Mute

By lazarithe

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Christian es un chico condenado a estar en silencio para siempre. Michael es un chico que quiere hacer de la... More

prólogo
¿odio?
Servilleta
carta n°1
¡Michael no sabe entregar cartas!
las cosas buenas
una guitarra
tranquilo, no te voy a soltar
la familia de Michael, helados ¡y café!
¡pero eso es raro!
¡adiós escuela y hola dudas!
¡dos fiestas en una noche!
Math
¿Quién soy?
Michael
Día en la piscina...no tan bueno
¿Tía, papá?
Un día de nieve...
los Castillar y Sophie
Parque de diversiones
Hamburguesas y luces
fiesta de luciérnagas
Halloween
La apuesta
Correcto
mascotas y una cena
Consejo.
Confusión y aceptación
navidad y despedida.
Rusia ¿¡Esa es mi familia!?
De ustedes ♥
operación y viaje apresurado
libertad.
Sinceridad y regreso.
abrázame más fuerte
verdad o reto y rota.
panqueques y columpios
¡Suelta el vaso Chris!
El evento y el lobo de oveja.
la carta rota.
¡sal de mi cabeza!
El último día escolar
El Baile
El baile (Max)
malteadas empalagosas.
Quizá mañana
mamá se fue.
¿Te sientes bien?
Odiame.
Hablemos, tocame.
Corte de llamada, abrazo.
agradecimientos
Aviso

La nieve

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By lazarithe

Había una vez...

Un pueblo donde sólo reinaba el amor, todos los ciudadanos habían sido educados desde pequeños para amar.

Era un pueblo precioso, como si hubiese magia cada mañana y sueños azucarados cada noche, cuando las estrellas salían todos los ciudadanos las admiraban por un lapso de tiempo, al igual que la más hermosa de las princesas, que estiraba sus brazos cada noche tratando de alcanzar los preciosos destellos del cielo.

Esa hermosa princesa un día fue raptada por una bruja, ella y sus hermanos.

El pueblito expectante esperaba a un héroe que pudiese salvarlos a todos, que pudiese traer nuevamente la paz para que todos pudiesen volver a amar a sus compañeros como antes, sin egoísmo, sin avaricia.

La bruja tomó a la más hermosa de las princesa y con un hechizo la dejó dormida.

Aún así, con el Gobierno ya asegurado de aquella bruja la gente guardaba la esperanza de que un héroe aparecería y los salvaría a todos.

Pero ese héroe llegó 13 años después, cuando ya el amor en aquella ciudad no existía.

Arrepentido tomó el cuerpo de la más hermosa de las princesas, pensando que aún podía hacer algo.

Pero aquella bruja era fuerte, demasiado.

Entonces el héroe la vio desaparecer, convirtiéndose en polvillo de estrellas jovenes en sus brazos.

...

Michael:

Miré a Max desesperado, él empezó a gritarle a Alex cosas que no puedo recordar y se acercó a nosotros, Christian no dejaba de saltar la espuma estaba cayendo por su mentón.

Max me quitó a Chris y lo tomó en brazos.

—Al auto, ¡Rápido!—Gritó y yo me levanté corriendo detrás de él.

Y luego de subir mi mente está en blanco.

No sé cómo llegamos al hospital, no sé cómo está Chris, no sé hace cuánto estoy aquí, no sé nada.

Lazari está haciéndome cariño en el cabello hace bastante rato ya, o eso creo, no recuerdo hace cuanto está aquí, pero si había venido, al igual que otras personas, amigos, pero no levantado la mirada para reconocerlos.

Mi momento de reacción fue cuando escuché dos pares de tacones resonar con fuerza en el pasillo, un sollozo escapó de mi garganta entonces.

Sentí un fuerte golpe en mi mejilla, seguido de gritos, levanté la mirada y vi a Carter peleando contra su tía y Lazari, luego me miró con odio, pero yo no podía sentir nada, no sentiría nada hasta que me devolviesen a Christian.

Max tocó mi espalda y me dijo lo que tanto quería escuchar.

—Estará bien, es un chico fuerte.

Quería aferrarme a aquellas palabras, pensar que serían verdad.

Pero mis demonios internos reclamaban cada trozo de mi mente.

