Recién Cazados © (Borrador de...

By R1Aguirre

7M 738K 164K

Novela en físico gracias a Nova Casa Editorial. Contáctame si quieres saber los puntos de venta en tu país. ... More

Sinopsis
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 26
Parte 27
Parte 28
Parte 29
Parte 30
Parte 31
Parte 32
Parte 33
Parte 34
Parte 35
Parte 36
Parte 37
Parte 38
Parte 39
Parte 40
Flashback
Parte 41
Parte 42
Parte 43
Parte 44
Parte 45
Parte 46
Parte 47
Parte 48
Parte 49
Parte 50
Parte 51
Parte 52
Parte 53
Parte 54
Parte 55
Parte 56
Parte 57
Parte 58
Epílogo
Librerías
♥IMPORTANTE♥

Parte 15

130K 12.5K 2.9K
By R1Aguirre


Natalie.

—Oh por Dios, esta casa es estupenda —había llamado a Carmen justo después que David se fue a trabajar. Trajo muchas cosas para comer, supongo que se debe a lo que había dicho el otro día. Aunque ya me había encargado de llenar todos esos espacios del refrigerador, ahora parecía que nos estábamos preparando para un desastre natural con tantas cajas de comida amontonadas en una esquina. Según lo que me comentó cuando la llamé es que no había desayunado y, según ella, moría de sueño. Aún no se recuperaba del Jet Lag y había tocado suelo americano hace unas horas—si es que eres una condenada con suerte.

Ruedo los ojos.

—Que no, Carmen. —digo, sirviéndole un poco de jugo de naranja. Ya me había duchado y me había vestido con un mono para ir de compras. Le dije que no había necesidad que me acompañara que ella necesitaba dormir y terminó accediendo, dijo que ella mejor que nadie podía darme consejos matrimoniales pero admitió que era muy probable que no sirvieran de mucho.

—¿Sabes qué es también increíble? —me dice, viendo por la ventana. Llama mi atención qué es eso que mira con tanto esmero y me acerco a ella sosteniendo el envase del jugo con cierta curiosidad impregnada en el rostro —el portero. ¿Es que todo en esta zona tiene que ser bello?

Me hace reír, sí, Camilo es un hombre apuesto, voy a admitir.

—Bueno, solo sé que es casado —regreso al comedor, ella hace un sonido desde el fondo de su garganta, algo parecido a un bufido.

—Pues, solo espero que no tenga la misma suerte que yo —se gira hacia mí y agrega: —y deseo de todo corazón Natalie, que tu matrimonio si triunfe.

—Que no es un matrimonio de verdad, Carmen.

—Uno nunca sabe —se encoge de hombros y yo lo único que puedo hacer es respirar hondo y soltar ese aire con brusquedad porque no pienso discutir por esta tontería.

—Tiene una academia de artes marciales. ¿Te gustaría venir? —Carmen se acomoda en el desayunador mientras piensa su respuesta. Le tiendo un plato con los recién cocinados pancakes y lo toma para comenzar a comer de inmediato.

—No, definitivamente la violencia no es lo mío.

—¿La violencia no es lo tuyo, pero sí practicas tiro al blanco?

—Eso es diferente, es algo así como una terapia para el estrés, solo imagino la cara de ellos dos, de mi ex y la zorra. ¿Sabes? De pronto me siento hermanada con Jennifer Aniston, luego de vivir lo mismo y todavía tener que aguantar verlos en la tv todos los días, tan finos, tan elegantes, tan hijos de puta.

—Si Jennifer Aniston logró superar al bombonazo de Brad Pitt, ¿Cómo tú no vas a superar al renacuajo ese de tu ex? —se ríe, al menos sé que hago mi parte bien cuando ella suelta un risotada y se olvida de lo que estamos hablando, comienza a hablar sobre su viaje a Francia y me habla sobre las clases de tiro al blanco.

—¿Si me acompañarás este fin de semana, cierto? —me dice, cuando la acompaño a su auto, una vez que ella sube y baja la ventanilla —quiero conseguir la licencia para portar armas, así nadie se va a meter conmigo. Si hubiese tenido un arma cuando estaba con mi ex, apuesto que no me pasa esto.

—Carmen...

