Legado de Pilares [ADN I] |Fi...

By AlysaKai

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🖤 Finalista en los Wattys 2021 bajo el nombre «El Legado de Sadra» que ahora es «Legado de Pilares» _______... More

Frase
Sinopsis más general
Mockups
Moodboard
PROMO
Prólogo
1_Burbuja Rota (Ainhara)
2_Secuestro y Abandono (Anahí)
3_Unidas por el Dolor (Anahí)
4_Partícipe (Amir)
5_Deporte o Suicidio (Ainhara)
6_Inesperado (Ankara)
7_Una sombra (Ankara)
8_Trampa conjunta (Anahí)
9_Nueva rutina (Amir)
10_Castigo Domiciliario (Ainhara)
11_Partido (Ainhara)
12_Relax (Anahí)
13_Volver (Ainhara)
14_El tiempo junto a ti (Amir)
15_Enigmas (Ankara)
16_El casete (Anahí)
17_Un nuevo salto (Ainhara)
18_Khopalka (Amir)
19_Los Batlelock de Musa (Anahí)
20_En lo alto de una estrella (Anahí)
21_Sadra Miller (Anahí)
22_La noche de las cuatro víctimas (Ankara)
23_De Luto y Una Nota (Ainhara)
25_Fuera del Orfanato (Anahí)
26_Mi Realidad (Amir)
27_Código: SM (Ainhara)
28_Travesía (Ankara)
29_Bienvenidos al NUCLEO (Ainhara)
30_Historias del pasado (Astrid)
31_Alianza Oficial (Anahí)
32_Los primogénitos declaran su apoyo (Astrid)
33_Entrenando a los cinco (Astrid)
34_Una Noche Especial (Ainhara)
35_El Proyecto (Astrid)
36_Una Grieta en el Plan (Astrid)
Epílogo (Ainhara)
Edits

24_Mentiras develadas (Ainhara)

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By AlysaKai

Necesitábamos hablar con los ánimos más calmados, concluí.

Luego de beber el café, darme la ducha fría, e ir descalza de un lado a otro dentro del dormitorio de Ken, me encargué de convidar al grupo mediante una llamada hecha desde el móvil de mi amigo. Debíamos reunirnos para terminar la conversación pendiente.

Por tanto, cada uno de ellos contestó al llamado como los betas al aullido del alfa. Por supuesto yo soy el alfa, dado que me mola mucho estar en la cúspide de la jerarquía social. E igualmente acepto que solo soy una huérfana irrelevante para la sociedad en donde vivo. Sin embrago, en mi mundo, con los míos, me permito ser el alfa si así lo deseo.

Una hora después, los cinco estamos reunidos en el desván inhabitable de la casa. Sobre las tablas de una cama el resto del grupo toma asiento. Ken permanece en pie y yo me coloco en una hamaca que hay situada justo al lado de la buhardilla.

— Tal vez no llegue a defender esta causa con tanto ahínco como ustedes, pero jamás volveré a mencionar el nombre de Sadra Miller a nadie que no esté en esta habitación –prometo–. Habla Anahí.

— Sadra estudió periodismo en su original Eglossa. Según lo que me contó Tita, una conocida de Ryan y amiga de juventud de Sadra, ella también viajaba de una Península a otra por motivos evangelísticos o misioneros. Tita dice que Sadra dejó su trabajo. No sabe por qué en realidad, aunque Sadra le dijo a Tita: es un riesgo, pero nunca lo abandonaré del todo. Ankara y yo pensamos que dentro de este espacio ella se dedicó a reorganizar, e investigar sobre los Batlelock de Musa, pues tenemos el único ejemplar de un libro que lleva su nombre.

— Me gustaría aclarar que conozco a Sadra desde hace años –comenta Ryan–. O sea, Tita enseña su álbum de fotos a todos los amigos de Greg, su nieto. Sin embargo, no tengo idea de lo que sea que Anahí y Ankara saben. Para mí, Sadra era solo una amiga ya fallecida de Tita.

— Gracias por la aclaración, Ryan. ¿Ankara?

La susodicha palmea sus muslos antes de levantarse.

