-Tú traes la comida- Sana se levantó y camino hasta la maleta que Tzuyu había traído -¿Puedes ayudarme con algo de luz?

-Claro- Tzuyu se levantó de un saltó y sacó su celular, encendiéndole la linterna para alumbrar y que la japonesa pudiera sacar todo lo que había traído -¿Acaso quieres engordarme?- La taiwanesa levantó ligeramente una ceja al ver la enorme cantidad de comida chatarra que Sana sacaba.

-Sí, así a lo mejor dejan de coquetearte todos los días- Respondió con diversión, una vez terminó de sacar todo, sacó una manta que traía y la tiró en el suelo con ayuda de Tzuyu, acomodando toda la comida después.

-Mis disculpas por ser tan hermosa, pero no puedo hacer nada, nací así.

-Y por eso todas esas perras andan detrás de ti.

-Hey, no te quejes, a ti también no dejan de acosarte- Tzuyu frunció suavemente el ceño cuando escuchó que la japonesa soltaba una fuerte risa -¿Qué?

-Cariño, las posibilidades de que yo salga con un hombre son prácticamente del 0%- Sana levantó la cabeza para mirar directamente a la más alta -En cambio tú, eres lesbiana y todas las que te molestan son mujeres.

-Tienes un punto- La apoyó -Pero también está la posibilidad de que algún hombre guapo, amable y muy carismático quiera coquetearte, ¿Qué pasaría ahí?

-Lastimosamente yo ya encontré a una chica con esas mismas características y no pienso soltarla nunca- Sana sonrió suavemente cuando terminó de organizar todo, segundos después fue hasta su propio bolso y sacó un par de velas.

-¿Sabes que existen miles de personas mejores que esa chica verdad?

Sana frunció suavemente el ceño ante la pregunta, volvió a levantar la cabeza para mirar con reproche a la taiwanesa.

-Pero yo no quiero a esas miles de personas- Respondió con seguridad e incluso un poco de molestia por el comentario de Tzuyu, realmente no le había gustado para nada -Yo quiero a esa chica y punto.

-¿Cómo estás tan segura?- Tzuyu ladeó suavemente la cabeza.

-Porque yo así lo decidí- Sana continúo con lo suyo por un rato más -Ahora ven, siéntate y deja de hacer preguntas estúpidas.

-Bien, bien- Tzuyu levantó las manos en señal de paz -No quería hacerte enojar- Obedientemente se sentó donde Sana le había indicado.

-Solo no sigas haciendo esos comentarios, ya no sé cómo hacerte saber que realmente te quiero- La japonesa segundos después tomo asiento a un lado de la taiwanesa.

Ambas se quedaron en silencio durante unos momentos mientras miraban aquel hermoso paisaje, lleno de las luces de la ciudad.

-Lo siento- Tzuyu bajó la cabeza, avergonzada por haber hecho esos comentarios cuando sabía perfectamente que a la japonesa no le gustaban.

-Discúlpame tú a mí- Sana negó suavemente con la cabeza mientras giraba suavemente la cabeza, siendo capaz de ver el hermoso perfil de la taiwanesa -Es solo que… En verdad no me gusta que te trates como si fueras inferior a los demás, eres especial para mí.

-Lo sé- Tzuyu movió suavemente su mano hasta posarla sobre la de Sana -Trataré de no hacerlo de nuevo, ¿Vale?- La mayor asintió suavemente ante la pregunta -Ahora, ¿Puedo comer? Tengo un poco de hambre.

Sana soltó una pequeña risa mientras asentía.

-Adelante, lo compré para ti- Ambas se arreglaron de manera en que pudiera comer tranquilamente mientras miraban el paisaje.

Pasaron un largo rato entre charlas, risas, juegos, besos, golpes y mucha comida. Una vez terminado con toda la comida, Sana tomó la decisión de sentarse entre las piernas de Tzuyu mientras continuaban hablando.

SOME BETTER •SATZU•Where stories live. Discover now