Recién Cazados © (Borrador de...

By R1Aguirre

7M 737K 164K

Novela en físico gracias a Nova Casa Editorial. Contáctame si quieres saber los puntos de venta en tu país. ... More

Sinopsis
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 26
Parte 27
Parte 28
Parte 29
Parte 30
Parte 31
Parte 32
Parte 33
Parte 34
Parte 35
Parte 36
Parte 37
Parte 38
Parte 39
Parte 40
Flashback
Parte 41
Parte 42
Parte 43
Parte 44
Parte 45
Parte 46
Parte 47
Parte 48
Parte 49
Parte 50
Parte 51
Parte 52
Parte 53
Parte 54
Parte 55
Parte 56
Parte 57
Parte 58
Epílogo
Librerías
♥IMPORTANTE♥

Parte 8

128K 13.4K 2.3K
By R1Aguirre


David.

—Mi King Kong no necesita estimulantes, mi King Kong es todo un orangután —Hago sonidos leves con mis puños contra mi pecho al estilo gorila y todos gritan eufóricos, no puede ser. Llevo mis manos a mi frente intentando tapar mi vergüenza al ver este video.

—UN ORANGUTAAAAAAAN —más gritos y escucho de fondo como aclaman a Patricio Schmitt. Trago saliva ¿Qué es esta mierda? Y para rematar las cosas uno de los estúpidos en trajes de ballet me pasan un cigarrillo y yo doy una larga calada... esperen... eso no es un cigarrillo ¡No puede ser!

ACABO DE FUMARRR MARIHUANNNNAAAA —más gritos eufóricos —ACABO DE...

Detengo el maldito video de inmediato y me quedo en shock, viendo hacia un lugar dentro de mi auto, no sé cuántos minutos pasan y yo en esta misma posición, esto es peor que aquel video mío bailando en una tanga roja, aquel que la maldita de Sara le envió a Oliver para chantajearme, yo no quería una relación formal, tampoco quería darle diez mil dólares.

Bueno, ¿Por qué querría una relación formal con una chica que quería diez mil dólares, mi auto y mi casa a su nombre?

Pero ese video no era ni la mitad de vergonzoso que este.

Adiós vida increíble de David Schmitt, adiós chicas calientes, adiós respeto; espero ese video no esté en internet porque me tiro de la cúspide del edificio Anderson. Dejo caer mi cabeza sobre el volante produciendo un sostenido pitido del claxón, ya no tengo motivos para vivir, mi celular suena y levanto mi cabeza para tomar el estúpido aparato que está sobre el asiento del copiloto, estoy seguro es otro de mis socios felicitándome por el "gran paso".

Tomo el celular y observo la pantalla...

Es Natalie.

Y su fotito en traje de baño es la que se muestra en mi pantalla, sí, esa había puesto para su número de contacto, decido cambiarla porque no es sano para mi bienestar emocional; pero antes, reviso su mensaje.

"Ya estoy llegando. El tráfico está pesado"

Ni siquiera contesto, me quedo viendo aquella foto una y otra vez. Tal vez no sea tan malo estar casado con ella. Estar casado con ella significa sexo todas las noches.

Pero analizándolo desde otra perspectiva, cuando quieres tomar leche no te compras una vaca entera, no puedo estar casado sólo por sexo con ella si puedo conseguirlo sin compartir esos escalofriantes papeles firmados.

Pero bueno, también depende de qué tan seguido quieras tomar leche... es economía básica.

Qué mierda estoy hablando.

Vuelvo a dejar caer mi frente sobre el claxon. Estoy comenzando a odiar mi vida.

El maldito celular vuelve a sonar, "Amiguis Marisol" se muestra en la pantalla ¿Amiguis Marisol? Que p..., y para rematar las cosas la foto de contacto es de él o ella, lo que sea, junto a mí con ese jodido traje amarillo; oficialmente, el día de hoy odio el amarillo. Respiro hondo, había dejado a estos dos tipos en las Vegas, ojalá se queden allá para siempre. Ahora tendré que cambiar de número.

Paso las manos por mi cara a modo de frustración, mientras consigo el valor para salir de mi auto y caminar hacia el interior del restaurante en el que nos habíamos quedado de ver con Natalie, vamos David, tú puedes. Tomo una calada de aire y salgo, mis zapatos tocan el pavimento y tengo la sensación que todos me miran, debe ser mi imaginación.

Camino hacia el lugar y antes de llegar a la puerta dos chicos bastante jóvenes se me acercan haciéndome ahogar un grito.

¡Maldita sea!

En mi defensa, creí que eran asaltantes. Pero, al ver la cara de desconcierto de ambos al verme puedo casi asegurar que no. De inmediato, acomodo mi saco y aclaro mi garganta, ellos sonríen ampliamente.

—¿Tú eres Patricio Schmitt? —¿Patricio Schmitt? ¿Qué? Miro a ambos con extremo desconcierto y sus rostros son de exaltación en estos momentos—¡Amigo, eres increíble! tus videos en internet son lo máximo.