— El libro trae muchos datos históricos, aunque resumiendo, ya que ninguno se lo va a leer, esto es lo más importante: el 21 de marzo del 74 los Batlelock invitaron a las Familias Pilares y sus Intelectuales para el cumpleaños de su hija. Aquí ocurrió lo que Sadra nombró La Balacera. Pasó igual que en el orfanato, pero con muchos más hombres.

— Eso nos deja un modo de actuación, el patrón que ellos usan –deduce Ken–. Lo digo porque, por ese tiempo los ADN no existían. Entonces, ni esa Balacera, ni lo del OSM es acto de los rebeldes.

— Exacto. Aunque no fueron niñas huérfanas quienes murieron.

Anahí intercambia una mirada con su amiguita para animarla a seguir.

— Asesinaron a los Armas-Ozeli y no fue por error.

— ¿Y cómo es que nadie sabe esto? –con gesto exasperado, me levanto atraída por la irritación– ¡Asesinan a dos Familias Pilares y el mundo no se entera! En lugar de eso, reparten mentiras.

— Eso nos lleva a lo ya discutido por nosotras: los Regentes y la Élite son los responsables de las muertes de Sadra Miller, los Armas–Ozeli y los Batlelock.

— El proyecto de UT –complementa mi amiga–. Pienso que no lo retomaron porque no les convenía. Mejor dejarlo enterrado junto con Emiliano y Ana.

— ¿Qué es el proyecto UT? –indaga Ken.

Empezamos a comprender mientras debatimos lo referente a La Unión Triple cuando Ken nos manda a callar. Entonces, oímos el instrumental de noticias en vivo. Bajamos la escalera entre brincos y llegamos cuando una entrevista (similar a la de antaño en Eglossa), emprende su emisión desde Musa y para el mundo.

Cabe destacar que el señor Harry, abuelo de Ken, es un fanático de la televisión. Por dicha razón siempre la tiene prendida.

— ¿Es eso cierto Experto Marcelo?

— En efecto Álvaro, el terrible incidente tuvo lugar en nuestro Orfanato de Señoritas de Musa, en la región de Porto Villal. Tres niñas inocentes murieron y un hombre fiel a su deber, todos a manos de estos Amigos de la Noche.

— ¡¿Pero ¿¡qué dice!? –Ryan da media vuelta despeinándose el cabello, no obstante, sigue viendo.

— El velatorio será transmitido mañana y así las Penínsulas podrán ofrecer su adiós a estas almas puras, sin olvidar cuántos límites comienzan a cruzar estos rebeldes.

— ¡Vaya esos divergentes en verdad están logrando alterar el sistema! –sobreactúa el presentador– Por el orden político no dejan de lanzar dardos difamando a sus personas de abusos de poder y muertes. En cuanto a la religión cristiana que muchos practican, incluyendo a su líder Arturo, parece que la usan buscando engatusar el orden social y así adherir a sus filas mayor cantidad de habitantes.

La cámara se aleja enfocándose en alguien del panel.

— Experta Libia, dígame, ¿sus bases en Hill aún no consiguen hachear las redes del movimiento ADN? Es sabido que una resolución ha surgido legalizando este proceso dada las circunstancias...

El idiota le asigna su micrófono, pero la mujer toma el que tiene en frente.

— Así es. Desafortunadamente cada día estos rebeldes fortalecen sus redes, con todo, en Hill no hay descanso.

Poco me ha importado la política desde siempre y por ello no recuerdo a los Balezcose Urbide. Jamás vemos noticias en el orfanato. Además, las pocas veces que entremos a internet, no es para más que ver películas en la Sala de Tecnología.

Sin embargo, sé que esa mujer es la madre de Anahí.

¡Zorra! –le digo para mis adentros.

— de manera que, sé reconocer a un buen adversario. Al menos en sus habilidades, pero pronto caerán.

— Caerás tú –sentencia la pelirroja a mi lado.

Lo cierto es que verlos mentir con tanto descaro saca un enojo férreo de cada uno de nosotros.

— Ciudadanos: ustedes den la otra mejilla, ignorándolos ganaremos. Recuerden que Musa no es una Penínsulas como Hill –asegura el Experto Marcelo–. No podemos costear gastos en hackers, ni tecnologías avanzadas para desmantelar redes anti-peninsulares. De hacerlo, pereceríamos en el intento; perderíamos nuestros logros económicos.

