SOME BETTER •SATZU•

•02•

-No- Una suave sonrisa apareció en su rostro cuando lo vio arreglando sus cosas con calma.

-Oh claro- Eunwoo soltó una pequeña risa que confundió por completo a la japonesa, quien como siempre hacia cuando las acciones de su novio la desconcertaban, hizo un mohín con sus labios mientras lo miraba -Esos pucheros son solo para mí. Nadie más puede verlos- Sana rio un poco cuando el chico le tapó completamente el rostro con su chaqueta, evitando, que como el había dicho, alguien más la viera haciendo esa acción -¿Esta claro?- Tomó el otro extremo de la chaqueta y se metió debajo de ella, plantándole otro beso mucho más largo en los labios de la japonesa, quien gustosa acepto la acción, intentando detener por más tiempo el contacto. Lastimosamente su novio se separó de ella al sentir que Sana tenía intenciones de alagarlo más de lo necesario -Amor, tengo clases- Le recordó y nuevamente un adorable puchero apareció en el rostro de la chica ante la negación de su novio por continuar -Y posiblemente muchos nos estén mirando en estos momentos- Dio por terminado su pequeño momento romántico, se puso de pie completamente y con una agradable sonrisa miró a Sana, quien simplemente había hecho la chaqueta a un lado para poder verlo -A diferencia de otras, yo si tengo cosas que hacer.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Que tu carrera es de arte, por lo tanto no se puede comparar con la mía- Soltó sin más, arrebatándole de las manos la chaqueta y dándole un guiño antes de empezar a caminar fuera de la cafetería en busca de sus amigos para que fueran todos juntos a su próxima clase.

Sana bajó ligeramente la cabeza, viendo sus recientes apuntes en el cuaderno. Sentía de nuevo ese sabor amargo en la boca del estómago cuando su novio mencionaba que su carrera ella mucho más superior a la que ella estaba estudiando. Vale, que entendía que Derecho fuera una de las carreras más difíciles de cursar, pero a ella no le hacía gracia que menospreciara su carrera como si se tratara de un simple juego donde iban a pintar y ya. Era mucho mas que eso, y podía llegar a ser extenuante, por lo que no, no le gustaba que Eunwoo se refiriera a su carrera de esa manera. Aunque no lo culpaba tampoco, ella nunca le había dicho claramente que le disgustaban ese tipo de comentarios despectivos.

Se lo diré en otra ocasión, prefirió dejar pasar el tema, tal y como Eunwoo había hecho con el error que ella había cometido. Miró nuevamente su libreta sin mucho interés, ya había escrito todo lo que necesitaba antes de que se lo olvidará por lo que ahora no tenía nada más que hacer. Con cuidado movió la silla hacia atrás, permitiéndole ponerse de pie, y después de dar una mirada rápida por todo el lugar, tomó sus cosas y se dispuso a caminar a la parada de autobuses para poder regresar a casa y prepararse para el siguiente día.

-¿Por qué?- Y llevaba haciéndose esa misma pregunta durante los 10 minutos que llevaba caminando hasta la parada de buses. Lo había notado por casualidad cuando había sacado un pequeño espejo de su bolsillo intentando verificar que no fuera a tener nada en el rostro, pero además de confirmar que todo estaba bien, se había dado cuenta de una persona que venía tras de ella. Al principio había pensando que simplemente coincidían con sus direcciones, pero después de darse cuenta que la seguía a pesar de estar cada vez más cerca de la parada, supo que su suposición estaba equivocada -¿Por qué me estas siguiendo?- Finalmente tomó la valentía suficiente como para detenerse de golpe, escuchando también como los suaves pasos que venía tras de ella se detenían de golpe. Se giró sobre sus talones, enfrentando a una tranquila Tzuyu, quien simplemente se dedicaba a mirarla en silencio. Sana no lo había notado hasta ese momento, pero la taiwanesa tenía un aura bastante intimidante rodeándola por el simple hecho de estar ahí parada. Sus piercings en las orejas la hacían ver mucho más intimidante y esa postura imperturbable tampoco ayudaba, y qué decir de su ropa, estaba completamente vestida de negro. Parecía uno de esos criminales que veía en las películas. No le queda mal. Claro que no lo hacía, de hecho, hacía resaltar su aura intimidante.