—¿Qué? Se vale soñar ¿no? No tienes idea de cuántas veces los he matado en sueños —me rio, sé que no debería pero lo hago —¿si me acompañarás?

—Sí, ya me convenciste —le extiendo la palma de mi mano en su dirección y ella la choca dándome un gesto con aprobación.

—Tú también la necesitas, con ese bombón rubio vas a tener que apartarte a varias del camino amiga...

—Que no es un matrimonio de verdad...

—Pero puede serlo si así lo deseas —me guiña un ojo y yo solo la miro con disgusto, David no es el tipo de hombre con quién me casaría, si alguna vez lo hiciera en un futuro muy lejano, aunque no digo nada porque no quiero y porque también discutir con Carmen es una pérdida de tiempo.

Nos despedimos, la miro alejarse y voy hasta mi auto para poner en marcha el mío, necesito cortinas, pintura y darle otro aspecto a este lugar. Toco el claxon al ver a Camilo de pie a un lado del portón, él me sonríe y bajo la ventanilla cuando miro su intención de hablarme.

—Convencí a David, así que ahí nos tienes esta noche —me sonríe afable, miro los camanances que se forma en sus mejillas debajo de la escasa barba que puebla su rostro. Se inclina hacia mí, tiene unos ojos azul cielo.

—Creí que no aceptaría, tengo el presentimiento que no le caigo bien al señor Schmitt —me hace reír escuchar de la boca de Camilo "señor Schmitt" siendo Camilo un poco mayor que David y casi no se nota la diferencia.

—Creo que solo siente un poco de celos, pero nada que no se controle ¿Acaso tú no eres así con tu esposa? —se tensa, aclara su garganta y sonríe de lado mientras cambia de posición pero sigue inclinado hacia mi ventana.

—Antes —dice, mira en otra dirección, sé que no quiere mantener contacto visual, en los días que tengo de hablar con él me he dado cuenta que hace lo mismo cada que no quiere hablar de algo y ese algo es algún tema relacionado con su esposa. Pero bueno, ¿a qué hombre le gusta hablar de su esposa frente a otra mujer? —desde hace un tiempo nuestro matrimonio ya no es lo mismo.

Típica mentira, hago un gesto de afirmación con mi cabeza y miro su intención de seguir hablando sobre el tema, estoy a punto de despedirme pero eso hace que aguarde un poco y lo miro instándolo a continuar.

—No tiene caso celar a alguien que ya sé cómo es —ahora sí lleva su mirada a mis ojos, a cualquier otra mujer le hubiese derretido el corazón su gesto al decir esas palabras, pero ya me conozco todas estas tácticas masculinas —¿La ayudo a desempacar, señorita?

Le contesto con una negación de cabeza.

—Creo que ya he desempacado la mayoría de mis cosas, David me ayudará con las otras —él asiente esbozando una media sonrisa, acentuando el hoyuelo sobre su mejilla izquierda.

—Cualquier cosa, ya sabe que estoy aquí —le sonrío en respuesta, me despido con un gesto de mano y pongo en marcha mi auto.

Aún me acostumbro al vecindario de David, mi antiguo apartamento era estratégico estaba cerca de muchos supermercados, farmacias y mi lugar de trabajo, ahora tengo que conducir el doble para ir hacia algún lugar de los que conocía antes. Llevo varios minutos con el volante en manos y aún no he divisado ninguna tienda. Recibo un mensaje y sé que se trata de David, desde que se fue me ha enviado mensaje cada que tiene tiempo haciéndome reír con cada cosa que se le ocurre. Me gusta su personalidad, es un punto a favor suyo.

Voy a tomar mi teléfono celular cuando estoy al borde de la histeria y no logro ver ni una sola tienda en este lugar, él debe conocer mucho mejor que yo por aquí y puede guiarme aunque dudo mucho que él conozca algún lugar para artículos de casa.

Me detengo frente a una tienda de ropa, uno de los maniquíes tiene una chaqueta de cuero color rosa que definitivamente quedaría muy bien con mi nuevo vestido Armani. Estaciono el auto y mientras camino en esa dirección mi celular comienza a sonar, revuelvo todo mi bolso hasta dar con el aparato, al ver la pantalla y usar mi dedo índice para desbloquearlo, me doy cuenta que es un número desconocido y de inmediato frunzo mi entrecejo.