— Mantendremos las conquistas alcanzadas gracias a ustedes –sostiene Libia. Punteando su índice sobre la mesa–, los de raíces fuertes que no se amedrentan por este grupo de divergentes religiosos y antisociales. ¿Sí Álvaro?

La sonrisa ofrecida ante el carraspeo del moderador es la más falsa de entre todas las vistas.

— Aplaudo su diplomacia, a la par que tomo prestadas las anteriores palabras de su hermano a modo de disculpa señora Libia: el tiempo corre y todos estamos desando tomar una ducha y dormir... sin embargo, Experta Reina, me ha llegado una información que usted puede aclarar a mí persona y al resto. ¿Qué tiene para decir sobre cierta caja fuerte?

— Antes de aclarar el tema en cuestión, Álvaro me gustaría aclarar que estos llamados Amigos de la Noche no solo se hacen con las redes y la tecnología. Sus dardos anti peninsulares van desde realizar dinamismos vandálicos hasta reclutamiento, entrenamiento cultural, político e ideológico. Además del robo. Lo cual ha venido a ser su último golpe.

— Cuéntenos más, por favor –pide Álvaro.

— Resulta que, con ayuda de sobornos a trabajadores residentes de Eglossa, que de antemano aviso, han pagado por su deslealtad, dichos rebeldes lograron su objetivo al robar una caja fuerte contenida en los Centros de Recursos Hereditarios. Es sabido que mi familia pronto invertirá en Hill de modo que vamos y venimos. De manera que, así, en televisión peninsular les pedimos disculpas por este fallo. Muy probablemente lo ocurrido haya sido nuestra falta. Sin embargo, Eglossa es nuestro hogar. Reforzaremos seguridad y os prometemos no volver a defraudarlos.

Dicho eso, enlaza una mano con la del hombre a su lado. Supongo que sea su esposo. ¿Cómo se llamaba? ¡Ah sí! ¡Bradley Yoon! Parezco mesera recordándose los nombres de todos los asistentes a un evento de alta gama. Pues sí, recalco que la política y la cultura no son lo mío.

Permanezco viendo al hombre sin escuchar las posteriores mentiras. No es su atractivo maduro lo que me hace presa de su figura. Son sus ojos, los rasgos de facciones que, si bien tienen la huella imborrable del tiempo, me recuerdan a una persona cercana: a Damián.

— ¿Qué tal unas últimas palabras Experto Bradley?

La mención de su nombre me hace reconectar con el programa.

— Intentaré ser breve.

Con su gesto me queda claro. Tienen que ser parientes porque no puede haber dos personas tan parecidas entre sí que no estén unidas por la herencia familiar. Por el ADN.

— Defendamos nuestros esfuerzos habitantes de las Penínsulas. Lo que hasta hoy se mantiene en pie, es resultado del arduo trabajo de todos los nosotros. Si permanecemos fieles a la causa, los ADN caerán por su propio peso, cuando ya no puedan conservar sus mentiras.

Aparecen los créditos y el teatro acaba. Muy creíbles, todos. Nosotros damos media vuelta para volver al desván. Entretanto el señor Harry comunica que hará merienda para todos.

Otras de sus pasiones es la cocina, por eso, a pesar de que en su juventud fue militar, ha dejado la vejez para hacer lo que más ama: ver programas de cocina y realizar todas las recetas que pueda.

Entro de última al sentir el móvil vibrarme dentro del bolsillo.

Amir: Linda no podremos vernos más por hoy. La familia de Damián me ha comprometido, ya sabes no debo ser descortés. Antes si no te hubieras ido con Ken habríamos estado un rato más juntos. Te amo, la próxima la planeas tú.

Yo: No pasa nada, sé respetuoso. También estoy ocupada.

Paso por alto la pulla respecto al tema de Ken porque sé que le molestaría. Amir no es para nada improvisado. Él contaba con verme en el cementerio al regreso, pero cuando llegó yo no estaba, por tanto, es comprensible que le joda un poco mi falta al plan.

