-Papá, ¿qué es un alma gemela?- le pregunto Light a su progenitor cuando tenía ocho años.
-Es un...- Soichiro suspira y voltea a ver a su esposa, quien se encontraba dando de comer a Sayu-. Bueno, es como un mejor amigo, pero más. Es la única persona en el mundo que te conoce mejor que nadie. Es alguien que te hace una mejor persona... En realidad no te hacen una mejor persona... Eso lo haces tú mismo, porque te inspiran. Una alma gemela es alguien que llevas contigo para siempre. Es la única persona que te conoce y te acepta, y cree en ti antes que los demás o cuando nadie más lo hace. Y no importa lo que pase... siempre los amarás, nada puede cambiar eso.
-¿Y cómo sabes cuándo encontraste a tu alma gemela, papá?- Light había quedado fascinado por las palabras de su padre, los ojos le centellaban de entusiasmo.
-Solo lo sabes. No puedes parar de pensar en esa persona, no puedes esperar a pasar el resto de tu vida con esa persona. Nada ni nadie se puede comparar con esa persona- Soichiro estaba confundido-. ¿A qué viene la pregunta, hijo?
-Lo leí en un libro, pero no sabía que significaba- Light señala a su madre-. ¿Mamá es tu alma gemela?
-Así es, lo supe desde el primer día, nunca lo he dudado.
-Creo que yo encontré a la mía.
-¿A sí?- su padre estaba divertido.
-Se llama (T/N). ¡Es maravillosa papá!
Su padre simplemente sonrió y siguió leyendo el periódico, creyendo que eran palabras inocentes de un niño. Sin embargo, algunos años después, cuando ya llevaba tiempo de conocer a Rokujo y verla con su hijo, supo que Light tenía razón.
Aquel mismo día, él le contó a (T/N) la conversación que había tenido con su hijo hace ya tiempo y le hizo prometer que cuidaría de él hasta el final. Sin dudarlo ella lo hizo, desde entonces Soichiro trata a Rokujo como si de una hija se tratase, y ella sabe que estará eternamente agradecida por ello.