Recién Cazados © (Borrador de...

By R1Aguirre

7M 738K 164K

Novela en físico gracias a Nova Casa Editorial. Contáctame si quieres saber los puntos de venta en tu país. ... More

Sinopsis
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 26
Parte 27
Parte 28
Parte 29
Parte 30
Parte 31
Parte 32
Parte 33
Parte 34
Parte 35
Parte 36
Parte 37
Parte 38
Parte 39
Parte 40
Flashback
Parte 41
Parte 42
Parte 43
Parte 44
Parte 45
Parte 46
Parte 47
Parte 48
Parte 49
Parte 50
Parte 51
Parte 52
Parte 53
Parte 54
Parte 55
Parte 56
Parte 57
Parte 58
Epílogo
Librerías
♥IMPORTANTE♥

Parte 6

144K 14.3K 4.4K
By R1Aguirre


David.

—Escúchame guapo —el rubio murmura sentándose a la par mía y el asiático al otro costado —tenemos marihuana, crack, anfetaminas.

—Estimulantes para tú... ya sabes —el asiático interrumpe, enarca una ceja y se me queda viendo esa parte, me cruzo de piernas para evitar esa mirada morbosa ¡Me quiero ir de aquí!

—¿Están en la cárcel y están ofreciendo drogas? —Cuestiono, cuando el rubio sisea con su dedo índice sobre sus labios y mira para todos lados ¡Sólo estamos nosotros tres! Para mi desgracia.

—No hables en voz alta —dice —si quieres algo será hasta que salgamos de aquí —¿Cómo carajos dejaron entrar a estos hombres con drogas a este lugar? ¿Dónde diablos tendrán metidas las drogas?, voy a preguntarlo cuando el asiático toca mi cabello y me hace llevar mi vista a él de inmediato.

—¡Ah! —chilla, maldita sea —es un rubio natural, Marisol.

—¿Rubio natural? —el tal Marisol también toca mi cabello y suelta un chillido tan jodido que resiente mis tímpanos peor que los de Natalie y Alex juntas. —Nosotras hemos tenido sueños eróticos con hombres rubios naturales toda la vida. —Eso me paraliza el corazón.

—¿Cómo te llamas? —Cuestiona el que supongo se hace llamar Paula, se acerca demasiado a mí y no puedo alejarme porque del otro costado está el rubio, mira atentamente mis ojos muy de cerca.

—Patricio —digo tragando saliva, Dios, por favor ponle un motor a los tacones de Natalie al estilo Rápido y Furioso para que llegue cuanto antes.

—¿Y dónde dejaste a Bob Esponja? —ambos gritan soltando carcajadas mientras se cruzan de piernas de manera muy femenina.

—En... una piña debajo del mar —balbuceo, cuando ambos nuevamente sueltan carcajadas, tal vez yo también necesito marihuana, crack y anfetaminas para reírme de cualquier pendejada mientras trabajo.

—Me caes bien rubio, pero con ese nombre que llevas mejor saco cualquier fantasía sexual de mi cabeza contigo —Gracias Dios —no me imagino a ti sobre mí y yo gritando ¡Oh Patricio! —definitivamente, necesitaré un psicólogo luego de salir de este lugar.

—¿Y por qué ustedes traen vestidos de tul? —pregunto, cambiando rápidamente de tema para evitar más trauma psicológico y luego necesite un psiquiatra, viendo a ambos alternadamente.

—Estábamos en una fiesta de disfraces, cuando Paula barrió el césped con la perra de Clarissa por robarle a su hombre.

—Perra —sisea, el tal Paula —y todavía fue a nosotras a quienes detuvieron, malditos policías.

—Lo mismo digo —suelto luego de un suspiro —malditos policías de tránsito hijos de puta.

—Dame esos cinco, Patricio —el asiático extiende la palma de su mano ¿ya qué? La choco con la mía y ambos me rodean con sus brazos por ambos costados. No puede ser.

En ese preciso instante por gracia u obra del Espíritu Santo, el portón de hierro se abre.

—Señor Schmitt —de inmediato llevo mi mirada al oficial —puede salir, han pagado su fianza —me pongo de pie como un resorte, necesito salir de aquí cuánto antes.

—Bien, fue un gusto conocerlos...Paula... y... Marisol —me causa gracia mencionar esos nombres, precisamente el año pasado estuve con una Paula y una Marisol que si eran mujeres.

—Adiós Patricio Schmitt, te vamos a extrañar —Patricio Schmitt ¡Ja! ¡Qué putada más graciosa! —te vamos a buscar por Facebook, te vamos a unir a nuestro grupo de chat Gatitas Salvajes.

Por eso y mucho más, nunca se da el nombre real a un desconocido.