—¿Hola? —digo, justo al descolgar.

—Nattttyyyyyyy —una voz chillona que de inmediato logro reconocer me hace esbozar una sonrisa, al mismo tiempo que alejo el aparato de mi oreja.

—Angelique... ¡Joder! Vas a dejarme sorda —escucho sus risitas del otro lado. Un sonido a lo lejos de alguna tv encendida y una canción de BTS resonando en un espacio que puedo asegurar es su habitación.

—No me contestaste mi WhatsApp ¿Qué te pasa? —entro a la tienda para ver la chaqueta más de cerca y de inmediato miro otra de color blanco.

—¿Cómo es que tienes WhatsApp? Tienes once años —una amable mujer al ver mi interés por la chaqueta se acerca y le pido con una seña que me la muestre. Ella amablemente asiente y va en esa dirección contoneándose con unos altos tacones que se me hacen muy agradables junto a su caminado y sus modales.

—Doce, Natalie... Doce. Estoy a siete meses de tener doce. Ya hasta tengo novio —susurra y me hace reír —¿Vendrás a la cena de cumpleaños de mamá, cierto?.

—No lo sé —contesto vacilante. Tomo la chaqueta que la amable mujer me está entregando y luego de quitarme mi abrigo sosteniendo el teléfono celular entre mi hombro y mi oreja, me miro al espejo con la prenda puesta.

—Le queda divina —me dice la mujer, con una sonrisa en el rostro, le correspondo con un gesto de simpatía y le pido que ahora me muestre la de color rosa. Ella se va, a los minutos está con la chaqueta en sus manos caminando en mi dirección.

—Nat, no... tienes que venir a presentarnos a tu esposo —mi esposo, eso hace que se me revuelva algo en mi interior, no es nada bueno. Pero creo que puedo acostumbrarme, al menos por estos meses.

«Angelique, mi amor —escucho la voz de mi madre susurrando al otro lado del teléfono —deja eso, solo a ti se te ocurre estar invitando a esa...»

Dicho esto, la llamada se cuelga, no alcancé a escuchar la última palabra que dijo. Me quedo ahí estática, digiriendo lo que acaba de pasar, la verdad que estoy acostumbrada a las palabras de desprecio de mi madre, ella y yo no tenemos una relación, desde... bueno, nunca. Ella me culpa de sus desgracias y no soporta que yo tenga algo de éxito en la televisión.

Tomo un respiro hondo e intento enfocarme en lo que tengo frente a mí, la pequeña mujer castaña tiene una sonrisa que no ha perdido a pesar de haberla ignorado unos minutos mientras acomodaba mis pensamientos, ahora me pruebo la chaqueta rosa y me doy cuenta que parecen ambas haber sido hechas exclusivas para mí.

Le digo que me llevo las dos y su sonrisa se ensancha, me pide que la siga y así lo hago. Mientras esperamos en caja que unas personas efectúan su pago, recuerdo que hace unas semanas le había enviado una solicitud de amistad a mi padre a su red social, todo este tiempo he pensado que no la acepta porque no debe ser mucho de revisar estas cosas. Pero mi corazón se rompe en mil pedazos cuando entro a su cuenta y observo que su más reciente actividad fue hoy y ha cambiado su foto de perfil, sus amistades lo felicitan por su familia y él a todos les agradece entusiasmado.

Me quedo ahí contemplando esa foto, él está sonriente junto a su esposa, con ellos están sus dos hijos. En el perfil de mi madre también está ella y su esposo y con ellos, Angelique y Fabiano, sus dos hijos. Ambos se ven contentos, mostrando al mundo sus familias perfectas, yo no formo parte de ninguna.

Muerdo el interior de mi mejilla con pesadez, mientras miro hacia el exterior imaginándome como sería tener una familia, compartir cenas de navidad o de cumpleaños con todos los miembros. Mi celular vuelve a sonar y de inmediato cambio mi gesto cuando un mensaje de David aparece en mi pantalla.

De: Patricio Schmitt.

"¿No te ha raptado Camilo?"

No puedo evitar reír, comienzo a teclear mi respuesta para hacer mi pago e ir por las cortinas.



David.

