Miradas azucaradas © ✔️ (AA #...

By ZelaBrambille

30M 2.5M 989K

"Novela publicada por Nova Casa Editorial, disponible en librerías de España y América Latina. COMPLETA EN WA... More

Miradas azucaradas
MIRADAS AZUCARADAS EN FÍSICO
¿Dónde puedes comprarlo?
Personajes
Prefacio
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Extra
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Extra
Capítulo 31
Extra | Jasmine
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 48
Extra | Hannah
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Epílogo
Extra

Capítulo 47

434K 33.1K 10.6K
By ZelaBrambille


Observo a nuestros acompañantes por debajo de mis pestañas pues no quiero verme demasiado obvia, Jas tiene la vista fija en su comida, mientras Har mastica en completo silencio. Shawn está a mi lado sosteniendo mi mano entretanto comemos, por eso me alegra que sea zurdo. Están tan silenciosos que empiezo a sentirme aprehensiva, no me agrada cuando la gente está así de callada, mucho menos cuando estamos en medio del descanso y lo único que quiero escuchar son parloteos o risas, lo que sea excepto silencio.

—Hola. —Elevo la cabeza tan pronto escucho esa voz, enfoco a Greg, quién está parado en el costado de nuestra mesa mirando fijamente a Jasmine. Espero con una sonrisa secreta que lo mande a la mierda, pero me quedo boquiabierta al ver su reacción.

—Hola —responde ella con seriedad, no había esperado que le dirigiera la palabra. Me sorprende pues, según lo que hace tiempo me dijo, no lo quería ver ni en pintura, ¿acaso ya se le olvidó lo que pasó?

—¿Vas a ir a la fiesta de esta noche? —pregunta Greg sin pestañear, mi amiga se remueve incómoda en su silla. Aprieto con fuerza la mano de Shawn, quien sigue comiendo como si no sucediera nada, aunque su ceño fruncido y las miradas rápidas que le da a Harold me indican que está muy pendiente de todo el asunto.

—Quizá. —Me retuerzo en las ganas que tengo de levantarme y acercarme a Jas para sacudirla, ¿qué demonios está pasando con ella ahora?

—Bien, espero verte ahí. —Greg le da una última mirada antes de marcharse, se dirige hacia la mesa que antes solíamos ocupar, es recibido por la multitud de chicos con uniformes deportivos.

Jasmine inmediatamente encaja el tenedor en lo que sea que tiene en la charola, lo retuerce evitando el contacto visual, no sé si está más incómoda por mi vista fija en la suya, o porque Harold está echando humo por las orejas. Es obvio que está molesto y ¿cómo no estarlo? Estas últimas semanas Jas ha estado más con él que con cualquier otra persona, sé que él ha estado ahí para ella, la actitud de Har me dice muchas cosas: una de ellas es que no estaría tan enojado si no hubiera pasado algo entre ellos dos.

—Me largo —dice Harold, quien empuja su charola y se levanta causando un estrépito al arrastrar la silla. No dice más, solo se va, sale por la puerta de la cafetería.

Arrastro los ojos para ver a Jas mirando el punto donde el pobre chico acaba de salir, la cuestiono en silencio, lanza un suspiro y avienta el cubierto al plato.

—No me miren así, Greg y yo solo hicimos las paces, ese es uno de mis propósitos, pero al parecer Har no lo entiende, cree que sigo enamorada de Gregory, así como tampoco entiende que entre él y yo no hay nada más que una linda amistad y que no estoy preparada para comprometerme con otro. Miren lo que acaba de pasar, simplemente lo saludé y Harold se largó como si hubiera cometido un crimen, estoy harta de que la gente intente meterse en mi vida, así que no se metan, ¡joder! —Aplano los labios, conteniendo todas las preguntas, a veces siento que Jasmine no me cuenta todo lo que pasa en su vida, me gustaría que confiara en mí o se abriera, así como yo con ella, sin embargo, no puedo obligarla, y si no le nace venir a mí para platicar, no soy nadie para exigirle que lo haga.

—No estoy hablando —susurro. Ella entrecierra los ojos y frunce la nariz, la punta se eleva un poco, después enfoca a Shawn y lo mira como si estuviera esperando algún reclamo.

