Mute

By lazarithe

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Christian es un chico condenado a estar en silencio para siempre. Michael es un chico que quiere hacer de la... More

prólogo
¿odio?
Servilleta
carta n°1
las cosas buenas
una guitarra
tranquilo, no te voy a soltar
la familia de Michael, helados ¡y café!
¡pero eso es raro!
¡adiós escuela y hola dudas!
¡dos fiestas en una noche!
Math
¿Quién soy?
Michael
Día en la piscina...no tan bueno
¿Tía, papá?
Un día de nieve...
los Castillar y Sophie
Parque de diversiones
Hamburguesas y luces
fiesta de luciérnagas
Halloween
La apuesta
Correcto
mascotas y una cena
Consejo.
La nieve
Confusión y aceptación
navidad y despedida.
Rusia ¿¡Esa es mi familia!?
De ustedes ♥
operación y viaje apresurado
libertad.
Sinceridad y regreso.
abrázame más fuerte
verdad o reto y rota.
panqueques y columpios
¡Suelta el vaso Chris!
El evento y el lobo de oveja.
la carta rota.
¡sal de mi cabeza!
El último día escolar
El Baile
El baile (Max)
malteadas empalagosas.
Quizá mañana
mamá se fue.
¿Te sientes bien?
Odiame.
Hablemos, tocame.
Corte de llamada, abrazo.
agradecimientos
Aviso

¡Michael no sabe entregar cartas!

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By lazarithe

Christian no sabía que acababa de pasar, su mesa estaba volteada y sus cuadernos en el piso, aquel chico con el que chocó en el almacén miraba con odio a un chico que tenía debajo, si Christian sabía algo en ese momento era que tenía miedo, mucho miedo.

El oji gato se levantó, dejando ir a su “víctima”, aquel que había desafiado a Michael aún seguía en el salón, no le había golpeado, no se rebajaria a su nivel, pero eso no duró mucho.

—Levanta tus manos—Exigió demandante el oji cielo.

Aquel tipo era el único que tenía gotitas de sangre en sus manos, de donde venían era demasiado obvio, de Christian, de su pequeña nariz y labios.

Tal vez Michael y Christian no sean cercanos y mucho menos amigos, pero si a Michael le cabrea algo es que los fuertes se burlen de los debiles, más le cabrea que la persona de la cual se aprovechan se haya tomado su tiempo escribiéndole algo para agradecerle, porque, seamos sinceros, eso ya nadie lo hace.

Michael rompió el labio del chico, debía darle algo a cambio de su golpiza, luego lo dejó ir, aunque aquellos cobardes no dudaron en mentir respecto a su “pelea” aunque en realidad era una agresión, por lo cuál en menos de diez minutos Max, Michael y Chris estaban sentados en espera de pasar a la oficina.

—Esos bastardos—Dijo Max frustrado, lo cuál sorprendió a Mike, pues él nunca decía aquellas cosas refiriéndose a alguien, su estilo no era insultar o al menos, no en serio.

Michael miraba disimuladamente a Christian, entonces notó 2 cosas interesantes en él.

1-No puede estar más de diez segundos sin mirar su entorno.
2-su respiración es demasiado lenta y calmada.

Sabía que era algo estúpido, pero quería oír su voz.

Christian se levantó y el oji cielo quedó pegado, Max se limitó a seguir al castaño mientras su amigo seguía en trance.

...

Una mujer bastante joven “hablaba” con Christian, el silencio en la habitación rompía las tripas de todos base de nervios, la profesora miró a ambos chicos y entonces susurro algo en el oído del director.

—Evans dice que ustedes sólo se defendieron y lo defendieron a él, por tanto no veo motivos para enviar un castigo a su escuela, aunque como sospechan, tuvimos que avisar de su situación y tienen el resto de día “libre”—El director pausó— lamentamos los inconvenientes.

—Oh...no se preocupe, está bien—Dijo Max, Michael asintió.

Tal vez era algo apresurado, bastante en realidad, pero Michael vio la cara sonriente de Chris y lo lleno de ternura, sus ojitos se cerraban de una forma bastante bonita, también sus labios eran lindos, aunque los golpes no dejaban ver toda su belleza.

O eso era lo que pasaba por la cabeza de Michael y, es que Michael detesta frenar sus pensamientos, sólo los deja ser sinceros, aunque esta vez al ser un chico le parecieron un tanto incorrectos.

Salieron de la oficina y caminaron por los pasillos, si tenían el día libre no habría problema en acompañar a Chris a buscar sus cosas, entonces Michael lo recordó.

—¡La cart—Fue interrumpido por el sonido de estómago de Chris que moría de hambre, Max rió y revisó su bolso, tendiendole una galleta con chispas de chocolate, los ojitos de Christian se iluminaron y las acepto sin pensarlo, pero luego se avergonzó, no debía tomar regalos tan a la ligera.

Devolvió más de la mitad del paquete de galletas.

Ambos chicos sabían que eso no era necesario, ellos ya habían comido, aunque...¿Cómo decírselo?, Se miraron entre sí, escondieron sus manos detrás de la espalda , dando vueltas con Chris que buscaba las extremidades de los chicos.

Al final optó por darse por vencido y seguir comiendo galletas.

