Capitulo 192

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NARRADOR: Dea Hawkeye

- ¡Alguien que traiga a Martin ya! - grite furiosa.

Uno de los reclutas que se encontraban en ese lugar salió corriendo de la habitación. Sentía como el cólera viajaba por mis venas y mi respiración se volvía cada vez más irregular, apreté los puños mientras caminaba directamente a mi escritorio. Quería sentarme y relajarme, pero mi impulso me llevo a volcar el escritorio de un solo movimiento.

Dea Hawkeye tienes que calmarte, solo vas a lograr estropear todo lo que has construido con tanto esfuerzo.

- Siempre supe que tenías un toque impulsivo explosivo - esa voz la conocía, esa voz no la escuchaba desde hacía unos meses... esa voz ya no existía.

- Henry - susurre. Apenas me había dado la vuelta mis ojos encontraron fácilmente con su figura apoyada en el marco de la puerta con una gran sonrisa.

- Me alegra que no me hayas olvidado.

Esto no podía estar pasando de verdad. 

Él está muerto. 

Él esta muerto por mi culpa.

- Tú no... - mi corazón comenzó a latir aun más rápido de como lo tenía antes en mi descargue de cólera contra mi escritorio.

- ¿Yo no qué? - pregunto mientras se paro derecho.

- Tú no deberías estar aquí.

- ¿No puedo visitar a mi novia en su guarida? - Henry sin previo aviso comenzó a caminar rápidamente hacia mí y antes que pudiera reaccionar a su cercanía sentí su mano tocar mi cadera y atraerme más a él. 

Sonrió, poco a poco empecé a percibir su respiración más cerca. El espacio que se encontraba en medio de los dos se fue reduciendo y no precisamente fui yo la que lo acorto, si no fue él el que se fue acercando poco a poco hasta que sentí sus labios sobre los míos.

Mis brazos actuaron por si solos, viajaron del shock en el que me encontraba hasta llegar a su rodear su cuello. Sus besos eran recuerdos que habían quedado en su totalidad en el olvido y los movimientos suaves y tiernos eran nada más que un sueño convirtiéndose en realidad. Sus manos se encontraban en mi espalda que poco a poco comenzaron a subir y bajar por mi espalda.

No podía creer que después de todo lo que había pasado y todo lo que yo no me podía perdonar, él solamente lo había dejado en el olvido y me seguía considerando su novia.... 

Dea espera

Acaso había dicho "¿No puedo visitar a mi novia en su guarida?". Me separó de él al instante que repito esas palabras en mi cabeza. - Dea ¿estás bien? - dirijo mi mirada hacia él analizando una vez más su palabras y trato de encontrar en mi memoria una justificación creíble, pero mi cerebro no me da respuesta alguna.

En el momento que siento su mano cerca de mí en un acto reflejo lo tomo del cuello pegándolo a la pared en demasiado fuerza. Henry hace una mueca de dolor al sentir el impacto de su espalda con la pared.

- ¿Cómo sabes que tengo una guarida? Yo nunca te lo dije - le pregunte mientras mis ojos trataban de buscar un defecto en él que me diera una señal de que él no era el chico que hace cuatro meses había muerto.

- Tú me lo dijiste, recuerdas. Cuando estaba muriendo en medio de la carretera - dijo tomando con ambas manos mi brazo.

- No - dije con la voz quebrada y una lágrima se deslizo de mi ojo - ni siquiera te dije el porque de tu muerte.

- Yo si lo sé - dijo mientras comenzaba a removerse de mi agarre - y es por eso que te detesto. 

¿Qué está pasando? Él si está muerto,

Alimentadora [#1]Where stories live. Discover now