'Es tu culpa' 'Va a morir' 'Deberías desaparecer'

Salí del hospital en un intento de calma, frente al hospital había un parque que estaba desolado por el horario y el tiempo.

Y grité hasta quedarme afónico, lloré hasta quedarme seco.

Y recé a lo que hubiese en el cielo.

...

Carter:

Podía oír mis tacones resonando en los pasillos del hospital mientras sentía que el tiempo se detenía a mi alrededor, volví a sentirme como la niña que corría con vendas en su cuerpo mientras buscaba a sus hermanos, volví al pasado en un abrir y cerrar de ojos.

El miedo, la desesperación...

El dolor que me tragué por fin se está disolviendo, destrozando mis pulmones, destrozando mis costillas, matándome.

Miro a las personas a mi alrededor y trago con dificultad.

Golpear a Michael fue una estupidez controlada por mi rabia, sabía que él estaba casi tan mal como yo.

Los tacones siguen resonando por el pasillo, no puedo dejar de moverme.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Qué ganabas ocultandole todo?—Max se acercó a pasos lentos hacia mi.

—Ustedes no saben ni la mitad de la historia—Digo levantándome—Si la supieran quizás habían hecho lo mismo que yo, porque en serio, hay mucho más que contar, no sólo un accidente.

Mi tía aparece por el pasillo haciendo sonar sus tacones al correr.

—Demuestra que me equivoco—El chico castaño me miraba amenazante-Si no fuera por tus mentiras él no estaría aquí.

—Exactamente—Respondo firme—Entonces él estaría muerto.

...

La belleza de una vida familiar es brillante, como una estrella joven, podría cambiar de su precioso azul a un blanco, tal y como las conocemos, pero seguirá siendo hermosa seguirá estando junta con el paso del tiempo, eso, eso, significa ser una familia.

Mi familia se volvió una estrella roja, a punto de explotar y acabar con todo, haciendo un agujero negro en mi cabeza, aquel que tragaba toda luz de esperanza y desterraba el calor de mi corazón.

Aquella vez que salí de la escuela hablando con Nick, acabábamos de terminar un examen, aunque él era más listo que yo, por ello estaba en otro salón con años adelantados.

—¿Papá estará afuera cómo lo prometió?—Pregunté a lo que Nick me miró con una sonrisa.

—Seguro y si, hoy tenía libre después de todo.

Asentí y caminamos más rápido para salir de la escuela.

Papá estaba en el auto, Mathew estaba dormido apoyado en la sillita de seguridad de Amy, Nick se sentó junto a nuestros hermanos, yo me senté junto a papá.

—¿Cómo les fue en la escuela?-preguntó mi padre.

—Bien—Respondimos al unísono.

Siempre sentí que ese día debí dar una respuesta más larga, no fue el último, pero es el más recuerdo con claridad, ese día aprecie a mi familia luego de que una de mis compañeras de clase hablara de la muerte de su padre, empecé a pensar "Mi familia es hermosa, me siento en paz".

Papá era doctor, uno muy bueno, por ello siempre estaba fuera, pero mamá no lo entendía, aún así le encantaba gastar el dinero que él ganaba, pero no con nosotros, claro que no, mamá tenía amigas, mamá aún era joven.

Debió dejar de ser adolescente para convertirse en mamá.

—¡MATH!¡VUELVE AQUÍ!—Recuerdo no llevarme del todo bien con el pequeño astronauta que estaba en casa, ese de ricitos anaranjados y rubios que llegaban hasta sus hombros, siempre peleaba con él, desde que aprendió a caminar siempre le gustaba jugarme bromas, aún antes de cumplir 3 añitos, yo muchas veces no entendí el porque Math no lloraba y reía por todo, a veces su risita me fastidiaba, yo no era como Nick, yo no amaba a mis hermanos de una forma tan real y eso me sigue hasta el día de hoy.

Los seres humanos no tenemos mucho tiempo aquí, algunos más, algunos menos, pero poco de todas formas, lo sabía, pero para mi era imposible pensar en que la gente buena terminaba mal, aquellos que no lograban hacer maldad aún, o aquellos que morían haciendo algo bueno, esas personas no podían existir en mi mente aún.

El niño seguía corriendo con mi estuche en sus manos, mamá nos había dejado de niñeros otra vez y yo necesitaba hacer mi tarea.