—Tengo la boca llena, no puedo hablar —dice él al percatarse de la atención fija en sus movimientos. Mis comisuras tiemblan pues su tono me ha parecido chistoso. Ignora a mi mejor amiga y se gira en su asiento para enfrentarme—. Por cierto, ¿irás conmigo a la fiesta? Un amigo cumple años, será en su casa, me gustaría ir, pero si no quieres podemos hacer otra cosa....

¿Qué cosa? Interrumpe mis pensamientos, se me acerca sin darme la oportunidad de pensar en lo que ha dicho, sus labios se aproximan a mi oído, sopla haciendo que me recorra un escalofrío que intento disimular. Santísimo Jesús, ¿por qué dejaste que este chico naciera con el poder de dejarme la mente en blanco?

Jas está aplanando su boca como si estuviera reteniendo una carcajada, quiero pegarle en las rodillas por debajo de la mesa, sin embargo, siento que si me muevo el podrá sentirlo y se dará cuenta de lo que he hecho, eso me convertiría en una ridícula maltratadora de mejores amigas, ¿no?

—¿Qué otra cosa podría querer? Besarte es una buena opción. —Maldición, debo aprender a controlar mis nervios, no puedo ir por la vida diciendo todo lo que se me cruza por la cabeza cada vez que me pongo nerviosa. Lucho con las ganas que tengo de cerrar los párpados y acurrucarme entre sus brazos, no puedo hacer cosas pervertidas en la escuela... Ni siquiera sé si estoy preparada para tenerlo besándome durante mucho tiempo, ¿qué tal que pierdo el sentido?

—Iremos a la fiesta —respondo. Shawn suelta una carcajada y se echa hacia atrás, deposita un beso en mi mejilla, la cual sigue caliente y enrojecida.

—Entonces te veo más tarde, preciosa, tengo clase en veinte minutos.

Apenas se va, Jasmine suelta una risotada entre dientes.

—Adiós caballos de My Little Pony, hola sexy y caliente Shawn —dice y sube las cejas. Mortificada, oculto mi cara entre mis palmas.

—Cállate si no quieres que te pida explicaciones.

Y es así como seguimos comiendo en silencio, Jas con las comisuras alzadas y yo convertida en un tomate, ¿no debería ser al revés?



Me miro en el espejo y muevo los dedos de mis pies descalzos, hago una mueca. Por ahí dicen que todas las chicas alguna vez pensamos que no somos lo suficientemente bonitas, sé que tengo lo mío, pero hay algo en mis piernas que no me deja estar tranquila, parecen dos delgados espaguetis.

Traigo puesto un vestido de color verde esmeralda con un cinturón oscuro que enmarca mi cintura, y medias. Observo los dos pares de zapatos, no sé cuál ponerme, soy más de usar zapatillas para correr, pero creo que me vería mejor con los otros.

—Tacones —dice Jas desde el asiento de su tocador, está poniéndose máscara de pestañas haciendo esa cara graciosa que siempre hace.

Pasarán por nosotras en el auto de Harold, no quise preguntarle a Shawn si ya estaba mejor, y mi amiga no ha dicho nada al respecto, tanto misterio me va a sacar canas verdes, moradas y rosas; me convertiré en un plumero.

Me pongo los zapatos cuando resuena una bocina desde el exterior, Jasmine se pone de pie, alisa su vestido y sale de la habitación, seguida por mí. Jas se asegura de apagar todas las luces y cerrar la puerta con llave, sus padres tuvieron que ir a una cirugía y no volverán hasta bien entrada la noche.

Giro y me detengo en seco antes de bajar los escalones de la entrada, Shawn está afuera del carro con la puerta de los asientos traseros abierta, su sonrisa me hace respirar profundo. Trae puesto un pantalón de mezclilla oscura y una camisa azul celeste, azul claro como el cielo y los botones blancos son las nubes... Estoy loca, no he tomado y ya ando alucinando.

Me acerco por el camino, ya no me fijo si Jas me está siguiendo o se ha quedado atrás, solo puedo verlo a él, quien no deja de barrer mi cuerpo con sus ojos intensos. Apenas llego, sus manos me jalan y sus brazos me rodean, me pega a su cuerpo. Agarro sus hombros pues no sé qué más hacer conmigo misma.

—No me voy a separar de ti en toda la noche, te ves hermosa. —Muerdo mi labio inferior para no sonreír como una tonta.

Me ayuda a entrar al auto, los otros dos ya están adentro, esperándonos en silencio.

—Hola, Har —digo.

—Hola, Nat —contesta antes de arrancar.

Quince minutos después llegamos a la fiesta, la casa está llena, hay un montón de coches y camionetas estacionadas en las banquetas, la gente se encuentra arremolinada en el exterior y la música se escucha a todo volumen.

Mi novio —lo sé, quiero gritar cada vez que pienso que estamos juntos— me toma la mano con firmeza y me conduce. Les da un asentimiento a los dos chicos de la entrada, nos abren la puerta para dejarnos pasar. Nos consume la oscuridad del interior y las luces estroboscópicas que me hacen pensar en una discoteca, hay chicos bailando por todas partes, algunos saltando y otros solo parados conversando con un vaso en las manos.

Siento que su brazo me rodea la cintura, me adhiere a su costado, su palma se extiende en mi cadera; soy consciente de todo lo que hace, y más si me pone los dedos encima.

—¿Quieres algo de beber? —pregunta alzando la voz pues el sonsonete es demasiado alto. Niego—. ¿Bailar?

¿Es una buena idea bailar con el chico que me derrite? No lo sé, pero antes de que pueda responder me jala, no dejándome otra opción más que acompañarlo, no es que me queje. Nos adentramos a la pista, una canción de Florida suena justo cuando me pega a él, rodeo su cuello y evito mirarlo porque me estoy muriendo de la vergüenza.

De alguna forma desconocida para mí, su nariz se escabulle hasta que llega a la piel de la base de mi oreja, termino por cerrar las distancias entre los dos cuando respira profundo y suspira.

—Hueles tan bien —murmura, al tiempo que una de sus manos baja a mi cadera. Yo no tengo mucha experiencia en estos temas, jamás había estado así con un chico, pero estoy segura de que las pulsaciones aceleradas de mi corazón y el cosquilleo que siento en mi estómago son señal de que algo grave está pasando entre los dos, ¿puede él sentirlo?

—Estoy nerviosa —digo sin soltarlo, no quiero dejar de sentir.

—¿Por qué? Solo soy yo, preciosa. —Abro la boca para poder respirar, su aliento en mi oído es más de lo que puedo soportar.

—Ese es el problema. —Mi voz sale temblorosa.

—Lo lamento, pero tendrás que aguantarte, no pienso alejarme de ti ni un solo milímetro, estoy muy cómodo contigo tan cerca. —Mil revoloteos invaden mi estómago, intento calmarme porque siento que explotaré como un maldito grano de maíz en el microondas. ¡Soy un grano de maíz!

—Nunca dije que quería que me soltaras.

Se echa hacia atrás, sus ojos contactan con los míos, pega su frente a la mía y sonríe.

—Eres tan dulce —susurra sonriendo de lado. Sus labios bajan a los míos, me da un beso que me afloja las articulaciones, me saborea hasta que se me olvida hasta quién soy—. Y sabes a mi cosa favorita, a café con dos sobres de azúcar.

—Los cheetos me encantan, pero eso no es romántico. —Deja escapar una risita, me da un beso corto antes de dar un paso hacia atrás.

—Voy por una bebida, ¿me esperas o me acompañas?

—Te espero. —Salimos de la pista, zigzagueo entre el gentío para encontrar un rincón vacío, él se va hacia la que creo que es la cocina, lo pierdo de vista. Busco a Jasmine, pero no hay señal de ella por ningún lado, así que me quedo quieta, bamboleándome en el mismo lugar.

Segundos después escucho voces, frunzo el ceño y busco con la vista quién está hablando cerca de mí, sin embargo, no hay nadie; prácticamente estoy sola, la persona más cercana está a unos cuantos metros, y está tomando alguna cosa, no hablando. Intento prestar atención a las palabras, reconozco a alguien: Hannah.

Como si estuviera poseída por la curiosidad, camino hacia la puerta entreabierta que está a mis espaldas, supongo que está ahí. Me asomo por la rendija y veo a la chica rubia perfecta, vestida en un lindo vestido rosa lleno de lentejuelas, se ve como una princesa. La persona frente a ella es Liam, quien no se ve muy bien, se está tambaleando, por lo que creo que está un poco alcoholizado.