Esperen...

Puta... mierda... videos... dijo... videos...

—¿Qu... qué videos? —digo, trago saliva... no, ya esto no.

—¿Cómo que qué videos? —habla el gemelo perdido de Ron Weasley —Can't touch this de MC Hammer, Thriller de Michael Jackson, y la macarena con un traje amarillo con rayas.

Mis ojos se desorbitan ¡Ay! ¡Me muero! ¡Juro que me muero! ¡Agárrenme! Ángeles vengan por mí, yo ya no tengo una misión en este mundo, no vale la pena vivir, mejor llévenme, sáquenme de esta pesadilla, mándenme la jodida luz que me transporta a la otra vida, ¿Cómo puede ser posible que videos de este tipo circulen por la red? Mis amistades, mis socios, las chicas... Patricio Schmitt, videos en internet ¡¿Qué?!

—Hermano... queremos tu autógrafo —sacan un bolígrafo y yo aún no vuelvo a la vida. Mandaré a borrar esos malditos videos antes que alguien más los mire. De hecho, antes que Anderson los mire.

No por miedo a perder mi trabajo, si no, por miedo a que se burle de ellos de por vida.

—¿Q... Qué? Esperen... ¿Cómo son esos videos?

El pelirrojo saca su teléfono celular, estos chicos no tienen más de veinte años, él pone la pantalla frente a mis ojos y ahora, un evidentemente tomado David Schmitt acapara la pantalla, comienza a sonar la macarena y soy yo, moviéndome al ritmo de la música, Santos... seres... de... ciudad... almeja...

—Santo cielo...

—¿Te tomas una foto con nosotros?

A la mierda, disfrutaré de los quince minutos de fama de Patricio Schmitt, tomo el bolígrafo y autografío la camiseta de ambos, no sé de donde saco un súper ingenioso autógrafo de Patricio Schmitt, que sólo logra entenderse la P y la S. Por último me tomo la foto con ambos y me adentro al lugar viendo como los tipos sonrientes se alejan por el andén.

Qué día más loco.

Entro al lugar a zancadas, tendré que ir a afeitar mi barba para que nadie me reconozca. Mejor no, prefiero ser Patricio Schmitt que quitarme la sensualidad que le da una barba al rostro masculino. Tomo asiento en una mesa frente a un gran ventanal con vista al parqueo, recargo mi espalda en el respaldar de la silla mientras la espero ¿Patricio Schmitt? —rio, nombre más jodido para hacerte famoso —maldita borrachera.

Mi vista enfoca el auto de Natalie en el parqueo y de inmediato la castaña sale del vehículo y acomoda sus gafas de sol, no puedo evitar notar como la vista de varios hombres presentes se postran en ella y eso a cierto grado me incomoda, se supone que es mi vaca, no física sino económicamente hablando.

Su mirada se topa con la mía al entrar al lugar, mi celular suena y veo que es un mensaje de otro socio... no puede ser verdad, más felicitaciones ¡Mierda!.

Natalie viene hacia mí a paso rápido, observo cada uno de sus movimientos y como todas sus curvas se realzan con un minivestido blanco con mangas largas que lleva puesto, había ido a su casa a cambiarse, puesto que no era eso lo que llevaba esta mañana. Casi me pierdo en la forma como contonea sus caderas a la perfección, luce como una modelo de pasarela y esto que yo he estado con muchas modelos de pasarela, me tengo que jactar.

Pero no sé que tiene ella que la hace especial, tal vez la forma tan perfecta que maneja esos zapatos altos como una profesional, mucho peor, cuando muchos ojos la miran, no sé cómo no se siente incómoda. Quita los lentes de sol de sus ojos y ahora los lleva a su cabeza. Observo que sostiene un periódico en manos, cuando está muy cerca de mí, pone el periódico frente a mis ojos y suspira dejándolo caer sobre la mesa.

—Que cagada ¿no crees? —exclama, poniendo su bolso sobre la mesa, toma el lugar frente a mí. Aún puedo ver como todos nos miran, o la miran a ella más bien, ya no sé.

Tomo el periódico y de inmediato llama mi atención la fotografía de la primera plana, soy yo con ella y para rematar la situación es la foto extraída del jodido video que circula por internet.

"Natalie Carson contrae matrimonio con el empresario David Schmitt en Las Vegas"

No puede ser.

Llevo una de mis manos a mi cabeza mientras mis ojos recorren aquel montón de letras. Continúan hablando de Natalie y de mí, posteriormente un sinnúmero de estadísticas sobre una encuesta a personas que prefieren casarse en Las Vegas.

—¿Qué mierda...? —exclamo, sin despegar la mirada de aquel jodido papel. Mi vida se ha arruinado —¿Cómo es que esto ocupa primera plana?

—Soy presentadora de uno de los programas más vistos en este país. Y tú eres empresario.

—Soy el perrito faldero de Oliver Anderson, yo nunca tengo tanto protagonismo —ella rueda los ojos, pero esboza una sonrisa, tomo una prolongada calada de aire y agarro el valor para las siguiente palabras que voy a decir.

—No nos podemos divorciar —para mi sorpresa, ella ha dicho lo mismo y al mismo tiempo. Sus ojos se agrandan y luego frunce su entrecejo, creo que yo hice lo mismo y al mismo tiempo ¿Qué carajo...?

¿Desde cuándo nos sincronizamos?

—Es genial que tú pienses igual —digo, así no me siento estúpido por ser rechazado. Ella intenta sonreír, pero no le sale. No es una decisión muy agradable y yo no sé qué gesto debo estar poniendo.

—Mi madre me llamó esta mañana también vio el periódico —¡Oh por Dios!, lo más seguro es que ahora tenga que ir a conocer a la suegra —Mis compañeros de trabajo tenían una enorme pancarta que decía "Feliz matrimonio, Natalie" no puedo simplemente decirles que me voy a divorciar —no puedo evitar reír, pero una risa desganada que casi me dan ganas de llorar.

—Sólo espero que en mi próxima reunión no me hagan eso —me mofo, comienzo a imaginármelo, maldita sea.

Qué trauma.

—¿Cuánto tiempo crees que debamos mantener esto? —pregunta, interrumpiendo mis pensamientos. Se lo agradezco, ya por mi mente estaban pasando miles de escenarios por dónde me tiro por la ventana, luego de encontrarme una enorme pancarta que diga "Feliz matrimonio, David"

—Hasta que las cosas se calmen, supongo —vacilo por unos instantes ¿Y qué tal si las cosas nunca se calman? Digo, no es usual ver a David Schmitt casado —mientras tanto, tenemos que hacer como si todo está funcionando de maravilla.

No puedo creer que yo dije eso.

—¿Tendríamos que vivir... juntos? —ella pregunta frunciendo su entrecejo, esa parte no la pensé. Yo no me imagino viviendo con nadie. Pero bueno, vuelve a mi cabeza el asunto de la vaca.

—¿Vivir juntos? ¿Significa que tendrías que dormir conmigo? —Natalie de inmediato me mira fijamente. Pero no viéndome en sí, si no pensando, imaginándose esa situación donde tiene que compartir cama con alguien que apenas conoce. Lo sé, porque es lo que estoy pensando justo ahora.

—Yo... no lo creo necesario —habla finalmente. Su espalda choca contra el respaldar de la silla y en parte siento decepción ¿voy a tener que estar casado sin siquiera poder disfrutar de la que se supone es mi mujer?

—Bueno, yo vivo sólo y el resto de las habitaciones de mi casa están sin amueblar —no es excusa, es verdad. Sólo tengo un sofá cama en uno de ellos y qué clase de caballero sería si la dejo dormir ahí.

—¿Y qué hay de tu familia? ¿Qué pasa cuando te visitan?

—Yo no tengo familia, Natalie.

Vuelvo mi mirada al periódico, no quiero que me haga más preguntas porque no quiero hablar al respecto, por suerte no las hace. Nos quedamos en silencio por unos cuantos minutos hasta que su voz me interrumpe:

—Bien, entonces... supongo que así será —suelta, apoyando sus codos sobre la mesa —Pero... Alex, no puedo simplemente irme y dejarla con todos...

—No te preocupes por ella —la interrumpo, ojeando otras páginas del periódico—sólo le digo al caga-billetes que la invite a vivir a su casa y créeme que los dos estarán más que fascinados.

—¿El caga-billetes? —cuestiona y yo me rio, solo espero que no vaya a decirle nada sobre como lo llamo en secreto, aunque un par de veces se me ha escapado.

—Sí, en muchas ocasiones me he sentido tentado de revisar el sanitario luego que va él, tengo la sensación que en vez de caca me encontraré un maldito rollo de billetes de cien dólares —ella suelta una risa, miro alrededor esperando que no haya llamado la atención. Al parecer, está más relajada que yo. O aparenta estar más relajada que yo, porque la verdad que estoy a punto de tirar todo aquí y salir corriendo a encerrarme en una cueva.

—No sé que es peor —la escucho, quitando mi vista del periódico para concentrarme en esos ojos de chocolate —lo que acabas de decir o la seriedad con que lo dices.

—Constanza, yo soy bien serio.

—Sí claro, por eso gritabas que eras Patricio Schmitt arriba de una mesa bailando...

—Shhh —siseo interrumpiéndola, llevando mi dedo índice frente a su cara —no... no sigas... no quiero recordarlo. Oye, ¿tienes idea de cómo se borran videos de internet? Tiene que desaparecer toda la evidencia de aquella noche.

Ella hace un gesto, sé qué comprende a qué me refiero.

—No, pero conozco a alguien.

Continue Reading

You'll Also Like

47.4K 1.8K 15
Distintos destinos. Sinopsis. Cuando menos lo esperamos la vida nos pone un desafío para probar nuestro coraje y valentía. El tiempo no mira atrás...
121K 5.4K 55
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando
11.6K 804 14
Ella necesitaba de el para poder sobrevivir