— Bueno, gente, ¿queda claro que son los mejores exponentes de la hipocresía o no? –digo y todos me apoyan igual de resueltos– ¿Por cierto qué tendrá esa caja fuerte?

Ni la Élite de Expertos conoce lo que guarda en su interior, pero al menos, quedamos tranquilos de saber su origen. Era de Sadra y todo me cuadra al oír la historia. Ahora más que nunca creo que fue Lara quien la robó aquel día porque mi llave...

— Desapareció –señalo–. No le di relevancia porque no tenía idea de volver allá abajo. Además, ustedes ya tenían sus propias llaves para abrir el candado. ¡Ella la robó, posiblemente en unas de las inspecciones sorpresas en los dormitorios!

— Me espanta mucho creer que Lara sea capaz de dar una orden como esa –afirma Ankara– ¿Asesinar? En serio es...

— Horrible –termina Anahí por ella.

— Aun así, tiene que haber una razón –delibera Ryan–. ¿Si ha pasado toda su vida al frente del orfanato, por qué mandar a asesinar a las personas que por tanto tiempo ha estado bajo su cuidado? Lara nunca ha aparentado ser una mujer cruel, quizá esta bajo chantaje de alguien más.

— No, no lo creo –niega Anahí–. Ankara y yo creemos que trabaja para los Expertos y Regentes de Musa. Ellos no quieren que investiguemos a Sadra y saben que lo hacemos.

— Por culpa de mi bocota que le dijo todo.

— Sí amiga.

— Quizá el robo de la caja fuerte esté conectado –aporta Ken.

— Oh lo está –asegura Ankara–. Lara la robó para ellos, quienes a su vez se lo entregaron a Reina y Bradley Yoon. ¿O sino cómo es que está ahora en Eglossa?

— Es cierto –convengo–. Esto no se queda así, me va a oír.

Dicto guiada por un ataque de furia. Muy en el fondo sé que encararla ahora no es lo mejor, pero lo necesito. No me andaré con medias tintas. Por tanto, me adentro en un taxi sin mirar atrás, aunque tengo por seguro que el resto me persigue.

Ken y Ryan se detienen al otro lado del portón principal del orfanato para llamarme. Entonces volteo y ambos me dan un ligero asentimiento. Anahí junto con Ankara trotan hasta que llegan junto a mí.

— Iremos contigo –apunta la pelirroja.

— Siempre juntas ¿recuerdas? –dice Anahí.

Por supuesto lo recuerdo. Es el principio y el fin de lo que una vez le dije: «... siempre debemos marcar temprano e ir juntas...»

— Siempre juntas –afirmo.

Acto seguido, ocupo el lugar del medio con Ankara a la derecha y mi amiga a la izquierda. Entramos al edificio sin medir palabras con nadie. Vamos en dirección a su despacho, por el cual entro como una exhalación luego de empujar con ambas manos las dos partes en que se divide la puerta.

El dúo me escolta en tanto vocifero sin detener mi andar.

— ¡Lara!

Percibo consternación en cada arruga de su cara. Ella desvía su visón; de mí, al centro de la habitación. Ahí donde las chicas se detuvieron. De un santiamén vuelve a mirarme.

— ¿Lara cuánto me quieres? –es apenas un susurro, un ruego por mi parte– Hace doce años fuiste la luz que dejé entrar cuando creí todo perdido. Fuiste mi guía en todo tiempo, mi lugar seguro. Me tendiste la mano que yo acepté con inocencia ¡Te quiero! ¡te quiero! ¡te quiero! ¡lo dije mil veces y ahora lloro al pronunciar esta frase! –en verdad lo hago– Eras mi hogar, pero ya no. Tu máscara se ha caído y me voy; dejo atrás el recuerdo de mí Lara

— ¿Cariño qué estas...?

— cuando venía a despertarme –no le dejo hablar– en las mañanas porque me saltaba la alarma y con prisas me peinó hasta los doce años. La misma Lara que maquilló mi cara juvenil por primera vez y me dijo como se hacían los niños, que era el sexo y cuando podría practicarlo. A esa Lara del pasado le confié secretos, miedos y alegrías ¡a ella la llame madre y cada día estuvo más cerca de mi corazón! Pero a esta... –mi gesto emite la repulsa que ahora siento– a ti no te conozco.