—Carter, yo te prestaré mis lápices, ve a hacer tu informe, yo cuidaré a los niños—Nick apareció en la habitación con una bebé de apenas 5 meses llamada Amy.

—¡Amy!—Gritó Math dejando mi estuche sobre el sofá y corriendo hacia Nick, este se puso de rodillas dejando que Math tomara la mano de la bebé, que al verlo también empezó a reír.

Puedo recordar a Christian, cuando se sentaba en la alfombra y jugaba con Amy, tomando sus manitos haciendo que estuviese de pie.

Oh, mi pequeña y hermosa hermana, si hubieses estado aquí un poco más, hubiesen bailado el mejor de los vals, estoy segura.

Cuando llegamos a casa mamá estaba en la cocina, haciendo el almuerzo, papá la saludó con un beso en los labios, Nick y Math sacaron la lengua con asco y yo sonreí al verlos, me hacía feliz.

—Traje helado pero tienen que comerse toda la comida antes—Dijo papá, los ojitos de Math se iluminaron.

Él siempre ha amado los dulces.

La comida de mamá era deliciosa, cálida, ella nos amaba, ella nos amo, no puedo decir otra cosa, no voy a mentir, pero ella hizo cosas equivocadas que no puedo perdonar.

La comida terminó y mamá sirvió helado en posillos, Nick y Math tenían el mismo gusto raro, helado de piña con salsa de chocolate, a mi en lo personal se me hacía asquerosa esa combinación.

Cuando fui de visita a la casa de los Shizen note que somos diferentes, que ellos mientras comen no dejan de hablar, aquí no, todos estaban en silencio a la hora de comer.

Fue interesante saber que no en todas las casas es así.

Mamá y papá salieron juntos esa tarde, era un viernes, así que no tenía problemas en quedarme con mis hermanos, aunque lo hacía por mis padres, no es como que cuidar a un par de bebés me hiciera feliz.

Siendo sincera, era una niña egoísta, no ame a mis hermanos pequeños como debí hacerlo.

Esa noche mamá y papá llegaron tarde, yo estaba leyendo así que oí sus murmullos.

—Creo que deberías pasar más tiempo en casa—Esa era la voz de papá.

—Yo también necesito darme respiros de la familia un rato.

—¿Un rato?—Hubo una pausa silenciosa—Sales casi todos los días de la escuela, lo entendería si uno de ellos fuera un día de salida con los niños, pero ellos sólo conocen de casa a escuela, escuela a casa y supermercado el fin de semana.

—Hago lo mejor que puedo.

—Vale, ya—Escuché decir a papá y me separé de la puerta.

Esa simple conversación fue el comienzo del infierno.

...

Mi tía solía venir a vernos los fin de semana, cocinaba algo rico y nos mimaba viendo películas.

Muchas veces mi tía traía una cámara con ella, con la cual grababa cada locura que se nos ocurría hacer, ella siempre dijo "esto es para verlo todos juntos cuando estén mayores".

Yo tenía tres vídeos favoritos, uno mostraba a Math tomando la mano de Amy frente a la orilla del mar, otro mostraba las noches que teníamos con papá, cuando salíamos a ver las estrellas, Christian siempre se quedaba embobado viendolas, otro vídeo que amaría ver nuevamente es uno donde mi tía está sentada en el sofá y Math se acerca a ella y llama su atención tirando su pantalón, luego dice.

-Te amo tía Berrie-el nombre era Merrie, pero él no podía pronunciarlo.

Hicimos muchos recuerdos para el futuro, eso fue algo bueno y malo a la vez.

Algunas veces jugábamos con los vecinos de al frente, Liis iba a mi misma escuela, Nick jugaba con Alex y Christian jugaba con Michael.

El señor y la señora Shizen me mostraban otra perspectiva del amor, el como ella cuidaba a sus hijos y el como él pasaba más tiempo con su familia.

Algunas veces deseé tener una familia así.

Math cumplió los tres años, los celebramos con algunos vecinos y mis padres en una pequeña fiesta, mi tía le tomó foto a todo, Christian quería que ese día Amy usará un vestido de princesa y le ayudará a soplar la velita, mis padres le hicieron el gusto.

La fiesta fue como cualquier fiesta de niños, había música infantil y juegos dentro de casa debido al frío afuera.

Fue un día muy bonito.

Dos días después, mientras leía algo para Chris escuchamos unos gritos apenas mis padres llegaron a casa.

—¡¡Claro que te amo!! ¿De qué mierda hablas?—Gritaba mi padre.

—Siempre estás fuera ¡Tienes a otra!

—¿Qué? ¡Yo trabajo todo el tiempo para que a ustedes no les falte nada, para que mis hijos tengan todo lo que desean.

—Deberías hacer lo mismo con tus demás hijos.

—¿De qué mierda estás hablando?

—¡Vete! ¡Vete con ella!

—"Ella" no existe, estás loca.

—Vete.

—Me llevaré a mis hijos.

—No, no te los llevarás, ellos son míos.

—No los trates como un objeto.

—¿Por qué papá y mamá gritan?—Susurró Math.

—No es nada pequeño, duerme.

Ese día, luego de el portazo que pegó papá, aprendí lo que era velar por los demás y no por ti.

....

—Entiéndelo, no irás a la escuela—Dijo mi madre mirándome enojada.

—Pero hoy tenía examen mamá—Digo triste, las notas de la escuela me preocupan bastante.

—No irás, no saldrás de casa ¿Entiendes?—Dijo mostrándome las llaves de la casa mientras cerraba la puerta.

—¿Por qué?

—Porque yo lo digo, ahora ve con tus hermanos y deja de molestar.

Mamá últimamente estaba muy fría, papá no ha vuelto a casa y ella hace una semana no nos deja salir.

Quiero hablar con papá.

Mamá estaba cocinando, mis hermanos estaban en el segundo piso.

Miré el celular de mamá, sólo llamaría a papá y ya está, no sería algo malo.

Tomé el celular y marque a papá, mamá seguía en la cocina.

—Hola ¿Merrie?

—Papá, soy yo, Carter.

—Bebé, pensé que no querías hablar conmigo luego de lo que pasó.

¿Eh?

—¿Qué pasó?

El silencio dominó la otra línea.

—¿Mamá no te ha dicho nada cariño?-preguntó.

—¿Qué debería decirm—Sentí un tirón en mi cabello y como mamá me arrebataba el celular de las manos para cortar la llamada.

—¿Qué crees qué haces pequeña perra?—Preguntó jalando mi cabello mientras caminaba—¿Esto te parece una broma? ¿Es divertido?

—¿De qué hablas mamá? ¡Me Duele!—Dije tratando de zafarme de su agarre, pero era imposible, tenía demasiada fuerza.

—Escúchame bien bastarda—Las lágrimas ya hacían un sendero por mis mejillas ¿Qué había hecho mal?—Tu padre ya no existe ¿Entiendes?—Preguntó apretando los dientes enojada mientras tiraba más mi cabello para luego soltarlo con desprecio.

Subí las escaleras con lágrimas en los ojos, entré a mi habitación, allí estaban mis dos hermanos menores.

Luego sólo recuerdo las manitos de Math en mi espalda y el abrazo de Nick.

....

Un mes y 3 días.

Aún no salíamos de casa, mamá no nos permitía ni siquiera salir al jardín, quería escapar, sabíamos lo que estaba pasando y era horrible.

Mamá nos tenía secuestrados y la Policía no hacia nada.

En un principio iban a actuar como profesionales, pero mamá tomó a Nick y le sostuvo del cabello con un cuchillo en el cuello, mostrándole a todos que podría matarnos cuando quisiera.

Ellos aun buscaban una forma para sacarnos de aquí.

Casi siempre habían patrullas fuera de casa.

Parece algo irreal, yo siempre pensé que la justicia era más fuerte que cualquier criminal, mamá era una criminal.

Ella había perdido su cordura hace tiempo ya, pero trataba de taparlo con cosas caras y unos hijos hermosos que ella nunca cuidó.

Math estaba sentado en una esquina de la sala de estar, abrazando un oso de peluche, ahora mi pequeño hermano estaba lleno de moratones, mamá lo golpeaba por todo, así que luego de comer o ir al baño se la pasaba horas sentado allí y aunque queríamos sacarlo él se negaba por el miedo.

