Capítulo 21

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Nota del Autor: Por favor a las releyendo (#R) se les pide encarecidamente que no pongan ningún spoiler y nada que los insinúe porque sus comentarios serán borrados. Dejen que las nuevas (#N) disfruten su lectura.

Nueve días

Brott

—Necesito que apenas regrese Violett, el primer examen que le hagan sea una prueba de embarazo — aprieto con fuerza el celular mientras pronuncio esas palabras, otra vez estoy lleno de ira —Sin que ella se entere y yo seré el único en saber el resultado de esa prueba— aclaro lo obvio.

—Sí señor — me contesta la ginecóloga de Violett desde el otro lado de la línea.

Sé que no se atreve a contradecir mis ordenes por mis influencias, eso mismo fue lo que utilicé para cambiar el anticonceptivo de Violett por una vitamina hace más de 3 meses, para poder embarazarla y decirle que el anticonceptivo había fallado.

Con lo que no conté fue que se iba a una jodida guerra durante tanto tiempo y se acostaría con el teniente coronel del ejército.

Yo tenía que embarazarla y no otro hombre. Le conviene que no se haya quedado embarazada de ese infeliz porque sobre mi cadáver va a tener un hijo suyo.

—También en el caso que la prueba salga positiva no duden en aplicarle una inyección para interrumpir el embarazo — recalco — Nada de esto lo debe saber ella, recuerde que necesita este trabajo o mi familia se encargará que no consiga ningún otro empleo en el país.

La escucho tragar fuerte, pero sé que hará lo que le pido, la ginecóloga de Violett es madre de más de 5 niños y necesita el empleo para poder mantenerlos a todos, aparte le doy mucho dinero por los servicios extras que me brinda.

Ella simplemente es un peón para conseguir que Violett se acuerde de que yo soy el indicado.

Sin esperar su respuesta cuelgo y trato de calmarme, aunque no puedo. Su jodido jueguito de salvar al mundo y acostarse con otros hombres me está hartando demasiado. Necesito que regrese lo antes posible a Londres o me volveré loco de la ira.

Agarro el celular con tanta fuerza que mis nudillos se tornan blancos y sin pensarlo estoy estampando el celular contra la pared, ya es el tercer celular el día de hoy que estrello.

El estruendo hace que mi secretaria de un brinco en su lugar, pero luego permanece firme junto a mi escritorio, antes de extenderme un nuevo celular, que lo deja sobre la mesa con la misma línea.

Ha trabajado para mí tantos años que sabe mis problemas de ira, y todos mis trapos sucios.

Me tomo la libertad de mirarla un segundo, la ira no se ha ido de mi sistema y siento mi pecho arder, y mi respiración caliente.

Mi secretaria es alta pero no tanto como Violett, su piel es pálida casi como un papel, su cabello lacio y rubio le llega hasta los hombros, tiene los ojos grises como los míos, lleva los labios pintados de un rosa brilloso, y no tiene tantas curvas como Violett.

Se me hace imposible no comparar a todas las mujeres que veo con Violett, porque es la única persona que quiero en este mundo, pero mi secretaria no se ve mal. Es plana pero no tanto.

Me levanto del escritorio con brusquedad y agarro su cabello haciéndola sobresaltar, pero no se niega ni lucha a mi agarre.

Nunca he engañado a Violett en mi vida, pero ahorita mismo la odio tanto, que si la tuviera al frente sería capaz de golpearla por ser una perra, hija de puta.

Agarro con más fuerza del cabello a mi secretaria y la tiro contra el escritorio.

Doblo su espalda hasta que su cara queda estampada contra la fría madera café, y su culo queda en mi dirección. Mantengo un brazo agarrando con brusquedad de la raíz de su cabello y con el otro, alzo su falda negra tubo dejando a la vista sus blancas bragas.

ARRITMIA ©®Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt