Mute

بواسطة lazarithe

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Christian es un chico condenado a estar en silencio para siempre. Michael es un chico que quiere hacer de la... المزيد

prólogo
¿odio?
Servilleta
carta n°1
¡Michael no sabe entregar cartas!
las cosas buenas
una guitarra
tranquilo, no te voy a soltar
la familia de Michael, helados ¡y café!
¡pero eso es raro!
¡adiós escuela y hola dudas!
¡dos fiestas en una noche!
Math
¿Quién soy?
Michael
Día en la piscina...no tan bueno
¿Tía, papá?
Un día de nieve...
los Castillar y Sophie
Parque de diversiones
Hamburguesas y luces
fiesta de luciérnagas
Halloween
La apuesta
Correcto
mascotas y una cena
Consejo.
La nieve
Confusión y aceptación
navidad y despedida.
Rusia ¿¡Esa es mi familia!?
De ustedes ♥
operación y viaje apresurado
libertad.
Sinceridad y regreso.
abrázame más fuerte
verdad o reto y rota.
¡Suelta el vaso Chris!
El evento y el lobo de oveja.
la carta rota.
¡sal de mi cabeza!
El último día escolar
El Baile
El baile (Max)
malteadas empalagosas.
Quizá mañana
mamá se fue.
¿Te sientes bien?
Odiame.
Hablemos, tocame.
Corte de llamada, abrazo.
agradecimientos
Aviso

panqueques y columpios

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بواسطة lazarithe

Michael:

Tenía un recuerdo en mi mente, siempre presente.

Cuando papá murió Alex y yo dormíamos en la misma cama, andábamos uno detrás de otro todo el día, jugábamos juntos y me deprimía cuando él iba al jardín infantil.

Éramos muy unidos, después de todo, somos hermanos, ambos hombres, era normal.

Crecimos siendo siempre así, él me enseñó  andar en bicicleta, me enseñó a tocar guitarra, a veces leíamos cómics juntos por las noches, acampabamos en el jardín y calentábamos malvaviscos en la estufa.

Él siempre fue mi héroe.

Abrí mis ojos, sintiendo mi cuerpo cansado, no quería despertar, no quiero moverme, no quiero nada.

Mi cabeza subía y bajaba con calma, levanté mi mirada con pereza y vi la carita de Christian, me había dormido sobre él, el castaño aún tenía sus manos en mi cabeza, me había hecho cariño hasta quedarse dormido.

Moverme sin despertarlo era imposible y aún estamos en medio de la madrugada, puedo sentir su cuerpo calentito, pero si no se cubre con frazadas se enfermará.

Me levanté rápido y Christian despertó sobando sus ojos, me miró y se acercó a mi, puso con cuidado su mano sobre mi mejilla golpeada y acarició con cuidado.

La idea era que lo despertaría para que volviese a dormir en la habitación, pero ahora no quería que me dejara solo.

—¿Te sientes mejor?—Preguntó mostrándome su rostro preocupado—Tú, ojos rojos, muy rojos.

—Si, estoy mejor, gracias—Dije y sus ojitos brillaron.

—Tu voz, linda, me gustas—Dijo parando mi corazón—No llores, a mi—Dijo apuntándose—Me duele mucho.

—¿Si?—Pregunté.

—Si—Respondió.

—Lo siento—Dije acariciando su cabello.

No podía creer que esto estaba pasando, tendría más lógica que me hubiese desmayado y esto fuera un juego de mi cabeza.

Christian caminó hacia la cocina y abrió los cajones de la alacena, suspiró al verlos vacíos y escribio en su celular, luego se acercó al ventanal y se puso frente  a este, mirando el cielo de madrugada, me senté a su lado.

—Christian, quería disculparme por lo que pasó ayer, no debí—Miré al castaño que me veía con los ojos entrecerrados.

—Yo no poder entender bien—Dijo y me di un golpe mental, era tan idiota.