El primer golpe fue una cachetada cuando sin querer el pequeño rompió un plato.

La marca inflamada seguía marcada en su pequeña carita.

Tampoco habla mucho ahora, sólo se sienta en silencio, a veces duerme en medio del día en ese lugar.

Mamá no dejaba de beber.

A Math solía encantarle cuando tocaba guitarra para él o le cantaba algo, ahora cuando escucha mis tarareos sólo me mira con miedo.

No podemos estar más así, tampoco sabemos cuando acabará.

El alimento esta empezando a acabarse también.

Faltaban 4 días para navidad y todo iba de mal en peor.

Mamá nos golpeaba por todo, cada uno de nosotros protegía a Amy, incluso Chris tenía las piernas llenas de moratones por dejar que mamá se acercara a ella.

Papá y mi tía están haciendo todo lo que pueden para sacarnos de aquí, puedo sentirlo.

Mathew por las noches prendia la nave espacial que le regaló papá en su cumpleaños, esta irradiaba una tenue luz y estaba llena de un agua azul con muchas estrellas, eso lo hacía dormir tranquilo.

Amy a veces lloraba en las noches, por eso la habíamos traído a dormir en nuestra habitación, así podríamos calmarla.

El amor que nosotros nunca recibimos de mamá nos estaba pasando la cuenta, ya no podamos seguir así, sentíamos todo oscuro.

Un día, el peor día de mi vida, mamá nos despertó con una sonrisa en el rostro, eso era raro, ella dijo que bajaremos a desayunar, nosotros teníamos miedo de desobedecerla, así que envolví a Amy en una de sus mantitas y bajamos a comer.

Hacia frío, estaba nevando, mañana es navidad.

Mamá nos sirvió cereales junto a leche y un jugo de naranja, hace mucho que no nos servía ella algo, hoy estaba amorosa, eso me da miedo.

Tenía una opresión en el pecho, como si este fuera a explotar, tenía ganas de llorar, sentía que no debía hacer nada de lo que ella me pidiera.

—Hoy iremos a ver a su padre—Dijo ella serena.

Las emociones dentro de todos nosotros explotaron, incluso Amy estaba feliz, al fin acabaría todo esto, no más golpes, no más gritos, quería llorar de felicidad.

Dejamos el desayuno a medio comer y fuimos a vestirnos para ir con papá lo antes posible.

Nick fue a vestir a Amy y yo ayudé a Math.

Ese día llevaba un gorrito de lana blanco que le había regalado mi tía junto a una chaqueta azul y sus pantalones negros, con botas azules.

Su pequeño cabello rubio se veía muy bonito, Math ese día de veía bonito.

Todos llevábamos puestas nuestras chaquetas y nuestros gorros, mamá abrió la puerta luego de 20 minutos de espera y nos dejó entrar en el auto.

¡Iríamos a ver a papá! ¡Él acabaría con esto!

Afuera no había ninguna patrulla, eso era raro, pero no me importaba, todo estaría bien ahora.

Nick y yo nos sentamos atrás con Amy, mamá dijo que el viaje sería largo, así que la déjanos con nosotros para cuidarla, mamá nos miró mientras trataba de acomodar el cinturón de Math.

Yo sabía que ese cinturón no estaba seguro, pero no pensé que pasaría algo, pensé que todo estaría bien, que papá nos salvaría y podríamos ser felices como antes, que pasaríamos la navidad juntos.

Pero la vida es cruel.

Mamá besó la carita de casa uno de nosotros, yo me limpié su beso con la manga de mi chaqueta, no quería que me besara, me daba un poquito de asco.

Mamá comenzó a conducir directamente a carretera, todos estábamos hablando de como sería ver nuevamente a nuestra tía y a nuestro padre, Amy se había quedado dormida en mis brazos.

—Mamá—Susurró Math—Rojo.

Miré el semáforo anterior, nos habíamos pasado un rojo.

—No es nada mi amor, está bien.

No pasó mucho más de dos minutos luego de ello para que las sirenas comenzarán a sonar, la Policía y los bomberos venían detrás de nosotros.

—Mamá—Mi voz temblaba—Estás yendo muy rápido.

Nick tomó a Amy mientras me miraba preocupado.