—Hola amiguis Patricio —oh por Dios —seguimos tu consejo y tenías razón —los dos tipos Paula y Marisol chillan del otro lado del video que me enviaron, mis tímpanos se resienten —luego de tu monólogo sobre el significado del amor y el porqué amar es la mejor sensación del mundo —¡Oh por Dios! Como que me da algo —la verdad que nos tocaste el corazón y... NOS CASAMOS —dicen al unísono —la verdad que tenías razón, no hay como casarte con tu mejor amiga, confidente...

Detengo el video.

Me quedo pensativo viendo el fondo de pantalla de mi celular ¿Amar es la mejor sensación del mundo? Dios, espero eso no lo hayan grabado y también circule por internet.

El nombre de Natalie aparece en mi pantalla, junto a su mensaje. Le he escrito todo el día cada que tengo un tiempo libre para interrumpir por si a un caso está hablando con Camilo y creo que he hecho un buen trabajo.

De: Constanza

Sí, de hecho, estoy en su maletero mientras contesto tus mensajes.

Me hace reír.

Las puertas del ascensor se abren y camino en dirección a la puerta principal mientras le contesto con una sonrisa. En ese preciso momento alguien me golpea con su hombro y mi celular cae al suelo.

—Lo siento —dice Andi, sin voltearse. Solo observo su cabellera rubia y su vestido ajustado salir por las puertas de vidrio del lugar.

Todo el día he tenido que soportar sus miradas, malos gestos, insinuaciones, ahora esto. Intento controlarme mientras avanzo detrás de ella a una distancia prudencial pero lo suficiente como para ver como contonea sus caderas porque sabe que voy detrás, en otra circunstancias, lo primero que hubiese hecho es ir hasta mi oficina, citarla y ahí hacer lo que se debe de hacer; pero no, a mi no va a manipularme de esa forma. King Kong y yo tenemos dignidad.

O lo que nos queda.

Reviso mi teléfono y juro que si presenta un problema luego se lo descontaré de su salario. Voy hacia mi auto mientras tecleo un "ya voy en camino" a Constanza. No tengo de otra, voy a acostumbrarme a estar casado unos meses, no puede ser tan malo ¿O sí?

Subo a mi auto y conduzco en esa dirección, sólo pensar que tengo que ir a esas clases de karate y ver a Camilo el casado presumir de sus poderes Kung Fu Panda me da dolor de cabeza.

Un mensaje entra a mi celular y esperando que sea Natalie, lo saco de mi bolsillo, pero a la que mis ojos observan es a Andi en la pantalla de mi teléfono con el texto:

De: Sexy Andi.

"Esta noche estaré con mi esposo, no me llames"

Ay por Dios, como si yo te llamara, Andi. Desde siempre, es ella la que me llama, nunca he gastado un minuto en su persona. Comienzo a contestar mientras bajo la velocidad de mi auto, debería esperar a que llegue al lugar y no hacerlo mientras conduzco pero se me apetece contestar ahora porque cuando llegue no me voy a sentir igual de molesto que en estos momentos.

Para: Sexy Andi. —definitivamente voy a cambiar ese contacto a "Grano en el culo Andi"

"¿Acaso yo te llamo? Yo estaré con mi esposa así que te pediré que tú no me llames a mí"

Dejo el celular sobre el asiento del copiloto y espero su respuesta, pero ya han pasado tres minutos y aún no obtengo nada de su parte, nuevo récord para Andi. Unos cinco minutos después ya cuando casi estoy llegando a mi destino, mi celular vuelve a sonar con un mensaje suyo, bajo la velocidad listo para contraatacar y al abrirlo me percato que no es sólo un mensaje, es una foto, una foto donde sólo está tapando a su pelirroja con la mano y su largo cabello rojizo cubriendo sus pechos.

Por Dios.

Me quedo viendo la jodida foto y no me percato de lo que pasa frente a mí hasta que siento un golpe que me sacude en el interior de mi auto.

Maldición.

De inmediato, levanto la mirada y observo... tres oficiales bajarse de una patrulla, una a la que yo mismo he chocado.

Maldita Andi.

****

—Señor Schmitt, ya pagaron su fianza, puede salir —el mismo oficial del día que estuve encerrado aquí llama mi atención. Me levanto como un resorte frotando mi rostro porque ya estaba a punto de quedarme dormido.