Escribí mis disculpas por mensajes de texto y él se acercó a mi negando con su cabeza, luego se puso detrás de mi y apoyo su espalda en mi espalda.

"Está bien ¿Quieres contarme lo qué pasó o...?"

Trague con dificultad, al parecer Christian lo sintió, ya que escribió otro mensaje.

"No es necesario que lo hagas, aún sin saber el porqué me quedaría contigo".

Sonreí, no fue una sonrisa amplia, pero me sentí bien con sus palabras.

Aún así le conté todo lo que yo había visto, todo lo que había pasado y un par de sentimientos que tenía revueltos, como espinas floreciendo en mis intestinos, en mi faringe, en mi cabeza...

Y Christian como siempre, sabía como calmarme.

"No creo que tu familia se destroce por esto, sólo es un mal rato, son 9 hermanos, es raro que aún no pasara nada.
Seguro Alex está presionado, enjaulado en sus dudas, las cosas se salieron de control, no lo estoy defendiendo, sólo digo que quizás él también lloró mucho anoche.
De todas formas, él no es malo y te ama, eres su hermano, volverá, quizás algo falte, pero ese algo puede ser reemplazado".

No sé si me lo decía por experiencia, o si lo leyó por ahí, pero sea como sea, sus palabras me dejaron mucho más tranquilo.

Los niños no debían enterarse de esto, sólo Edward y Liis quizás, aunque sabía que si Elizabeth se enteraba sería un sermón gigante, además le dolería más que a mi mismo.

Mamá número dos.

Christian tomó mi mano y piso la punta de mis pies, de un sólo impulso me había levantado, luego me mostró un mensaje en su celular.

"Nick ven por Michael y por mi, por favor, luego hago lo que tú quieras".

"Bueno, dame la dirección".

Un enlace de google maps.

Supuse que eso era lo que escribía en la cocina.

"Ya estoy abajo, vengan" ese era un mensaje reciente del hermano mayor de Chris.

Tomé una chaqueta que siempre dejaba en el departamento y mis llaves, salimos corriendo sólo por diversión y llegamos al ascensor, llegamos al primer piso y salimos del edificio, allí subimos a un auto y Nick nos saludó.

—Hermanito, yo te quiero, pero nunca más vengo por ti a las 7 de la mañana un día sábado—Dijo Nick lentamente, Christian se había acomodado en la ventana para dormir y al escucharlo sólo levantó el dedo pulgar y lo acercó a la cara de Nick, pegándolo a su mejilla.

El camino era de casi media hora, Christian ya estaba dormido en la ventana y Nick conducía cambiando las estaciones de radio.

—¿Qué cosas te gustan de desayuno?—Preguntó Nick, lo miré.

—Todo lo que no tenga azúcar.

—Oh, eso será un problem—Dijo mirándome por medio del espejo—Mathew hace todo con demasiada azúcar, cocina bien, pero en mayoría sólo hace dulces.

Si el Mike de 5 y 6 años no hubiese sido tan tragón quizás podría comer todas las cosas que Chris hace sin problemas.

—Ah, ¿Tú eres el diabético?—Asentí mirando por la ventana—Una vez Math práctico una receta de pastel para diabéticos que encontró en internet, le quedó delicioso, cuando le pregunté porque para diabéticos dijo que quería hacerlas muy bien porque eran para alguien especial—Me miró serio—Eres especial para mi hermano, no lo arruines como los demás.

¿A qué se refería?

Llegamos a la casa de Chris, Nick lo despertó con cuidado y todos salimos del auto y entramos a la casa, Christian dejó su mochila en el respaldo de una silla y entró a la cocina levantando sus mangas.

Nick subió las escaleras avisando que volvería a la cama, yo entré a la cocina y miré a Chris ponerse un delantal y buscar cosas en las alacenas.

Lo estaba mirando fijamente, él me miró nervioso y a pequeños empujones me echó de la cocina.

¿Por qué a la gente le molesta que los veas cocinar?

¿Acaso la cocina es celosa?

Me senté en el sofá y prendí la tv, noticias de asesinatos, choques, desgracia, suspiré y cambie el canal hasta llegar a las caricaturas.

Pase 40 minutos o más viendo We Bare Bears y he tomado una decisión, necesito urgente un peluche de Polar.

Christian salió de la cocina cargado de cosas, corrí a ayudarle y juntos pusimos las cosas en la mesa, Chris hizo panqueques y luego trajo un plato pequeño de madera que dentro tenía mermelada natural, lo miré incómodo.

—Sin azúcar—Dijo tranquilo, luego sonrió.

Si sigue así él va a ser lo único que me voy a comer, pero a besos, quiera o no.

Saqué un trocito de panqueque y lo metí a mi boca, abrí los ojos sorprendido, era demasiado rico.

Y pensar que hace casi un año atrás vi como Chris quemaba sus fideos.

Después de verme comer se quedo tranquilo y comenzó a comer también, la mermelada que había hecho también era deliciosa, cuando mi plato quedó vacío me sentí hasta triste.

Christian me miró y puso una servilleta en mi boca, luego comenzó a llevar las cosas a la cocina, mínimo yo lavaría los platos, ya que no me dejó hacer nada.

Sólo para molestarle toqué la parte trasera de su cuello con la punta de mis dedos mientras pasaba dejando cosas por la cocina, él dio un pequeño salto y cubrió esa parte de su cuello mirándome enojado, sé que odia que lo toquen allí, se volteó sin parar de mirarme y a mano abierta me enterró sus dedos en mi estómago.

Cerbero bajó las escaleras a saltitos, como no había venido a la casa de Chris no había tenido la oportunidad de verlo, saltó a mi aún adolorido cuerpo y lo tomé en brazos.

¡Este gato es una bestia, es gigante!

Seguro que es porque Chris lo complace mucho.

El castaño comenzó a guardar las cosas en el refrigerador y en la alacena, yo por mientras lavé toda la losa, él no se fue en ningún momento, se quedó sentado en uno de los muebles haciéndome compañía, Cerbero también, estaba pegado a mi pantalón, tratando de escalar.

Cuando terminé de lavar toqué con mis manos mojadas las mejillas de Chris, él me miró serio y reí.

Sin darme cuenta había olvidado por un momento todo lo malo.

♪♪♪♪♪

Christian:

Mientras secaba mi cara sólo podía pensar.

"¿Qué es lo que me gusta de este idiota?"

Laila bajó las escaleras a saltitos y se lanzó a mis brazos apenas me vio, Michael la miraba curioso, cuando Laila al fin lo notó achino los ojos y se acercó a él, le pidió que se agachara y comenzó a tocar las puntas de su cabello.

—¿A tu amigo le gusta jugar al té?—Me preguntó Laila.

—Laila ven a comer—Dije ignorando su pregunta y mostrándole un plato de panqueques con chocolate, mi hermanita corrió hacia mi y recibió el plato para ir a comer a la alfombra.

Tomé la manga de Mike e hice que con cuidado subiésemos, no quería ser visto vestido como princesa y estoy seguro de que Mike tampoco.

Nos encerramos en mi habitación y suspiré, Mike comenzó leer las notas que tenía pegadas en mi diario mural, pero eran cosas sin importancia, al menos así lo veía yo.

Se sentó en mi cama y prendió su celular, empezó a leer mensajes con cara de asustado y escuchamos el sonar del timbre.

—Oh mierda—Dijo y le pegué en el brazo, no malas palabras.

Bajé las escaleras y le abrí la puerta a Dayana que apenas vio a Mike lo agarró del cuello de la camisa, me asusté mucho y le dije a Laila que siguiese viendo televisión.

