Capítulo 6

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Nota del Autor: Por favor a las releyendo (#R) se les pide encarecidamente que no pongan ningún spoiler y nada que los insinúe porque sus comentarios serán borrados. Dejen que las nuevas (#N) disfruten su lectura.

¿Héroe o villano?

Violett

El viento mueve las hebras de mi cabello en un vaivén mientras toda mi vida pasa ante mis ojos, sin duda alguna jamás me hubiera imaginado estar sentada en la parte de atrás de un camión, viendo a todo el ejercito y personal médico guardar cosas en los aviones rumbo a una guerra en la cual puedo morir.

Mis dientes chocan unos con otros en un temblor que trato de controlar para que no se note mi cobardía, al fin y al cabo, este es el camino que elegí. Sé que fue loco y descabellado, pero no podía dejar a esos dos niños sin su único pilar.

Muevo mis piernas de atrás hacia delante como si de un columpio se tratase, y mis nudillos se tornan blancos por el agarre que tengo con ambas manos sobre el asiento.

Todos han bajado para ayudar a subir la carga en el avión correspondiente. Cinco aviones en total, llevarán lo que aproximo somos más de 200 personas. Se nos fue informado que viajaremos en el avión de la élite, ya que somos solo treinta y cinco personas del equipo médico; entre doctores y enfermeras. Es obvio que tenemos que compartir el avión con los soldados.

Escucho a los soldados correr de un lado a otro ya que estamos muy cerca de la hora de partida, mi pecho se contrae ante el hecho que no tengo manera de volver el tiempo y me debato en si debo llamar a mis padres en caso que no vuelva a escuchar su voz nunca más, pero prefiero no hacerlo, ellos no pueden angustiarse por este tipo de cosas.

Lleno mi pecho de aire, deseando que eso me llene también de valentía. La semana que pasó desde que estuve en la oficina del teniente coronel Anderson fue más tormentosa que antes, tuve más pesadillas y a este momento de verdad ya ni siquiera puedo aparentar que ando en mi mejor momento, pero cuando me preguntan digo que solo estoy nerviosa por la guerra, y en parte es verdad.

Tomo impulso bajando del camión, mis ojos escudriñan toda la pista de aterrizaje y divisó los cinco grandes aviones de guerra mientras personas salen y entran de ellos con cajas, por medio de la gran puerta trasera que abre paso a este, tal cual los muestran en las películas de acción, y yo que pensé que nunca me subiría a uno de esos.

La pista es amplia, varios soldados corren y luchan por no dejar caer nada o chocarse con alguien, todos van vestidos igual, camuflados color verde y una camisa del mismo tono, algunos usan gorras que combinan, otros prefieran mostrar su cabellera. Aprieto mis manos haciendo que se claven las uñas en mis palmas para no pensar en nada malo, o triste, cada que veo un soldado pasar. Todos aquí son hijos de alguien, hermanos, primos, e incluso sobrinos y de solo imaginarme que muchos no volverán hace que se me encoja el corazón. Están peleando guerras que no deberían.

Veo el gran grupo de personal de salud haciendo contraste a todos los soldados que están vestidos de la misma manera. O'Brien nos informó que utilicemos algo cómodo porque volaremos 10 horas, y como no podemos aterrizar directamente en Siria, aterrizaremos en un espacio camuflado que tiene el ejército en Israel y para no levantar sospechas nos dividiremos en más de 15 grupos para viajar en camiones por diferentes rutas hasta nuestro lugar de destino.

Así que llevo puesto un calentador gris, con unos zapatos deportivos negros y una camiseta de algodón suave con mangas de mismo color que los zapatos, un abrigo negro descansa sobre mi brazo y mi equipaje es arrastrado con mi otra mano.

Aunque estén lo suficiente lejos de mí, puedo ver sus caras de resignación aceptando su destino, cada uno vestido de un color diferente con sus maletas respectivas ya que nos prohibieron llevar más de 6 kilos de equipaje.

ARRITMIA ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora