Capítulo 7

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Emboscada

Violett

Busco la manera de justificar el hecho que estemos solos, hablando a escondidas, pero no encuentro ninguna.

—Chris no me hagas perder la paciencia — suelta con la mandíbula apretada y sus brazos cruzados sobre su pecho en la típica postura de padre enojado.

—Solo le estaba preguntando a la doctora sobre una mancha rara que me salió, ¿No es cierto Violett? — la voz del asiático que ahora sé que se llama Chris, se escucha alegremente en mi espalda.

—¿Violett? Ya veo que se tienen confianza.

—Claro, y yo solo le decía a Chris que no es nada de lo que deba preocuparse — decido seguirle el juego, aunque no sé si estoy empeorando o mejorando la situación.

Pero, es más, él no es nadie para pedirnos explicaciones, él es su amigo y yo una conocida, puedo hacer lo que se me dé la gana.

—Chris, necesito hablar contigo, y usted Doctora Williams le recomiendo que tome su lugar porque vamos a aterrizar en poco tiempo —zanja el tema, antes de hacer su camino de regreso a la improvisada oficina.

Escucho la risa de Chris a mi lado.

—Siento que me voy a divertir mucho estos días —murmura —. Nos vemos luego Violett, recuerda lo que te dije— antes de que le dé una respuesta, hace lo mismo que el teniente coronel, simplemente desaparece.

Chris está loco, Killiam me ignora y ese tal Oleg nos odia. ¿No hay nadie normal en la élite?

Antes de volver a perderme decido ir al baño para regresar a la sala de pasajeros. Ya todos están despiertos en sus puestos ¿Me habré demorado mucho?

—Estamos cerca de nuestro destino— me informa Selma.

—Es el viaje más horrible de mi vida —se queja Sophie.

—Aún no termina así que quédate en silencio porque puede empeorar— veo como Ryan la regaña.

Pero me siento inquieta como si alguien me estuviera observando, giro mi cabeza en busca de la razón de mi incomodidad y me doy cuenta que no es solo una persona la que me observa, si no que son dos: una rubia de ojos verdes y un hombre de tez morena, los que apoyaban al gorila en su circo. La chica me mira con desdén y él chico como si tratara de descifrar algo dentro de mí.

Oleg está distraído en una conversación con el chico rubio y la castaña. Más alejados a ellos, están la que parece una muñequita de ojos azules con la chica de tez morena que por lo que se nota es casi de mi estatura. Demasiadas personas, y aún faltan dos que no sé dónde están. Son once y solo conozco a nueve.

Vuelvo a enfocarme en la rubia de ojos verdes que al parecer no le caigo nada bien. Ganarme enemigos sin querer, es mi pasión.

Yo no le he hecho nada, pero si prefiere odiarme sin conocerme. ¿Quién soy yo para sacarla de su error?

Me mira y entonces decido sostenerle la mirada, tiene apariencia de ser rusa, igual que Oleg.

Hacemos una guerra de miradas, pero pierdo cuando entra Killiam y Chris a la habitación, sin poder evitarlo mis ojos viajan a ellos dos que están caminando por la sala.

Chris me guiña el ojo antes de seguir su camino y me es inevitable sonreír.

«Ese definitivamente está más loco que tú» -yin

Se nota que no tiene el mínimo interés por mí, pero está siendo muy amable abiertamente por alguna razón que yo desconozco.

Lo veo sentarse cinco asientos de distancia de los demás con Killiam al lado, que está con su misma expresión seria e indescifrable que ha tenido todo el día.

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