—¿Dónde te habías metido?—Preguntó entre lágrimas y saltó a abrazar a Mike, que tuvo que sostener las piernas de su hermana—A veces me dan ganas de cortarte las bolas, siempre me preocupas—Dijo y Mike le pegó en el hombro, mostrándole la figura de mi hermanita comiendo su desayuno—Oh.

Llamé a Laila y la llevé a su habitación, quería que el par de hermanos tuviese una charla a solas.

Laila estaba jugando a la muñecas en su casa, me sorprendía que en este tiempo hubiesen niñas que no estaban pegadas a su celular.

Luego de unos 20 minutos Michael tocó la puerta y entró con cuidado a la habitación.

—Chris, debo irme con Dayana—Dijo lento, solté el muñeco de mi hermana y salí de la habitación jurando regresar.

—¿Estás bien?—Pregunté cerrando la puerta a mis espaldas, mirándole a los ojos.

—Estoy bien, no te preocupes—Dijo, pero era imposible no preocuparme—Si pasa algo—Apuntó su celular—Te lo voy a decir.

Asentí y Mike dejo un beso en mi frente.

—Gracias—Susurró y bajó las escaleras.

Sentía que mi frente ardía por su simple señal de despedida, pero traté de olvidarlo.

Entré nuevamente a la habitación y volví a jugar con mi hermanita.

Estará bien, Mike no es una persona débil.

♪♪♪♪♪

Michael:

Llegamos a casa y antes de que los niños despertaron metimos los bolsos en el auto de papá, Dayana no estaría muy lejos, pero no estar en la misma casa era un paso duro.

—Mamá lloró mucho anoche—Dijo triste—No quiero hacer esto, pero es necesario ¿Tú me entiendes, verdad?

Asentí y Dayana tocó mi hombro.

—Estás obligado a ir de visita todos los días ¿entiendes?—Volví a asentir, pero ahora fue con una sonrisa.

Subimos al auto y fui obligado de forma pacífica a conducir hasta la casa de los abuelos de Dai.

Cuando llegamos ambos nos recibieron con una sonrisa, ellos siempre fueron así, humildes y gentiles.

Bajamos las cosas del auto y las acomodamos en uno de los cuartos, la abuela de Dayana me invitó a desayunar, pero negué amablemente diciendo que ya había comido.

—Será otro día—Dijo la amable mujer con una sonrisa.

Mi celular vibró y leí los mensajes, era Agata.

"¿Podemos hablar hoy en un rato, en persona?"

Leí él mensaje extrañado y di una respuesta positiva, Agata envió emoticones y comenzamos una guerra de memes.

Cuando ya era bastante tarde (12:17) salí de la casa de los abuelos de Dayana, despidiéndome de ellos y al final abrazando a Dayana con fuerza, no quería separarme de ella, no pensé en hacerlo hasta al menos los 20 años.

Me separé y traté de no llorar recordando todo, ella me sonrió y entró a la casa, yo conduje hasta la casa de Agata, ella estaba sentada en el columpio de su jardín mientras leía un libro y comía chicle, chicles rosas.

Me bajé del auto y me acerqué a ella, sentándome en el columpio a su lado, hubo un silencio largo interrumpido de una risita de Agata.

—¿Recuerdas cuando sin querer pateaste a mi perro la primera vez que viniste?—Dijo sin parar de reír.

—Ay no—Recordé cargando mi cabeza en una de las cadenas del columpio.

—Ay si—Dijo riendo—También cuando mi hermano te pegó un pelotazo en la cara, ese día que fuimos al parque.

Estaba recordando todos mis eventos catastróficos.

Paró de reír de a poco y columpio con pulso.

—Mike—Llamó mi atención aún columpiando, yo también estaba tomando vuelo y casi íbamos a la misma altura.

—¿Si?—No dejábamos de columpiarnos y ella me miró a los ojos, sonrió, pero no de esas sonrisas que entrega siempre.

—Yo...—Pausó—No, nosotros—Dijo dejando de mover sus piernas, pero manteniendo el mismo vuelo—Nosotros debemos terminar.

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