Salgo de aquella celda y camino en dirección dónde el oficial me indica lo más rápido posible al escuchar a Paula y Marisol gritándome desde la celda que les de mi número para salir de fiesta la próxima vez que estén en Nueva York. En la sala dónde me darán mis pertenencias me encuentro con unos enormes ojos castaños y de inmediato su gesto se torna molesto, no me queda de otra más que sonreír ampliamente.

—Holi —digo con un tono amable, mostrando mis dientes y tomando mis cosas, siento vergüenza, ni siquiera puedo verla a los ojos.

—¿Holi? —cuestiona, con su entrecejo fruncido —¿Porqué le llamaste hija de puta a una oficial? —murmura, cruzándose de brazos.

—En mi defensa —ahora si me paro frente a ella, ni tan de frente porque es bastante pequeña, la miro a los ojos —yo no se lo dije en su cara, yo creí que ya se había ido pero no... la bruja seguía ahí... —susurro esto último viendo a mis alrededores, no quiero pasar por lo mismo otra vez.

Salgo de la maldita comisaría y una oleada de aire frío me recibe, amo ser libre, abro mis brazos e inhalo profundamente la libertad cuando me trago un jodido mosquito y casi me ahogo... en frente de Natalie.

¡Maldita sea! ¡Todo tiene que pasarme en frente de ella!

Luego de ir al banco para pagarle el dinero que había regalado a los oficiales para que compren sus malditas donas, llegamos al lugar que la había invitado en un inicio.

—¿Ya estás mejor? —pregunta, acariciando mi espalda y haciendo círculos con la palma de su mano.

—Sí, no te preocupes —la verdad no, aún siento ese jodido insecto en mi garganta, voy a tragármelo a punto de cerveza, tal vez me provea proteínas —espérame un segundo, iré a la barra ¿Tú quieres algo de tomar? ¿Una cerveza? ¿Una soda?

—Una cerveza —dice con un gesto amable, tomando lugar en un pequeño sillón esquinero que rodea una mesa, me retiro, tengo que ir a toser tranquilo a otro lugar.

Una vez que pido la cerveza para ambos, regreso dónde está ella viendo algo que se está proyectando en el tv de aquel lugar, tomo mi lugar frente a su persona, extiendo su cerveza y la toma de inmediato llevando su mirada a mí.

—¿Sabes qué es la cerveza? —digo, acomodándome en mi lugar —Es el mejor amigo del hombre, es algo así como un perro embotellado —ella frunce su entrecejo y me observa con intriga soltando una risa.

—Algo me dice que tú y yo seremos mejores amigos —enarco una ceja ¿Cómo debo de tomarme eso?

—¿Qué clase de mejores amigos? —la miro fijamente con una sonrisa pícara, en ese preciso instante intenta reír mientras toma un trago de su cerveza y el líquido se resbala por su barbilla y cae exactamente en su escote, no puedo evitar sentir envidia por como esa jodida gota recorre su pecho, ella toma una servilleta y se limpia específicamente esa parte, de inmediato desvío mi mirada hacia otro lugar para evitar tener pensamientos pecaminosos en frente de ella, mi vista se detiene en la pantalla y hay un tipo con una chica en un cuarto que parece una cámara de tortura usada para una película de Saw.

—¿Te gusta esa película? —pregunta, vuelvo mi mirada a ella y ahora no puedo evitar que mis ojos se vayan a otro lado, pero hago lo mejor que puedo para ver sus ojos.

—¿Qué película es? —frunzo mi entrecejo tomando más cerveza.

—50 sombras de Grey —dice de inmediato, con gesto de desesperación —¿nunca la has visto? —hace una expresión como si es la cosa más jodidamente extraña ¡Por supuesto que no! Lo más gay que he visto es El Titanic.

—¿Ese es el tipo que se llama Christian? —ella asiente —nunca he visto la maldita película pero mi hermana se volvía loca por el libro ese.

—¿Tienes una hermana? —pregunta, con curiosidad tomando más cerveza.

—Caroline —digo con mi entrecejo fruncido viendo en dirección a la pantalla —pero tengo más de un año de no saber de ella. ¿Sabes que es lo más gracioso de esa película? —suelto una leve risa.

—¿Qué cosa? —dice, volviendo su vista al aparato electrónico.

—Que mi segundo nombre es Christian, me han jodido mi existencia —ella vuelve su mirada a mí con una leve sonrisa—, mi hermana me lo recordaba cuando leía el puto libro.

—Mi segundo nombre es peor —menciona —mi padre vino a mi vida sólo a cagar mi nombre —la observo con curiosidad tomando la botella de cerveza.

—¿Cuál es tu segundo nombre? —interrogo, tomando un sorbo de este líquido amargoso que me encanta.

—Constanza —en un intento de risa suelto todo el líquido de cerveza que tenía en mi boca y cae sobre mi traje ¡Joder!

