaba si Tzuyu por fin se dignaba a contestarle, pero nada. Ni una señal de vida.

-No sé porque estas enojada, pero bájale un poco, parece que vas a romper el suelo- Lo que faltaba. Sana se pasó una mano por el cabello al mismo tiempo que se daba la vuelta, encarando a su madre quien estaba parada en el marco de la puerta con los brazos cruzados y una ceja ligeramente levantada, esperando que su hija le dijera la razón por la que no dejaba de caminar en círculos por toda la habitación, es más, daba unas pisadas tan fuertes que hasta ella que estaba en su oficina las había alcanzado a escuchar -¿Qué ha pasado? ¿Te has peleado con Eunwoo?

-¿Por qué siempre tiene que ser Eunwoo?- Preguntó con fastidio, dejándole saber a su madre que no estaba para jueguitos, ni mucho menos para que vinieran a molestarla.

-Porque es tu novio, y siempre te pones así cuando pelean- Respondió sin prestarle atención al tono de voz que había usado la japonesa, ya estaba más que acostumbrada a verla actuando así por cosas insignificantes. De seguro Eunwoo no le había contestado algún mensaje, o la había ignorado, o aún “peor”, podía haber olvidado alguna fecha especial y sabía que eso ponía demalas a su hija.

-No estoy molesta con él, ¿Bien?- Soltó exasperada mientras miraba a todos lados en su habitación hasta dar con una chaqueta, fue hasta donde estaba y se la colocó lo más rápido posible bajó la atenta mirada de su madre, después fue hasta su cama y recogió su celular, guardándolo en su pantalón -Voy a salir- Avisó simplemente haciendo que su madre se hiciera a un lado para que la dejará salir, era mejor no molestarla cuando estaba en ese estado si no querías ganarte un buen insulto por no dejarla en paz -Volveré luego- Avisó antes de dar un portazo, saliendo de la casa a paso apresurado con dirección a la casa de la taiwanesa.

-A veces me preguntó como hace Eunwoo para soportarla- La madre de Sana simplemente se dedicó a cerrar la habitación y luego volvió hasta su oficina para poder continuar con su trabajo y no dejar que este le cogiera la tarde.

-¿Molesta? ¿Por qué estaría molesta solo porque esa idiota no me responde?- Cualquier persona que pasará cerca de Sana pensaría que estaba loca pues no dejaba de insultar a todo lo que se moviera. Aunque la japonesa tuviera a alguien en mente, la cual era la responsable de todas sus quejas, para las personas que no veían a nadie cerca, realmente les parecía raro que aquella chica hablará sola -Solo no me contesta las llamadas, ni los mensajes- Revisó nuevamente su celular, verificando que efectivamente no había ninguna señal de parte de Tzuyu -Me va a escuchar cuando la tenga enfrente, para algo le di mi número- Al pasó que iba, no le costó nada de tiempo llegar hasta la casa de la más alta, podía escuchar algo de música proveniente del segundo piso, por lo debía de estar allí -Me vas a escuchar- Seguía quejándose con la taiwanesa mientras tocaba la puerta con algo de fuerza, esperando que la escuchará, pero al no recibir respuesta y suponiendo que la música no dejaba escuchar sus golpes, decidió ir por el timbre, lo tocó un par de veces y espero mientras daba un par de golpecitos con su pie en el suelo. Esperando “pacientemente” a que le abrieran.