-Estamos bien- Asintió suavemente ante la pregunta. Estaba dispuesta a aceptar lo que Sana quisiera con tal de que siguiera teniéndola a su lado.

-Enserio gracias- Sana dejó un rápido beso en el hombro de la chica antes de bajarse y quedar acostada a su lado.

-No tienes que agradecerme- Tzuyu se giró, quedando de lado para poder ver a la japonesa directamente a los ojos.

Se quedaron unos segundos en silencio hasta que Sana volvió a hablar.

-Había olvidado preguntarte esto, ¿Qué paso con la pintura que ibas a presentar?- Preguntó con curiosidad, haciendo que Tzuyu sonriera.

-La voy a presentar- Afirmó mientras asentía suavemente -Será dentro de 15 días, ¿Me acompañarás?

-Por supuesto- Respondió rápidamente mientras asentía -Tú solo dame la dirección, ¿Vale?

-Lo haré- Tzuyu olvidó por unos segundos el aspecto de sus nudillos por lo que sacó sus manos de su escondite, yendo a tocar el rostro de la japonesa. Ya para cuando cayó en cuenta de lo que iba a hacer, Sana estaba tomando sus manos con cuidado.

Los ojos de la japonesa se abrieron ligeramente cuando le dio la vuelta a la mano de Tzuyu, viendo sus nudillos.

Había estado tan desesperada en sentir que Tzuyu era suya que ni siquiera se había percatado de los enormes morados que tenía la taiwanesa en los nudillos, acompañados de un par de cortes por la palma de la mano.

-¿Qué hiciste?- Preguntó preocupada mientras se levantaba automáticamente de la cama, mirando a Tzuyu.

-Ammmm- La taiwanesa soltó una pequeña risa nerviosa -Puede que me descontrolará un poco después de que te fuiste- Admitió débilmente mientras escondía su mirada de Sana.

-Por Dios- La japonesa saltó de la cama y rápidamente fue en busca de ropa.

-Sana unnie- Tzuyu se sentó en la cama -Lo siento, se que te prometí que no lo haría, pero…- Su voz fue desapareciendo lentamente cuando vio que la chica desaparecía de su vista.

La taiwanesa bajó la cabeza para ver sus manos, no estaban tan mal, pero si que había olvidado echarse algo o por lo menos cubrir las heridas para que no se infectaran.

Había estado demasiado ocupada como para pensar en su bienestar.

Segundos después Sana volvió a entrar a la habitación con el botiquín en manos, sin decir ni una palabra caminó hasta sentarse en la cama y tomar las manos de Tzuyu, sacó algunas cosas y en silencio empezó a curarla.

-Sana- La taiwanesa intentó buscar la mirada de la mayor, pero esta se negó, simplemente continúo curándola en silencio -Unnie- Volvió a llamarla, sintiéndose un poco frustrada de que la estuviera ignorando.

Después de no recibir respuesta, se rindió y bajó la cabeza, esperando que Sana terminará con lo suyo, a lo mejor después si le hablaría.

Largos minutos después de un incómodo silencio, ya cuando Sana estaba por terminar de curar sus nudillos fue cuando finalmente habló.

-Lo siento- Murmuró mientras bajaba la cabeza, se sentía terriblemente culpable por lo que había hecho Tzuyu -No debí dejarte- Negó suavemente antes sus decisiones estúpidas. Ella sabía que debía quedarse con la taiwanesa, por más que le gritará, la insultara o incluso si llegaba a pegarle, ella debía estar allí.

No yendo al hospital con Eunwoo, esa había sido una pésima decisión.

-No es tu culpa que yo no pueda controlarme- Negó suavemente mientras veía como Sana continuaba con lo suyo, aunque claramente escuchó como su tono de voz se quebró seguramente con las ganas de querer llorar acechandola -Aunque tuve que llamar a Lisa para que ma ayudará a calmarme- Sonrió tristemente -Es estúpido que no pueda hacer nada yo sola- Negó suavemente. En esos momentos se sentía tan inútil por ni siquiera poder controlar sus impulsos -Tuvo que hablar conmigo por un rato para que los pensamientos de golpear algo desaparecieran de mi mente.

-No volveré a dejarte sola- Afirmó antes de sentir como los brazos de Tzuyu la jalaban hacía el cuerpo de esta, dándole un abrazo -Por favor, no me dejes- Sollozó sobre el hombro de la chica al sentir las caricias en su espalda -Por favor Tzuyu. Lo haré bien.

-Tranquila, estoy aquí- Cerró los ojos, disfrutando del abrazó tanto como pudiera.

(…)

Y esa misma tarde empezó su nueva rutina.

Debía asegurarse de repartir minuciosamente el tiempo que tendría de la mejor manera.

Tenía que estar en la universidad, estar con Eunwoo en el hospital en lo que le daban de alta, estar con Tzuyu antes de se fuera a trabajar, y por la noche encargarse de todos los trabajos pendientes que tuviera.

-Bien- Sana sonrió en grande cuando vio el pequeño horario que había hecho, asegurándose de anotar cualquier evento importante que pudiera llegar a olvidar por culpa de todas las cosas que tendría que hacer de ahora en adelante.

Pero tenía motivación, Tzuyu seguiría estando con ella. Ahora solo tendría que aparentar como si las cosas fueran bien con Eunwoo, no podía ser tan difícil.

O eso quería creer.

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SOME BETTER •SATZU•Where stories live. Discover now