Camino hacia la sala que se supone Natalie me está esperando. Ya me sé estos pasillos de memoria, creo que incluso mejor que los de mi casa, pero bueno, esta es la segunda vez que no los recorro borracho.

Mis ojos enfocan a la castaña hablando con un oficial quién parece bastante entusiasmado con sus palabras y no sólo con sus palabras, estoy seguro, puedo ver como disimuladamente mira su escote cuando ella busca algo en su bolso que cuelga de su hombro y él le está sonriendo amable.

Demasiado... amable.

Se toma una selfie con ella y yo solo me quedo viendo el espectáculo porque todo esto pasa en mi presencia. Al momento que nuestras miradas se encuentran, se despide del oficial y se encamina hacia mí a paso rápido mientras retiro mis cosas.

—¿Te detuvieron por conducir mientras mirabas porno? —cuestiona, cruzándose de brazos. La señora que está entregándome el resto cosas levanta la mirada con una ceja enarcada y vuelve a ponerla en las cosas que me está entregando.

—No era porno —digo, aclarando mi garganta, me encamino hacia mi auto rogándole a cualquier Ser Supremo de las alturas que mi auto esté bien —¿Dijiste que no te importaba lo de Andi, cierto? —dispuesto a contarle lo que está pasando me giro hacia ella al notar que no obtengo una respuesta de su parte, pero ella no va a la par mía y mis ojos la enfocan a un par de metros...

Con el oficial...

Están intercambiando números.

En mi cara.

Me quedo ahí estático viendo como se sonríen y se dicen algunas palabras antes de que ella se encamine hacia mí tecleando en su celular.

—¿Me decías? —pregunta una vez que está a mi lado, ni siquiera me mira mientras guarda su celular en su bolso y yo, de pronto, no tengo ganas de hablar. Me apetece preguntar quién es él, pero creo que eso sería imprudente, aunque al parecer, leyó mi mente o algo por el estilo, ya no sé qué pensar de las mujeres porque siempre saben exactamente lo que pasa por la mente de nosotros y dice: —era un amigo de la universidad, gracias a él no pagaste fianza, David.

Me giro un poco en su dirección, sin ningún tipo de expresión y comento:

—Entonces, dile que gracias —pero hablo con seriedad, sin una pizca de entusiasmo porque prefiero pagar mi fianza que deber un favor a un desconocido que solo quiere impresionar a Natalie ahora que la ha encontrado, que se ha dado cuenta que está guapa y presenta un programa de tv. Buen partido ¿eh, policía?, una lástima que no esté soltera.

Sin mediar palabra caminamos a la par hacia el parking donde se supone que mi chocado auto está, Natalie se adelanta, no puedo evitar que mis ojos se postren en esa parte especial suya..

—Ah, por cierto, te compré algo —Natalie llama mi atención girando sobre sus talones y desvío mi mirada en otra dirección buscando mi vehículo, espero me haya comprado dignidad porque es lo que me falta—. Vi esto y no pude evitar pensar en ti —frunzo mi entrecejo, espero no sea un perro.

Camina hacia mí y me entrega una bolsita. De inmediato se gira para ir hacia su auto y me quedo ahí, pensando que puede contener esa bolsa. Con temor la abro para sacar lo que hay adentro.

Y... por Dios.

Es un calzoncillo de batman, nuevo.

De inmediato lo guardo de regreso a la bolsa, hasta casi se me caen de la vergüenza, miro alrededor esperando nadie los haya visto pero el oficial en la entrada, por la sonrisa en su rostro, sé que se ha dado cuenta.


______________


Continue Reading

You'll Also Like

16.4K 885 47
A veces los sueños se vuelven reales. Publicado: 12/09/2021 Hora: 11:37 NO PERMITO COPIA, PLAGIO U DISTRIBUCIÓN SIN MK CONSENTIMIENTO O HABRAN CONSEC...
633K 47.5K 30
𝗝𝗔𝗖𝗢𝗕 𝗕𝗟𝗔𝗖𝗞 - Un mes después de la boda de Edward y Bella el rumor se había esparcido por toda la reserva: Bella estaba embarazada, y el...
117K 10.9K 26
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
12.1K 176 6
Cuando el verano acaba y cada estudiante debe volver a su peor pesadilla. Bueno no para todos. Para Neah no es problema. Ella tiene planes y uno de e...