-Buenos días- Murmuró Sana como si nada hubiera pasado al mismo tiempo que se inclinaba y dejaba un más que tierno beso sobre los suaves labios de Tzuyu -Me ha gustado demasiado dormir contigo, no dejabas de abrazarme.

Y Tzuyu no entendía porque Sana estaba actuando como si nada acabará de pasar, era raro para ella.

Sana estaba acostumbrada a lidiar con ataques como aquellos; Tzuyu estaba acostumbrada a resolverlos sola, lo que dificultaba bastante el que se comprendieran la una a la otra.

-¿Quieres que comamos afuera o prefieres que pida a domicilio?- Preguntó con una suave sonrisa, ignorando olímpicamente la clara expresión de confusión que adornaba el rostro de la taiwanesa en esos momentos.

-Domicilio- Respondió simplemente mientras trataba de entender que significaba la sonrisa de Sana, no parecía enojada, ni molesta, ni preocupada, solo estaba ahí, como si nada, lo que la confundía aún más, ¿Acaso no iba a preguntarle qué era lo que había pasado para que despertará de esa manera?

-Bien, llamaré a la recepción para que nos traigan algo de comer- Se levantó sin ningún impedimento de la cama y volvió a salir de la habitación, sintiendo en todo momento como la mirada de Tzuyu no abandonaba su cuerpo.

Una vez estuvo fuera del campo de visión de la taiwanesa soltó un pequeño suspiro, para después tapar su boca con una mano, impidiendo que algún sonido delatará como ahora mismo estaba llorando.  

¿La razón? Bueno, en realidad habían dos, la primera era que acababa de darse cuenta de como sus actos de hace 5 años seguían afectando a Tzuyu, incluso seguía teniendo pesadillas con eso, lo que la hacía sentirse mucho más culpable. Y la segunda razón, era porque acababa de descubrir que Tzuyu era más parecida a Eunwoo de lo que le hubiera gustado que fuera.

Después de unos minutos en los que logró calmarse y llamar a recepción, finalmente se decidió a volver a la habitación. Encontrando a Tzuyu en la misma posición en la que la había dejado.

Sus ojos rápidamente volvieron a encontrarse, pero esta vez una sonrisa apenada adornaba el frágil rostro de la taiwanesa.

-Lamento lo de hace unos momentos- Dijo antes de que Sana fuera capaz de dar un paso dentro de la habitación -No quería actuar así frente a ti.

La japonesa le quitó importancia al tema mientras se acercaba, volviendo a sentarse frente a Tzuyu para poder acariciar su rostro con más libertad.

-Me alegro de que ya estés mejor- Fue lo único que dijo al mismo tiempo que pasaba su mano delicadamente por todo el rostro de la más alta, teniendo bastante cuidado con la herida que tenía en la mejilla.

-He de imaginar que tienes algunas preguntas para mí- Y Sana no tardó en asentir, por más que quisiera ignorarlo, todo su ser le pedía que preguntará sobre lo que necesitaba, sabiendo perfectamente que Tzuyu en ese momento iba responderle sinceramente, pero ella no quería aprovecharse de su momento de debilidad para sacarle información, eso la haría parecer una peor persona.

-Quiero preguntarte un par de cosas- Admitió -Pero no estoy segura de si sea el momento adecuado.

Tzuyu sonrió suavemente al escucharla. Sinceramente no le gustaba comparar, pero no podía evitar hacerlo cuando pensaba en la Sana que la había lastimado y la Sana que estaba en estos momentos sentada frente a ella, parecían dos personas diferentes.

-Estoy dispuesta a responder lo que quieras, y no tienes que preocuparte, quiero que me preguntes todo lo que necesites saber- Le hizo una señal para que acercará más su rostro, algo que Sana acató rápidamente -No me gusta que me ocultes como verdaderamente te sientes- Y la japonesa fue descubierta, las finas manos de Tzuyu pasaron por sus mejillas, limpiando con cuidado las marcas de las lágrimas que habían pasado desapercibidas por la mayor cuando limpió su rostro hace unos momentos -No tienes que ocultarlo, no conmigo- Ahora fue el turno de Tzuyu de acercarse y dejar un tierno beso en los labios de la japonesa.

SOME BETTER •SATZU•Where stories live. Discover now