— Ainhara cálmate –me pide– ¿Qué está ocurriendo?

— Tus consecuencias; eso está ocurriendo. ¿Por qué los mandaste a asesinar?

No podía callarlo más. Y si dijera que tengo una virtud, esa sería que voy directo al grano. Los rodeos no son lo mío.

— Por ti.

Mi rostro se suaviza ante la respuesta, sin embargo, mi pulso se acelera. ¿Está echándome la culpa?

— Porque si no os matarían a las cuatro. ¡Tenía que dar nombres! –no hay rastro de arrepentimiento y pese a hacerlo por amor, su amor me sabe a podrido– Están al corriente de que investigan.

Es demasiada información. De repente quedo en silencio, entonces Anahí habla.

— ¿Por qué lo hicieron? El asesinato de Sadra y los Armas Ozeli.

— En este mundo existen jerarquías y personas insatisfechas con el estatus que les ha tocado.

— ¿Solo por gobernar un puesto mayor en el sistema?

— Si hay algo más, Anahí, yo no lo sé.

— No te creo –confieso con rencor.

— Siento que no lo volverás a hacer nunca más, mi niña.

En tanto Lara y yo nos devolvemos miradas, Anahí continúa su indagación.

— Conociste a Sadra –puntea– ¿Tuviste algo que ver con su muerte?

— No. Sadra murió a manos de alguien más.

— ¿Qué hay con la caja que robaste? ¿Es la misma que los ADN tomaron de Eglossa? Dinos la verdad –con gesto amenazador la chica de cabellos rojos se acerca a nosotras.

— Es la misma pero no llegaron a abrirla de modo que nadie sabe lo que oculta. ¿Satisfecha? –la pelirroja no llega a responder– Miren, esta gente ha pasado por encima de hombres y mujeres más fuertes y poderosos que ustedes niñas. Quería hacérselos entender: cada chica representaba a una de ustedes, Rodolf, no él solo...

— ¿Cómo puedes pronunciar su nombre? –no me importa llorar de ira– ¿Por qué había solo tres? No mandaste a nadie por mí a la muerte.

— Porque te omití, eres demasiado importante y ellos no pueden saber que existes.

De inmediato bufo.

— ¿Importante yo?

Lara se aleja. De una gaveta con llave extrae lo que me parece es un expediente. Lo miramos con aprensión, sin embargo, ninguna dice nada. Ella lo blande en lo alto antes de volver a hablar.

— ¿Sabes que está aquí? Tu acta real de nacimiento, que únicamente he leído yo. Mi niña, ¿sabes cuáles son tus verdaderos apellidos?

Entonces extrae el papel de la carpeta, no sin antes darnos su mirada de escrutinio colectivo.

— Aquí dice quién eres y esa es: Ainhara Armas Ozeli.

— Armas Ozeli. ¿Eres –Ankara voltea a verme tras finalizar una mirada hacia Anahí– la heredera de los Armas-Ozeli de Hill y Eglossa?

— No –digo semejante al que desea esconderle una verdad al que ya la conoce–. Es una mentira lo que dices.

— Es real, Ainhara.

— Por eso me haz cuidado todos estos años: por ser una Armas-Ozeli.

Te he cuidado porque te he querido como se quiere a una hija –me dijo antes de salirnos por donde llegamos. Todavía no sé si creerle.

***

El señor Harry duerme profundo. Por eso es la ocasión ideal para reproducir el casete número dos. Ryan salió a buscarlo hace más de una hora. Mientras tanto, cada individuo presente en el desván libra pelea con sus dudas y razonamientos.

— ¿Qué crees que diga ese casete? –Anahí se encoje de hombros sin respuesta para Ken.

Es la pelirroja quien responde:

— Ella dejó un legado. Sea lo que sea es importante, aunque no tanto como lo de la caja fuerte...

Los cabeceos de aprobación y sus palabras quedan suspendidos con la llegada de Ryan. Él descuelga su mochila para sacar el reproductor bajo las miradas apremiantes de todos. Adentra el casete al tiempo en que nos sentamos sobre el lateral de la cama sin colchón.