—¿Lo ves? —dice, viendo cada uno de mis movimientos mientras limpio la jodida cerveza, Catalina no querrá lavar mis trajes con manchas de cerveza —mi padre sólo llegó a decir "caguemos el nombre de nuestra hija" y luego se fue —niega con su cabeza con una sonrisa.

—¿Y qué pasó con tu padre? —tal vez no debería preguntar esto ahora, a mí no me gusta que me pregunten por mis padres, para mi sorpresa ella contesta sin ningún tipo de expresión.

—Nos dejó cuando yo tenía cuatro años de edad por una modelo brasileña —relame sus labios por el líquido que acaba de tomar y yo no puedo evitar sentir el maldito impulso de comerme esos labios.

—¡Pues que jodido! —digo, sin apartar mis vista de esos labios rosas —Oye ¿Puedo besarte? —ella frunce su entrecejo y de inmediato se convierte en una sonrisa.

—Por supuesto —enuncia, de manera coqueta, no la pienso dos veces, me pongo de pie y rodeo la mesa sentándome a la par suya uniendo esos suaves labios con sabor a cerveza con los míos.

Actualidad

David.

—No, no pueden divorciarse —la mujer robusta del otro lado del escritorio nos mira con desprecio —les dejamos claro ayer, que nosotros no divorciamos gente, el matrimonio es algo sagrado no para chiquillos estúpidos que quieren pasarla bien y al día siguiente divorciarse.

—Mamá ¿Eres tú? —me burlo, la señora cabello corto y rizado lleva sus ojos hacia mí con una mirada fulminante, Natalie golpea mi antebrazo con disimulo, yo sólo quiero divorciarme.

—Ustedes al momento de firmar estuvieron de acuerdo con nuestras pautas y una de ellas es que no se acepta el divorcio, en todo caso si quieren hacerlo tendrá que ser en otro lugar, con otro abogado —¡Maldición! Sostengo mi cabeza con ambas manos con los codos sobre mis rodillas, maldita borrachera.

—Pero, debe haber algo que se pueda hacer aquí —menciona Natalie, con desesperación, me levanto de mi lugar y una de las chanclas que compré se sale de mi pie, no pude lavar los zapatos porque ya era tarde así que tuve que ir por unas sandalias que también pagué con la tarjeta de Anderson, de hecho, Natalie fue a comprarlas y se pasó dos números del mío.

Acomodo la chancla de regreso a mi pie y voy hasta una mesa que llama mi atención por la serie de cuadros de matrimonios, supongo que los que se han hecho aquí.

—Podemos enviarlos a terapia de pareja y hacer este matrimonio funcionar —sigue mi vista puesta en aquellas fotografías y de inmediato mi cerebro capta a un David bastante tomado con un traje amarillo con rayas negras ¿De dónde saqué ese traje? Tapo mis ojos con mi mano para evitar seguir viendo aquella atrocidad— pero ya les dije, no se pueden divorciar aquí.

No presto atención a lo que le dice Natalie, quito la mano de mi rostro nuevamente y sí, joder, soy yo ¡No puede ser! Estoy besando a Natalie quién lleva un vestido rojo con botas blancas, y... maldita sea... ¿esos jodidos detrás de nosotros son Paula y Marisol? Abro mis ojos como platos ¿Qué jodido hacen esos ahí? Ambos miran la cámara sonrientes.

Mátenme.

Saben qué, adiós mundo cruel, tomo la silla en la que estaba y observo el barandal de la ventana que sostiene una cortina color beige, la llevo hasta ahí, me subo sobre el jodido asiento y con la corbata que llevo en mi bolsillo hago un nudo en mi cuello y luego intento hacerlo en el barandal para colgarme.

—David ¿Qué diablos haces? —Natalie toma mi antebrazo y tira de mí hasta que caigo al suelo de nalgas. La miro con desaprobación.

—¿Saben qué? Mejor deberían ir dónde un psicólogo —menciona la mujer causante de esta atrocidad, toma unos folders y se dispone a salir de aquel lugar cerrando de un portazo al pasar el umbral.

Continue Reading

You'll Also Like

1.3M 100K 80
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
5.1K 704 42
Lᴏs ғᴀᴠᴏʀᴇs ᴏʙʟɪɢᴀɴ ʏ ʟᴀ ᴏʙʟɪɢᴀᴄɪᴏ́ɴ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴇs ᴜɴᴀ ᴇsᴄʟᴀᴠɪᴛᴜᴅ. Gianna no buscaba más que una luz en el horrible túnel oscuro en el que había crecid...
10.7K 1.9K 31
Este volumen será la historia del actor Jiang Long... oh no, es hora de llamarlo Chen Xiao y su archienemigo Qi Yubai
318K 20.3K 28
Chiara y Violeta son compañeras de piso, y no se llevan bien. Discuten a menudo, y cuando no lo hacen, se ignoran. Cuando se adelanta la boda de su h...