-Oye, soy la misma de siempre- Se quejó, haciendo reír a la japonesa.

-Pues no parece, ¿A dónde fue tu coquetería y todos tus jueguitos? ¿Debo recordarte que esa persona fue la que me enamoro?

-¿Y así no me quieres?- Hizo un puchero, el cual inevitablemente aceleró en gran medida las pulsaciones del corazón de la japonesa.

-Ugh. No- Negó rápidamente con la cabeza después de salir de su trance -A menos que me quieras matar de ternura. Me dará diabetes si te sigues comportando así.

Tzuyu soltó una pequeña risa.

-La verdad es que… Aún no se cuales son mis limitaciones- Admitió nuevamente con un claro tono que delataba su nerviosismo.

-¿Limitaciones?- Preguntó confundida.

-Emmm… Me refiero a lo que puedo hacer y no puedo hacer frente a los demás- Respondió con voz suave -Es muy diferente que te bese en la habitación de un hotel a que te bese en mitad de la calle donde cualquier compañero puede vernos… Ya te lo dije… No quiero que empiecen a hablar de ti.

-Y yo ya te dije que debes pensar en las dos, no solo en mi- Pasó sus manos por detrás del cuello de la taiwanesa, atrayéndola a su rostro -Además, yo misma te he pedido que me beses, me importa muy poco si alguien nos ve.

Tzuyu lo dudo durante varios segundos pero al ver como los ojos de Sana no se apartaban de sus labios, terminó cediendo.

-Bien- Dijo simplemente antes de posar sus manos sobre la cintura de Sana, acercándose segundos después a su rostro y dejando el tan esperado beso en sus labios.

Ambas pensaban que sería solo un pequeño besito, pero en el momento que sus labios volvieron a tocarse no pudieron resistirse a la tentación de querer alargarlo un poco más.

Realmente importándoles muy poco si alguien las veía.

Una de las manos de Sana se posó sobre el cuello de Tzuyu, acercándola un poco más a ella cuando la taiwanesa quiso alejarse, movió lentamente sus labios una vez más antes de separarse solo por unos centímetros.

Se miraron a los ojos y se sonrieron.

-Ahora si, vamos- Tzuyu río suavemente mientras asentía.

Sana volvió a colgarse de un brazo de la más alta cuando volvieron a emprender camino.

-¿Voy a poder besarte después?- Preguntó Tzuyu de repente mientras miraba de reojo a la japonesa.

-Depende.

-¿De qué?

-Si no te vas con tus amigas, entonces sí.

-¿Puedo besarte en mitad del pasillo?- La nueva pregunta de Tzuyu tomó por sorpresa a la japonesa, quién se giró a mirarla con una clara expresión de asombro.

-¿Por qué me quieres besar en un lugar como ese?

-Para que ningún otro chico o chica se te acerque- Respondió con simpleza -A menos que quiera un golpe en la cara.

Sana soltó una pequeña risa ante la declaración.

-No sabía que eras tan celosa- Comentó con diversión.

-¿Qué más quieres que haga? Media universidad quiere algo contigo y no es por nada, pero me siento bastante amenazada por la enorme cantidad de chicos lindos que hay por ahí.

-Cuando me pidas que sea tu novia, le diré a toda la universidad que estamos juntas- Sonrió suavemente al sentir como Tzuyu se soltaba de su agarre, pero solo fue para pasar ese brazo por sus hombros -Además, ¿Tú de que te quejas? Todas las tías de la universidad te miran como si te quisieran comer viva.

SOME BETTER •SATZU•Where stories live. Discover now