—Por favor, Liam, ya no tomes, tienes que manejar para irnos a casa —dice Hannah. No alcanzo a ver su rostro, pero no se escucha muy contenta.

—No te llevaré a casa, ¿no viste que estaba ocupado con Iveth? Busca a alguien que pueda llevarte —dice él. Ella agacha la cara, escondiéndose. Mi frente se arruga, ¿por qué si sabe que Hannah lo quiere le ha dicho que se largará con otra chica? Independientemente de la situación, de si la ama o no, se supone que son amigos antes de cualquier otra cosa... Un amigo no hace eso.

—Te lo estoy diciendo porque me preocupas, no importa si te vas conmigo o no, no quiero que te pase nada. —Ouch, hasta a mí me dolió.

Liam suelta una carcajada burlona, pido en mi mente que no diga alguna tontería, pero no sirve, pues igual suelta la lengua.

—Suenas igual que mi madre, estoy harto de esta mierda. —Mi corazón se acelera, mi respiración se agita, ya una vez escuché a Greg con ese tono de voz, entonces sé que lo que viene no es bueno—. ¿Por qué es tan difícil para ti entender que entre tú y yo no hay nada? Que no necesito que estés oliendo mi trasero todo el tiempo.

—¿Oliendo tu trasero? ¿Por qué dices eso, Liam? Las únicas veces que salimos juntos es cuando tú me lo pides porque ni siquiera me contestas el teléfono si no tienes ganas de hablar conmigo, ¿cuándo te he exigido algo? Lo único que he hecho es quererte, desear que me quieras.

—¡¡Y si te lo pido es porque mis padres me obligan!! ¡Ya lo sabes y no te importa! No quiero que me quieras, Hannah, quiero salir con chicas que de verdad me gusten, tener aventuras y sexo con otras, cumplir mis sueños, todo menos vivir contigo toda la puñetera vida porque eres vacía y aburrida, no te importa nada más que las ondas de tu jodido cabello y hacer lo que tus padres dicen. —Hace una pausa—. Entiéndelo de una maldita vez, ¡no te quiero!

Me pego a la pared cuando escucho pasos, la puerta se abre por completo y Liam sale del cuarto como un rayo echando humo por las orejas. Recupero el aliento, esperando que Hannah salga en cualquier momento, sin embargo, no pasa nada. Vuelvo a asomarme y la veo ahí, en medio de la alcoba con la cabeza gacha, parece un ratón asustado. Su cuerpo se sacude, no lo pienso, empiezo a caminar antes de poder detenerme. Cuando estoy más cerca veo que está llorando, empiezo a escuchar los sollozos y el corazón se me estruja. Hannah no es mala, si fuera todas las cosas que él dijo, no estaría llorando con tanto dolor.

—Tranquila, Han —digo con un nudo en la garganta. La rodeo, ella no se mueve, sigue llorando y temblando, luego se aferra a mi abrazo como si temiera caerse.

—Lo siento —dice en un susurro ahogado—. Lo siento.

No sé qué hacer, no soy buena consolando a las personas. Veo un sillón y la insto a caminar hacia el, se sienta y apoya los codos en sus rodillas, ocultando la cara con sus manos.

Voy a sentarme cuando suena mi celular, obtengo mi teléfono y contesto sin fijarme en el identificador.

—¡Natalie! —Me envaro al escuchar el grito de Cecile—. Papá y mamá tuvieron un accidente, vamos rumbo al hospital.

El alma se me va a los pies.


* * *


Continue Reading

You'll Also Like

242K 32.6K 42
Mis planes eran simples. Irme a Londres a una escuela de música y explotar al máximo mis dotes como cantante. ¿Que planes tenían mis padres? Enviarme...
5.5M 414K 81
Hades Parker no es normal, él tiene un tipo distinto de placer, disfruta jugar. No, no es el tipo de juego de PlayStation, él encuentra pasión en ot...
97.6K 13.6K 23
Pertenecer a la realeza no es fácil y a veces ni siquiera es ventajoso. Si eres princesa estás destinada a que elijan por ti. Si eres un príncipe pue...
772K 47.2K 40
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...