Observo como hata los cordones de uno de sus patines y después de quitar una de mis VANS negras, repito la misma acción que ha echo Bella con sus dos patines.

-¿Y tus cosas?- pregunto a Bella cuando me doi cuenta de que sus bolsas y su bolso no están en el banco en el que estamos sentados.

-Se las he dejado a la mujer que me ha dado los patines.- Bella se levanta y en menos de un segundo, se agarra al borde de la pista.- ¿Pensabas que hiba a patinar con el bolso y las bolsas?- dice riendo.

-Ah.

-¿Te levantas o vas a quedar mirando como patinan el resto?

-Prefiero quedar mirando como patinan.- digo divertido.

Bella me mira con cara de pocos amigos y suspiro.

¿Por qué coño hago esto?- pienso mientras intento levantarme.

En la pista de hielo, soy el primero en entrar y en agarrarme al borde de la pista ya que prefiero patinar como una tortuga a meterme un par de hostias contra la pista de hielo.

Bella coge mi mano para entrar en la pista y patina delante mia despacio mientras yo ando detrás de ella.

-¡Bella!- grito a la chica que está a menos de un metros de mi para que se aparte a un lado.

El chico que pasa patinando hace que Bella tambalee un poco. Patino hasta ella para sujetarla y cuando la sujeto, los dos quedamos a pocos centímetros.

Su cara está más blanca de lo normal por el frío y su nariz está un poco rosada por el frío que hace en la pista de hielo. Sus ojos azules brillan más de lo que es habitual y puedo sentir su respiración agitada.

-G-Gracias.- dice Bella antes de apartarse y agarrarse al borde de la pista con las dos manos.

-De nada.- digo aún confuso.- ¿Seguimos patinando?- no quiero seguir patinando, simplemente quiero que Bella no se sienta incómoda y la única forma de que no se sienta incómoda es haciendo el idiota para que se ría.

***

Bella.

En el espejo del baño de mi habitación de la suite solo se refleja mi cuerpo tapado por una toalla blanca, mi pelo acabado de peinar y mi cara acabada de maquillar.

Desde las ocho de la tarde he estado preparándome. No he tardado mucho en ducharme pero más de una vez, Max me llamaba desde fuera del baño para saber si estaba muerta o viva ya que son las once de la noche.

Max y yo hemos pensado mientras salíamos de la pista de patinaje que ya que estamos en New York, podemos salir esta noche y divertirnos.

En el baño tengo todo lo que necesito, mi vestido, mis zapatos y mis medias. Pongo las medias transparentes para no congelarme esta noche y tapo mi cuerpo con el vestido nuevo. Este se trata de un vestido sin mangas, por encima de la rodilla y negro. La parte de arriba tiene el escote en forma de corazón y es de encaje negro y brilla un poco y la parte de abajo es amplia, con una tela muy fina por debajo del mismo color que brilla menos que la parte de arriba y la tela de arriba de la parte de abajo es negra.

-Max, ¿puedes ayudarme?- pregunto a Max que no sé donde está, mientras salgo del baño sujetando la parte de arriba.

-¿Qué quieres?- pregunta saliendo de su habitación con una camisa azul marino sin meter por dentro del pantalón negro que lleva puesto.

-¿Qué miras?- me doy la vuelta para ver que mira y le vuelvo a mirar.- ¿Puedes subirme la cremayera del vestido?

-Si, claro.

Max subre la creayera negra mientras yo sujeto la parte de arriba juntandolas para que suba la cremayera y cuando termina de subirla, deposita un beso en su mejilla.

-¡Gracias!- digo con una sonrisa.- Estás muy guapo.- le guiño un ojo divertida y me siento en la cama de mi habitación para poner mis zapatos de tacón alto dorados.

-Tú estás perfecta.- dice antes de entrar en su habitación.

Ya estando sobre mis zapatos de tacón alto, me miro en el espejo grande de mi habitación.

Mi pelo está peinado con ondas y cae por mis hombros desnudos, y puedo notar como el maquillaje que me he puesto se nota más de lo normal. El corrector para las imperfecciones hace que no se note ningún grano o algo por el estilo, los polvos, el rimel, el lapiz de ojos y el delineador han echo el efecto que quería.

***

Mi cuerpo está pegado al de Max mientras bailamos en la discoteca Cielo, una discoteca de New York que hemos descubierto antes de salir del hotel, o eso creo.

Todo me da vueltas, quizás por que he bebido unas siete copas de algo que no sé lo que es pero que nos lo han recomendado o por el ruído de la música que hay dentro de la discoteca.

-¿Podemos salir afuera? Me duele la cabeza.- digo a Max en su oído para que me escuche.

Max asiente con la cabeza y tras esquivar a cientos de personas que hay en la discoteca, consguimos llegar a la entrada de la discoteca.

-¿Estás bien?- pregunta sentándose a mi lado en el escalón de la entrada de la discoteca.

Asiento con la cabeza y termino de tomar mi copa. La dejo en una esquina de las escaleras y apollo mi cabeza en el hombro de Max.

-¿Sabes qué me apetece hacer ahora?- pregunto mientras Max tapa mis brazos con su chaqueta.

-¿El qué?- dice Max mirándome.

La mano de Max está sobre la mia, sin hacerme daño, acariciando mi mano, algo que me gusta que haga ya que me transmite tranquilidad. Apollo todo el peso en mi mano acercándome más a Max para poder rozar sus labios.

Max se acerca un poco más a mi y juega con mi labio inferior durante unos segundos que se me hacen eternos.

-¿Vas a besarme o vas a estar todo el tiempo así?- digo mientras miro los labios rosados de Max.

Max sonríe y pega sus labios a los mios, tal como deseaba desde que salimos de la discoteca.

Viviendo Con Mi Ex.Where stories live. Discover now