-¿Qué pasa amor?- Sana soltó un pequeño suspiro al sentir una mano pasando por sus hombros, estaba segura de que su novio ni siquiera se había dado cuenta de que Tzuyu estaba en ese lugar -Fuiste tú la que me invito a bailar, vamos- La hizo dar la vuelta y empezaron a bailar, pero sinceramente la japonesa ya no se sentía con ganas de hacerlo, por lo que después de unos minutos lo tomó de la mano y lo arrastró a la cocina -¿Qué?- Preguntó confundido por el repentino movimiento.

-Ya no quiero bailar- Tomó el primer vaso que se le cruzará por enfrente y le dio un enorme trago, haciendo muecas cuando el fuerte licor bajo por su garganta -Deberías dejar de tomar, lo vas a lamentar mañana.

-¿Y qué? Para eso te tengo a ti.

Sana soltó un pequeño suspiro mientras volvía a tomar un pequeño trago de la bebida que se había encontrado. Estaba furiosa, a diferencia de su novio, ella sí que había notado el momento en que Tzuyu había llegado a la fiesta. La había hasta dejado con la boca abierta cuando la vio con ese look, que no era muy diferente a como iba a la universidad. Pero por alguna extraña razón, tenía un toque muy diferente, mucho más coqueto. Y claro que las putas no habían tardado en acercársele, ni siquiera había estado 5 minutos en la fiesta y ya tenía a esa tipa encima. Parecía que se conocían, no estaba segura, pero si en realidad era la primera vez que se veían, debía decir que esa pelirosa era una puta. Se le había insinuado sin pena alguna y claro, la santa Tzuyu no había dudado en seguirle el paso.

-Y que le gusto dice.

Nuevamente un gran trago de alcohol quemó su garganta, y ya estaba empezando a sentirse mal. No recordaba a qué hora habían llegado al lugar, pero si sabía que ya habían pasado varias horas desde que estaban ahí, y como su novio parecía que no podía tomar solito, la obligaba a ella a seguirle el paso.   

Mina había estado acompañándola, pero hace una media hora que se había perdido y no la encontraba por ningún lado, ni siquiera los amigos de su novio estaban a la vista como para dejarlo con ellos y que ella saliera a tomar un poco de aire.

-Amigo- Sana casi que agradece en voz alta cuando escuchó por fin, la voz de uno de los amigos de Eunwoo entrando al lugar, soltó un pequeño suspiro mientras se terminaba el contenido del vaso, buscando rápidamente otro a la vista para seguir con ese -Hola Sana.

-Hola- Lo saludo sin siquiera voltearse a mirarlo, movió ligeramente una mano para después tomar otro trago -¿Podrías encargarte de él por un rato?

-Seguro- No dudo en aceptar a la petición por lo que la japonesa salió de allí, lo más rápido posible en busca de Mina, la última vez que la había visto era en el segundo piso, por lo que se dirigió a ese lugar repleto de gente. Llegando en un par de minutos a ese piso en donde la encontró hablando con un chico, se acercó hasta ella, logrando conseguir su atención.

-Hey, ¿Qué pasa?- Preguntó con emoción mientras se le acercaba y la abrazaba, Sana pudo deducir de esa manera que ya estaba tomada, porque la japonesa menor no era cariñosa a menos que estuviera alcoholizada -¿Dónde está Eunwoo?

-Abajo, con un amigo- Sana la separó un poco de ella, pero solo para darle un trago al vaso que tenía en manos -Quiero tomar.

-Eso estás haciendo.

-Más- Aseguró mientras lo volvía a llevar a su boca.

-Epaa, ¿Qué te pasa ahora?

-Solo quiero tomar, ¿Me vas a acompañar?

-Por supuesto, ¿Con quién crees que estás hablando?- Mina se despidió del chico con el que estaba hablando y juntas bajaron de regreso al primer piso.

Donde Sana pudo ver que Tzuyu ya no estaba acompañada de la chica esa, ahora estaba junto a Chaeyoung hablando animadamente, pero ignorando completamente esto, se puso a disfrutar junto a su mejor amiga.

(…)

No estaba segura de cuantas horas habían pasado, pero, ya estaba borracha, muy borracha, había perdido de vista a Mina hace unos minutos y no estaba segura de a donde se había ido a meter, ni siquiera sabía dónde estaba Eunwoo. Chocó con un par de personas, ganándose un par de insultos, pero no la podían culpar, ella ya no estaba en condiciones ni de caminar, y la mejor idea que se le ocurrió fue salir a tomar algo de aire.

-Ya veo, es… Complicado- Tzuyu soltó una pequeña risa al escuchar la voz insegura de Eunha. La chica había resultado ser más atenta de lo que esperaba y había terminado descubriendo su crush por la japonesa. Según ella, era muy obvia -Pero no te rindas. Estoy segura de que eres mucho mejor que cualquier chico.

-¿Cómo puedes asumir eso?

-Confía en mí, tengo un buen instinto- Ambas se encontraban charlando amistosamente desde hace una media hora, estaban fuera de la casa, hablando mientras la coreana se recostada sobre una de las motos que estaban parqueadas en el lugar, Tzuyu estaba parada frente a ella -Aunque me gustaría saber algo…

-Claro. Dime.

-Podemos ser amigas, ¿Verdad?

-Claro- La taiwanesa soltó una pequeña risa mientras asentía. Había descubierto que tenían una gran química, y no estaba de más, el aprovecharla para conseguirse una nueva “amiga”.

-Ohyo, ¿Dónde estoy?- Las dos chicas voltearon al escuchar una voz bastante trabada acercándoseles. Tzuyu abrió ligeramente los ojos al ver como Sana llegaba hasta donde estaban ellas paradas, la miró con preocupación al notar que no parecía si quiera que pudiera mantenerse en pie.

Las dos chicas se le quedaron viendo como si fuera un bicho raro. Era hasta cierto punto gracioso ver como la japonesa divagaba, dando vueltas en su mismo lugar mientras soltaba frases incomprensibles. No fue hasta que la vieron sostenerse en sus rodillas que finalmente Tzuyu se digno a acercarse para verificar que todo estuviera bien, aunque claramente no lo estuviera.

-Sana- Se paró frente a ella e intentó poner una mano en su hombro, pero antes de que pudiera tocarla, la japonesa volvió a erguirse, provocando que su cabeza chocará contra la mandíbula de la taiwanesa, haciéndola retroceder un par de pasos.

-Au- Fue lo único que soltó mientras se frotaba la parte trasera de su cabeza con brusquedad.

-Demonios- Tzuyu se agarró con fuerza la quijada al sentir el intenso dolor recorrerle toda la cabeza. ¿Sana tenía la cabeza de piedra o qué?

Eunha soltó una pequeña risa mientras veía la interacción de las dos chicas. Debía admitir que Sana le había dado un buen golpe a Tzuyu. Su risa llamó la atención de la japonesa quien parpadeó repetidas veces para poder enfocar su visión en la chica y en cuanto reconoció ese cabello rosado, se enderezó completamente y entre pasos torpes se le acercó, tomándola por un brazo con un poco de fuerza.

-Tú… Maldita puta.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

SOME BETTER •SATZU•Where stories live. Discover now