Capítulo 29

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Nota del Autor: Por favor a las releyendo (#R) se les pide encarecidamente que no pongan ningún spoiler y nada que los insinúe porque sus comentarios serán borrados. Dejen que las nuevas (#N) disfruten su lectura.

Maratón 1/2

Los Williams

Violett

Estoy acabada, estoy derrotada, es lo peor del mundo. Simplemente no puedo creer que Killiam sea mi nuevo jefe, ¿Qué le ocurre a ese hombre?

De todas las cosas que podía hacer, hizo la peor. Brott estaba furioso, no me dirigió la palabra en todo el día, es que no es para menos, un día eres el dueño de algo, al siguiente eres el codueño, y nada más, y nada menos que del otro hombre con el que yo, su prometida, se acostaba.

Comparte hospital, y compartió mujer. Claro que no soy un objeto que puedan poseer, pero, aun así, si se entera que también estuve con él, me entrega personalmente a la policía.

—¿Viste al nuevo jefe? — escucho una voz desde el interior del baño, me he encerrado aquí para evitar que Brott se desquite conmigo, y no es la primera conversación del día que escucho sobre Killiam.

—Sí, es increíblemente ardiente — responde la otra chica con voz chillona, haciendo énfasis en la palabra "ardiente".

—¿Crees que esté casado? — se escucha la decepción en su voz, como si a ellas eso les va a impedir intentar algo.

—¿No sabes quién es? — abren el lavamanos y escucho correr el agua —Es el mismísimo Killiam Anderson, teniente coronel del ejército de Londres, un hombre sanguinario y sin escrúpulos, aunque a mí no me importaría nada si solo accede a cogerme.

Inconscientemente ruedo los ojos.

«No, mija, vaya búsquese al suyo, ese es mío y de Violett»-yin

No es de nadie, no molestes, yin.

—Caminaba como un Dios, un enviado del cielo — la otra chica le responde.

«Más que un Dios, es un príncipe del inframundo, un enviado del hades, un señor pecado»-yin

«Omg, ¿Quieres callarte? Me está desesperando tu adoración a ese hombre» -yang

«A mí nadie me dice a quién puedo o no adorar. Yo a ese hombre le rezo cada noche» -yin

—Me dijeron que iba a venir por aquí seguido, y el Doctor Harvey estaba muy irritado con su presencia. Aunque yo pagaría solo porque me mire con esos ojos celestes como el cielo — no aguanto más y abro la puerta del baño, saliendo como si nada, las doctoras guardan silencio cuando me notan.

Les dedico a ambas una sonrisa fingida tratando al máximo que se note natural. No quiero que noten que me están llevando los infiernos.

—Tranquilas, yo también me he enterado cosas de ese hombre — hablo con ellas y ambas relajan los hombros, pensando que soy como ellas, una aduladora de Killiam. Me pongo en medio de ambas y abro la llave lavándome las manos.

—¿Qué te han dicho de él? — la doctora de pediatría, por lo que puedo ver en su mandil blanco, es rubia, delgada, con ojos negros, me pregunta con emoción y yo finjo desinterés.

—Nada fuera del otro mundo — arrugo la cara como si el tema fuera lo más aburrido que existe —Una amiga mía me dijo que su amiguito no funciona correctamente — junto los labios y muevo la cara en desaprobación.

Ambas se tapan la boca en asombro y decepción mezclada.

—También me dijo que de grande solo tiene el cuerpo — continuo mi discurso y ambas resoplan —Así como lo oyen, es solo una cara bonita, yo de ustedes no me hago tanta ilusión.

ARRITMIA ©®Where stories live. Discover now