Frente a nosotros, encima de una mesilla, queda situado el walkman. Entonces cuando la grabación comienza a revelar un zumbido, Ken se arroja adelante y da pause.

— Solo quiero agregar un ultimátum. Lo oiremos todo hasta el final, sin más pausas ¿está claro? Una vez empiece probablemente no queramos seguir, sin embargo, debemos hacerlo. El debate para luego, ¿todos de acuerdo?

Todos de acuerdo.

La voz de Sadra se escucha en segundos. En un tono susurrante, carente de alegría. Sin embargo, rebosante de esperanza.

— Ustedes serán ese ADN, nuevo, luchador, unido. Citando la Biblia os recuerdo a todos: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. Pues, así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.

» Nuestra lucha sea puesta en oración, hermanos, doblando rodilla cada día y noche pues ciertamente tenemos una misión en nuestros corazones, un llamado que impide callemos ante la injusticia de este mundo, pero no olviden, que Dios peleará por vosotros. En verdad suya es la venganza, como dice Él mismo. Por ello es por lo que todos los deseos de nuestros corazones han de estar sujetos a su Santa e insondable voluntad, sabiendo que en la vida todo nos conduce al propósito soberano que tiene para nosotros. El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.

De forma inesperada su voz enmudece. No obstante, en segundos, resurge.

— En aquella fiesta Carlo conoció a su hija menor. Este secreto se hace más que evidente luego del casete número uno, de manera que espero no sea una sorpresa para vosotros. Hija de Ainhoa Ozeli, perteneciente a la familia pilar número dos y de Carlo Balezcose, perteneciente a una de las familias intelectuales, los Balezcose de Hill; la pequeña que para el mundo hoy es Ainhara Arguela, en verdad es la heredera pilar de los Ozeli de Eglossa. Están vivos. Esta es otra verdad: no murieron ni de suicidios, ni en la balacera. No.

» Tras recibir una herida casi mortal en la cabeza, el joven heredero de Hill fue secuestrado por sus agresores. Iban disfrazados entre la escasa seguridad contratada para custodiar el cumpleaños. Ainhoa Ozeli sufrió el mismo destino. Ambos desembarcaron en momentos diferentes, cerca de las costas olvidadas que bordean Musa. Allí ellos tienen su centro de mando, al menos por ahora, ya que no pueden permitirse hacer y deshacer a su antojo... primero, deben eliminar la herencia para recomenzar.

Otra pausa para retomar la palabra.

— Allí curaron al chico Armas. Sin embargo, para que así fuera, Ainhoa tuvo que decidir entre seguir siendo una Pilar o la vida de su esposo... y ella decidió por él. Las Islas Perlas fue el cautiverio de este matrimonio por meses. Cayos, mangles, tierra y bosques. Comida silvestre y un plan para sobrevivir. Tiempo después huyeron a Musa en una improvisada pero fuerte embarcación diseñada desde el día uno por la chica y construida por su cónyuge. Su hija les fue devuelta y desaparecieron. Sus enemigos los dieron como muertos para el mundo.

Un suspiro esta vez para continuar.

— Logré encontrarlos y los contacté. Conocí a la niña Ainhara. Su primera reacción fue sacarme la lengua en señal de rechazo –escuchamos como sonríe–. Las he conocido a las tres y sé que tienen sus caminos unidos. Dios tiene un plan en la tormenta y el dolor. Me alegra ser parte de él. La niña Anahí es muy bondadosa, pese a verla fortuitamente en la mayoría de las veces, no olvido cuando compartió su rebanada de pizza conmigo en tanto esperábamos fuera de una sala de reunión. Es muy hermosa.

De soslayo observo a Anahí morder sus labios con expresión ceñuda a causa del repentino llamamiento de su nombre. Quizá no se refiera a ella, aun así, la posibilidad la tensó y a mí me ha puesto en alerta.

