Capitulo 184

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NARRADOR: Andy Mawson

El calor que se estaba generando entre mi cuerpo y las sábanas me estaba volviendo loco, no me sentía cómodo en ninguna de las posiciones que me hacía. De mi frente brotaban varias gotas de sudor y no sabía que era peor, tener inmensas ganas de desgarrar un cuello o no poder dormir.

- Deja de moverte - su voz sonaba adormilada - no me dejas dormir con tantas vueltas que das.

Me "acomode" de tal manera que quedara boca arriba, pero después de unos segundos me quería dar la vuelta, aún así me mantuve quieto. Mi boca estaba totalmente seca y apretaba y soltaba constantemente los puños para evitar las ganas de pararme de la cama para salir corriendo por un bocadillo.

Trate de tragar saliva, pero era muy difícil, ni siquiera sentía la saliva en mi boca.

- ¿Estas bien? - su voz esta vez no sonaba adormilada sino más alerta y preocupada.

En el momento en que mis ojos percibieron que habían encendido la luz de la habitación intente abrir los ojos, pero era tan imposible como abrir una nuez con un alfiler. Moví mi cabeza hacia un lado al sentir su mano cerca de cara, aún así su mano hizo un ligero contacto con mi piel ardiente.

- Estás que quemas - comentó preocupada.

- No es nada - dije con algo de dificultad.

Entreabrí los ojos captando el rostro de Daniela preocupado - ¿Qué no es nada? - cerré de inmediato los ojos. A los pocos minutos sentí en la cabeza algo húmedo y refrescante - Tal vez esto te baje la fiebre - podía deducir a partir de su voz que se sentía impotente, indecisa, asustada - Demonios - escuche las pisas alejarse para luego regresar de manera frenética - Andy, creo que es mejor que le digas a tu mamá, mira como estás - la suavidad de un pañuelo rozo mis fosas nasales, era muy probable que otra vez estuviera sangrando y no me hubiera dado cuenta.

- No.

- ¿Pero por qué no? - comenzó a protestar.

- Tú mejor que nadie deberías saber como reacciono cuando se entero que soy un transangui - la frescura que antes había sentido, ahora casi ni la notaba.

- Pero estás ardiendo en llamas. 

- Ya vas a ver que es algo pasajero - dije mientras mi mano tanteaba para descubrir donde estaba Daniela, pero al parecer ya no se encontraba cerca como yo esperaba - ¿Daniela?

- Espérame un segundo - su voz se escuchaba un poco lejana, pero luego de un momento escuche sus fuertes pisadas acercarse a mí, me vi otra vez obligado abrir los ojos. Daniela me quito la toalla que me había puesto en la frente para bajarme la temperatura (cosa que no sirvió ni tampoco duro) y me puso otra aún más húmeda que la anterior - ¿Puedes levantarte?

- Sí - asentí con la cabeza mientras concentraba todo mi peso en mis brazos y con varios gruñidos me logre "sentar"  en la cama, aunque tuve que mandar la cabeza hacia atrás para que no se me cayera la toalla de la frente.

Daniela se sentó a mi lado - No digas nada y bebe, quieres - dijo mientras ponía su muñeca cerca de mi boca, de hecho estaba pegada a mis labios.

- Daniela...

- Te dije que no dijeras nada y solo bebieras.

- Pero te va a doler - trate de saca una escusa.

- Ya lo sé, pero tu lo necesitas.

- ¿Si no bebo te molestarás?

- Es lo más probable.

- Bien. 

Alimentadora [#1]Where stories live. Discover now