SOME BETTER •SATZU•

•01•

Tantos halagos, Sana perdió su curiosidad en el instante que aquella chica simplemente les sonrió a todos como si quisiera que la siguieran adulando, una sonrisa que en lo personal no le gustaba. De hecho, le desagradaba que quisiera convertirse en el centro de atención por su belleza. De seguro es una cabeza hueca, no era por ser prejuiciosa pero sí que sabía que la mayoría de chicas bonitas que compartían la carrera con ella eran de lento aprendizaje.

-Soy lesbiana.

Y ese comentario hizo que todo el salón se quedará nuevamente en silencio. Un… incómodo silencio, pero a Tzuyu realmente no le importó en lo más mínimo que ahora algunos la mirarán con gestos de desagrado.

Era mejor dejar todo claro desde un principio. Como había escuchado por ahí, “Las cuentas claras y el chocolate espeso”.

Los murmullos empezaron nuevamente, pero en esta ocasión eran en su mayoría mujeres las que no dejaban de hablar.

Oh, Sana volvió a prestarle atención a la chica. Comprendiendo ahora que aquella sonrisa no había sido de autosatisfacción, había sido de burla contra todos los hombres que estaban halagándola, esperando que esta les diera algo, que ahora todos sabían, que no podía ser. Tiene agallas, Y si que las tenía, porque estaba segura que antes de que acabará el día ya todo la universidad iba a saber que la nueva chica en la carrera de artes era lesbiana.

A ella eso realmente no le interesaba. Primero que nada, porque pensaba que todos eran iguales y que el hecho de que te gustaran los hombres o las mujeres era relativo, cada quien vería de quien se quería enamorar o con quien quería salir. Nuevamente el significado de amor, para ella, el amor se podía expresar tanto en parejas del mismo sexo como en parejas de diferente sexo, por lo que no le molestaba. Y parecía que a la mayoría de sus compañeras tampoco, porque ahora eran ellas las que veían a la nueva invitada como si quisieran lanzársele encima. Por otro lado, a los hombres si que no parecía haberles gustado para nada esa revelación, pero que más daba, si no les gustaba sería cosa de ellos.

-Eso era completamente innecesario- Tzuyu no pudo evitar soltar una pequeña risa ante el comentario del profesor, lo había dicho solo para que ella escuchará. Y en cierta forma sabía que tenía razón, pero a ella realmente le daba igual si les gustaba o no les gustaba. Por ella, que todos la odiaran, era una lista tan larga que ahora no le interesaba si se unía uno más.

-¿Sabe que acaba de ganarse a una de las alumnas más sinceras de esta carrera?- Y de la universidad posiblemente. No hacia ni falta que lo dijera, pero sabía que cuando pasarán un par de días, todos tendrían muy claro qué clase de nueva compañera se acababan de ganar, porque ella iba a decirles a todos lo que se le cruzará por la mente, tampoco iba a dudar en acabar con aquellos que intentarán destruirla solo con sus palabras, directas y sinceras.

-Debería tener cuidado contigo entonces, no quiero que me dejes en ridículo como a mis estudiantes hombres- Debió dolerles, y Tzuyu pensó bien porque era consciente de que les había bajado los humos a más de uno con solo dos palabras que habían salido de su hermosa boca -Ve a sentarte en el lugar libre- La taiwanesa acató rápidamente la orden, sabía que tampoco podía burlarse de ese profesor, se veía mucho más listo que los demás y tampoco quería ganárselo hasta el punto que quisiera reprobarla por cualquier cosa que hiciera -Vamos a empezar la clase.

Sana volvió a centrar su atención en su cuaderno cuando el hombre empezó a hablar, ignorando el hecho de que la nueva estudiante iba a tener que sentarse a su lado en esa clase. Se concentró completamente en lo que estaba diciendo el profesor, pero no tuvo que pasar mucho para que su paz mental fuera robada por unos pequeños golpes en su hombro derecho, con el mayor cuidado posible giró la cabeza, encontrándose con que la nueva estaba con medio cuerpo fuera de su asiento por querer hablarle cerca del oído y que no fueran a pillarlas.