—No es nada mi amor—Repitió mi madre, yo tragué con dificultad.

Si ella seguía así, íbamos a morir.

—Mamá, si te detienes todo estará bien—Dije tratando de tranquilizarla.

—Mami, nosotros te amamos, detente ahora por favor—Dijo Nick mientras aseguraba mejor su cinturón y protegía a Amy en sus brazos.

Math me miró asustado, yo estire mi brazo y tomé su manito, él entendía lo que estaba pasando.

—Te amo—Escuché salir de sus labios mientras las lágrimas caían por sus mejillas, él lo decía para todos los que estábamos en el auto.

No sabía que esas serían las últimas palabras que oiría salor de sus labios.

—Yo también te amo pequeño-susurré tomando su mano con más fuerza.

Nick miró a Math.

—Estoy orgulloso de haber sido tu hermano mayor Christian.

Por alguna razón, Math entendió perfectamente lo que dijo, mamá estaba en silencio mientras nosotros nos despediamos.

En ese momento sólo pude pensar.

"Estoy orgullosa de haber nacido con unos hermanos como ellos".

Mamá siguió conduciendo y todo paso en cámara lenta, como una película.

El grito de mi madre al ver una patrulla frente a ella y como trato de esquivarla fue lo que hizo que mi cerebro reaccionará, pero fue tarde.

El auto seguía dando vueltas en la nieve, volcandose al menos 2 veces.

Traté de tomar la mano de Math, les juro que lo intenté, pero antes de notarlo el había salido de espaldas contra el parabrisas.

Miré a Nick desesperado, él no tenía a Amy en brazos y nosotros seguíamos de cabeza.

Un grito salió descontrolado de mi garganta, cerré los ojos mientras mi cabeza se golpeaba contra la ventana.

Pero lo hizo, fue de lo que me di cuenta cuando lancé una rosa roja mientras su cajón bajaba de a poco.

Yo traté de irme con ella, quería irme con ella.

Si la muerte era bondadosa me llevaría con ella.

Mamá había quedado sana y salva, así que la muerte no era justa, para nada.

Esa vez estaba tan destrozada que no pude llorar.

...

—Sus hijos están en coma—La doctora había salido de la sala a decirle eso a mi padre.

Algo dentro de mí explotó.

Papá miró el piso por un rato y luego se acercó a mi.

—Saldremos de esta.

Reí sin gracia.

—Quiero que te vayas—Dije cortante—Yo seré el soporte de mis hermanos ahora, no te necesitamos.

Mi padre me miró a los ojos.

—¿Eso quieres?

No respondí, tampoco lo miré.

Desde ese día no veo a mi padre, no me importó jamás, tampoco me molesto en leer sus cartas.

Mi tía recibe un pago por nosotros, pero no hemos tocado ese dinero, desde joven ella trabajo para mantenernos de alguna forma, papá seguía pagando el hospital, así que estábamos bien.

...

El primer día que me fue permitido ver a mi hermanos, también fue horrible.

Entré a la habitación tratando de no hacer ruido, me gire lentamente y vi a mis dos hermanos manteniéndose vivos a base de agujas, aire y máquinas.

Nick estaba con una de sus piernas vendadas, tenía el pecho con algunos parches y sus brazos estaban llenos de agujas.

Pero Math, Math estaba tan...

Mal.

No sé cómo explicarlo.

Su cabello rubio hacia sido rasurado para operar correctamente, las vendas cubrían casi toda su carita, su cuello y espalda estaban vendados, una de sus piernas estaba rota y su brazo izquierdo estaba elevado.

Las vendas en su cabeza tenían manchas de sangre.

No pude estar mucho allí, el ruido de las máquinas me desesperaba.

Salí de la habitación pensando.

¿Es bueno qué sigan aquí?

Se veían tan pequeños en camas tan grandes.

De un momento a otro sentí un flash que me dejó casi ciega.

Luego muchos más.

Un montón de personas tenían sus cámaras puestas en mi y gritaban preguntas con micrófonos en mi boca.

¿Qué mierda les ocurre a estos imbéciles?

Cerré los ojos, quizás si no les prestaba atención...

Las preguntas sobre mis hermanos y la reciente muerte de mi hermana menor me estaban ahogando.

Traté de aguantar las lágrimas.