— Emily Ana es mi pequeña favorita, cada vez que visito a los Batlelock para discutir sobre el Proyecto UT o por las entrevistas necesarias para terminar el libro, paso tiempo con la niña. Emily Ana es coqueta, tiene alma de líder y esa combinación heredada de sus padres; la felicidad de Ana y su preocupación por los que le rodean. Me gusta ver que juega con los hijos de anexos como semejantes a ella, cosa importante que esta Era olvida. La fortaleza de su padre también le pertenece. Ambos me pidieron que la protegiera si ellos llegan a faltarle, pues temen por sus vidas y yo también. Sus enemigos no tendrán miramientos para callar sus voces y la confianza de sus afiliados cada día se enfría más. No obstante, Emily Ana contará con mi protección. Ellos no podrán encontrarla. Por tanto, su herencia permanecerá.

» En realidad ADN, esto me pertenece a mí. Es parte de la historia; de mis memorias. Lo digo con la esperanza de que ellas, si lo escuchan, sepan cuanto las quise.

» Hay otro crimen que no debemos pasar por alto. Una joven de Eglossa ha muerto a manos de Ellos. Helena Russell Molina. Ella murió por enamorarse del equivocado: Alexandro Urbide. El muchacho de la familia intelectual Urbide de Hill, comenzó a cortejarla y dicha relación no fue beneficiosa para su hermana, ni sus planes. El joven Urbide estaba cambiando. Empezó a desechar lo que era: el matón profesional de su hermana y líder de los mercenarios que auspician sus crímenes. Él guardó luto por ella y a su manera lo sigue haciendo. E incluso amándola. Yo conocía a la muchacha desde joven, cuando iba la iglesia en compañía de sus padres y su hermana.

De nuevo otro silencio corto.

— Para Alexandro no quedó nada luego de su muerte –acentúa–. La hermana de Helena se alejó de Eglossa y todo lo relacionado con esta familia, pues sus padres murieron del dolor tiempo después. Ella quedó devastada y aparentemente sola, sabiendo que Libia era la asesina de Helena. De su hermana.

» A los Batlelock los asesinaron ellos: los Yoon, los Urbide y los Díaz-Méndez... estos últimos no persiguen el empoderamiento de las Penínsulas como los otros; su dios es el dinero pues todos, hasta el más ateo, tiene un dios en su interior sentado en el trono de su corazón. La ambición de ellos empobrece a Musa por cada día que pasa y convierte su destino en algo incierto. Por tanto, manténgase unidos, luchen no siendo despiadados sino aspirando la justicia en cada uno de vuestros actos. No se tengan por bandidos, porque no lo sois, aunque sus peleas se libren en las noches y en lo oculto. Les pido atesoren esta verdad que os doy, para que restauren lo que nos fue quitado. Por último: confío en ustedes ADN, confío en que nuestras máscaras no serán eternas, confío en que renaceremos, y confío en que Dios nos dará la victoria.

La grabación sigue, pero esta vez nadie habla. Ni Sadra ni nosotros.

Dividida entre cierta felicidad y un extraño miedo nuevo en mí, tomo aire y observo al resto: Anahí no aparta su mirada perdida en un punto del wualmart, Ankara permanece impasible mordiéndose la lengua en el interior de su boca. Ken masajea su cuero cabelludo, como a quien le han dado la repuesta menos esperada para un acertijo.

Ryan se yergue al instante en que lo observo. Separa los antebrazos de sus rodillas dilatando el momento con un halo cansino. Entretanto sus ojos ven a la pared del frente, sin aparatar la mirada.

Pareciera que está afectado por algo. Aunque no entiendo por qué.

Al menos, no lo comprendo hasta que nos habla a todos con voz firme. Ahí es cuando mis dudas de antes se tornan más reales. Entonces lo vuelvo a pensar sin deje de duda y con frazada de confirmación.

— Llevo los apellidos de mi madre: Russell Molina. Eso significa que, tengo una tía de la que nunca me habló: Helena; la esposa muerta de Alexandro Urbide.

Por supuesto hay algo más detrás de todo y lo tocante, en efecto son cuentas o secretos del pasado. Lo cual me lleva a mí peor temor: estamos en peligro. Todo por culpa de la curiosidad que nos impulsó a abrir aquella puerta en la cocina del orfanato.

Sí; esto no termina. Recién comienza. Y no habrá paz hasta que se termine.

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