SOME BETTER •SATZU•

•12•

-No eres ninguna molestia, no digas eso- Negó suavemente con la cabeza para después volver a acercarse hasta el comedor, volviendo a sentarse -Pero tampoco quiero obligarte, así que tú decides.

Mina miró por unos segundos en dirección a Chaeyoung, volviendo a centrarse en su comida segundos después.

(…)

-Entonces… ¿Qué hacemos en la biblioteca?- Tzuyu giró suavemente la cabeza, mirando a Sana con pura curiosidad.

-Tenemos otro trabajo, ¿Acaso lo olvidaste?- La japonesa le dio un suave empujón, riendo suavemente cuando sintió que la más alta pasaba una brazo por sus hombros, abrazándola ligeramente.

-Sinceramente sí.

Tzuyu se sentía un poco más tranquila, pese a la “discusión” que habían tenido el día anterior, parecía que Sana no lo quería dar importancia al tema, y ella estaba más que bien con ello, no quería hacer enojarla, menos cuando estaba más que feliz por poder seguirse llevando bien. Incluso estaba empezando a tomarle más confianza.

-¿Qué clase de estudiante eres?- Sana sabía que Tzuyu tenía notas perfectas, pero era curioso para ella ver como siempre se comportaba todos los días tan despreocupada de la vida.

-La mejor- Y claro que la taiwanesa no iba a desaprovechar la oportunidad de lucirse enfrente de Sana.

-A veces dudo de que lo seas, ¿Cómo le haces?

-Soy un prodigio- Algo bastante diferente de lo que tu novio cree que soy. Pero bueno, Tzuyu no esperaba caerle bien a todo el mundo.

-Te encanta lucirte frente a mí, ¿No?- Después de tomar un par de libros que les servirían, fueron a sentarse en alguna de las mesas que estuvieran libres para empezar con su investigación.

-Si me hicieras caso sería mucho mejor, pero bueno, no todo en esta vida se puede conseguir.

-¿Sigues con eso?

-¿Cuándo dije que lo dejaría?- Tzuyu nuevamente le dio una de esas sonrisas donde dejaba a la vista su hoyuelo, haciendo que Sana rápidamente desviará la mirada al libro entre sus manos -Eres muy linda cuando te pones nerviosa.

-El trabajo Tzuyu- Le recordó la japonesa al mismo tiempo que rodaba los ojos, cuanto odiaba que siempre que trabajaba con la más alta, esta terminaba encontrando la manera de distraerla y al final terminaban haciendo cualquier otra cosa que no fuera el trabajo.

-No creo que el libro sirva de esa manera- Tzuyu sonrió con diversión mientras apuntaba con uno de sus dedos a las hojas.

-¿Qué?- Sana finalmente le prestó realmente atención al libro que tenía en manos dándose cuenta de que estaba al revés, sus mejillas se tiñeron rápidamente de un fuerte rojo al mismo tiempo que le daba la vuelta -Ya lo sabía- Si claro. La taiwanesa evitó hacer más comentarios sarcásticos y simplemente se limitó a acercar un poco más su asiento para que ambas pudieran verlo de mejor manera -No te acerques tanto.

-No te quiero a ti, necesito ver el libro- Intencionalmente Tzuyu acercó su rostro al libro, dejando que Sana pudiera observar perfectamente su perfil. Realmente es hermosa. Y la japonesa no se sentía mal por pensar aquello, era una realidad que nadie podría negar -Algunas obras son tan aburridas- El comentario de la taiwanesa hizo que Sana saliera de su pequeña ensoñación, volviendo a prestarle atención al libro.

-Tienes razón, pero debes tener en cuenta que el arte era plasmado de una manera diferente en el pasado- Negó suavemente con la cabeza cuando vio a Tzuyu empezar a pasar las hojas rápidamente, claramente nada le llamaba la atención.