—¡¡LARGUENSE!! ¡¡MIS HERMANOS NO SON UNA PUTA ATRACCIÓN!!—Grité con todas mis fuerzas, los doctores llegaron por mi grito y obligaron a los camarógrafos a irse, cuando ya no había nadie más que doctores a mi alrededor revisando mis heridas me puse a llorar.

...

El proceso fue difícil.

Trataré de resumir esto.

Mi hermano, Math sigue en coma, Nick despertó y se fue con mi padre a Rusia.

Ese desgraciado que es tan parecido a mi nos dejó solos.

También empezó a enviar cartas y postales, pero yo siempre trataba de quemarlas a escondidas, antes de que mi tía las tomara y las leyera para mi.

Mamá no fue a la cárcel, no, estamos pagando para que ella este recibiendo ayuda mental.

Aunque mi tía si la golpeó bastante fuerte cuando la vio en el juicio, también empezó a gritarle que era una asesina.

Todos los días voy al hospital a cantarle a mi hermano para que despierte.

Últimamente en el hospital han estado apareciendo cosas en el habitación de Math, postales, juguetes, dulces, eran gestos que no sabía de donde venían, pero me hacían sentir completa, como si él pudiese verlo también.

He estado escribiendo un diario para él cuando despierte, porque sé que lo hará.

Aunque tuve que esperar 4 años para ello.

...

Cuando Christian despertó fue uno de los días más tristes y más felices de la vida de 3 personas, fue feliz porque, bueno, al fin había despertado, pero triste porque ese fue el día en que notaron que él tenía muchísimos problemas, también tuvo ataques de pánico y epilépticos, fue difícil, el castaño estaba demasiado traumado.

Miraba la habitación una y otra vez, entonces lloraba en silencio y trataba de hablarle a Carter, pero no podía, sólo salían balbuceos, luego de unos días, una semana y media para ser exactos, las enfermeras decidieron entregarle una pizarra, pero Christian no tenía 7 años...tenía 3, no sabía escribir del todo bien y su pulso estaba gastado, aún así, lo intentó, leyó libros infantiles como pudo y en algún momento, luego de meses de ataques y consultas psicológicas, estando aún en esa habitación blanca, logró preguntarle a la única persona que veía todos los días.

"¿Dónde están mis hermanos?"

Y esa persona no quiso responder.

Y no lo hizo hasta 9 años después.

Christian se había dado cuenta en algún momento que él dejó de ser un niño, probablemente fue cuando despertó, no, en esos momentos estaba inconsciente.

Quizás fue cuando vio su felicidad esfumarse al llegar a una casa que él conocía muy poquito, quizás fue cuando en vez de llevar juguetes en sus manos, llevaba pastillas y números de emergencia.

Quizás fue cuando en navidad en vez de ir a comprar regalos, fue a ser revisado al hospital, quizás fue cuando trato de gritar que necesitaba a su padre pero no pudo.

O quizás, dejó de ser un niño cuando abrió los ojos nuevamente en la camilla del hospital, la diferencia eran muchas ahora, pero fue como volver al pasado, era como ver al Christian de 7 años despertando de un coma.

Y eso me daba miedo.

Fui feliz al saber que él olvidó todo, su despertar fue terrible, lloraba por las noches y cuando ya podía escribir sólo escribia cosas como 'me quiero morir'.

No comía, no jugaba, no veía televisión o leía, la escuela no era para él y a veces golpeaba sus oídos pensando que así funcionarían.

Una mañana, mientras le sangraba la nariz, me miró y confundido me sonrió.

Esa mañana él había olvidado todo debido a un problema médico, pero no queríamos que volviese a recordar.

Lo protegimos hasta ahora.

Por el miedo.

Tengo miedo de que me dejé igual que Nick, tengo miedo de que quiera volver a morir.

Tengo miedo de todo lo que vaya a pasar ahora.

Luego de hablar con Max sobre todo lo que había pasado el doctor llamó a algún familiar, mi tía me dijo que yo debía entrar a hablar con él.

Los tacones sonaban en la cerámica de la sala, Christian o bueno, Math, estaba mirando sus manos, tenía un respirador en su boca y unas agujas de suero en sus brazos.

Levantó la mirada.

Y no sabía que había en ella.

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