...

—Demonios—Maldijo Michael jugando con la carta en su mano, al final se le había olvidado entregarla, suspiró.

—Hey—Dayana llamó su atención desde el umbral de la puerta mientras acomodaba su pañoleta—¿Ya pasó? ¿Te enamoraste?

Michael soltó una carcajada.

—Jamás—Respondió convencido—Es para un amigo.

Pero se le había olvidado que Dayana era fan de las parejas entre dos hombres, así que ella lo miró con sus cejas levantadas y una sonrisa de coqueta, cuando Michael se dio cuenta ella ya había salido de la habitación.

Para Michael que apenas conoce a Chris eso sería enfermo, demasiado, aquel castaño parecía un niño pequeño, pero sobre todo lo demás...él era él, un chico.

No es que Michael fuera homofóbico ni nada parecido, incluso sabía de una persona cercana que gustaba de otro chico, todo estaba bien, sólo...

Pensar en él con otro chico era raro.

Pensar en él con un chico que conoció hace 2 días era mucho más raro, acariciando el borde de lo absurdo.

Dejó sus ideas tiradas a medio camino y se metió bajo la cama para dormir, estaba cansado.

...

Christian miraba a Carter y a su compañero de clase hablar animados desde el rincón de la sala de estar, cubría la mitad de su cara con su libro, tal vez su hermana no lo notaba, pero aquel chico apestaba a cigarro siempre, su encendedor estaba en el bolsillo izquierdo de su chaqueta de jeans y siempre miraba mal a Christian.

Bueno...si a eso se le puede llamar una mala mirada.

El castaño se cansó de auto ahogarse con pensamientos y fue a la cocina por un vaso de agua, no le gustaba que él estuviese allí, no le gustaba nada, quería ir rápido para subir a su cuarto y encerrarse a leer.

Los pensamientos de Christian eran muy hirientes de vez en cuando, o siempre que tenían oportunidad se tornaban así.

“Mi hermana se ve más feliz hablando con él un minuto que estando conmigo un año entero”.

Su vaso estaba lleno ya, así que se propuso a salir de la cocina, pero aquel tipo se lo impidió.

Su aroma lo ahogaba, odiaba que se le acercará, muchas veces se reía de él, al oji marrón no le agradaba ese tipo de comportamiento, tampoco le agradaba que rompiera cosas en su cara y luego le echase la culpa, porque Carter se enojaba un montón y eso le daba pena.

Christian sólo se hizo a un lado y camino con su vaso hacia la puerta de la cocina, pero el rubio le hizo una zancadilla, haciéndole, obviamente, caer, Christian agradeció a Dios que su vaso era plástico, aunque el agua le alcanzó a él y al piso flotante, debía secar rápidamente.

Pasó lo que tenía que pasar, el rubio se burló en su cara y él sólo bajó su mirada, su hermana llegó y le recalcó su ropa mojada, le dió ordenes de limpiar el piso cuanto antes y le pidió disculpas a su “buen” amigo.

El cabello de Christian estaba mojado, quitándole sus ricitos, pero no tenía ganas de ducharse otra vez, así que se fue a la cama luego de lavarse los dientes, secarse el cabello y ponerse su pijama de estrellitas.

También golpeó un par de veces la almohada, frustrado.

Después de todo, él también es un ser humano.

...

Michael despertó a las cinco de la madrugada y vió una bandeja a su lado con algo de comida y su insulina, en realidad si tenía mucha hambre, así que comió y fue al baño a cepillar sus dientes, ya se habia inyectado así que estaba bien dejar las horas pasar un poco más.

Cerró sus cortinas y comenzó a a revisar su celular, habían algunos mensajes pero no tenía ganas de contestar, así que lo volvió a bloquear y se recostó en medio de la oscuridad.

Luego de un rato se levantó y fue hacia la ventana, abrió las cortinas y se quedó mirando el cielo.

Y nuevamente no lograba comprender como era lunes.

Se levantó rápidamente y bajó la escalera, como siempre iba tarde y sus hermanos ya corrían por la cocina haciéndose un desayuno decente, era algo cómico ver a Michael entre su familia, él, que caminaba tranquilamente y se servía un simple plato de avena con esencias para luego comer apoyado en uno de los muebles y su familia que corría por el pequeño espacio como un animal en una jaula.

Hoy le tocaba a Alex ir a dejar a los pequeños a su escuela, Dayana se había ido con sus amigas y Michael seguía caminando, era muy temprano aún y no se veían muchos estudiantes en las calles, así que Mike estaba obligado a no llevar sus audifonos ya que era peligroso.

Era realmente temprano, no recordaba haber salido a las 7:10 de casa jamás.

Mientras iba caminando pasó frente a las estaciones de trenes y miró hacia dentro por nada en especial, pero cuando lo hizo por desconcentrarse chocó con alguien que de inmediato se exaltó.

Christian acababa de ser levemente empujado por detrás, volteó rápidamente encontrándose con un castaño alto y confundido, de inmediato hizo una pequeña sonrisa graciosa y confundida junto con una seña de saludo.

Michael miró el cabello de Christian y se preguntó si se peinaba por las mañanas, lo revolvió y luego comenzó a moldearlo con sus manos, Michael era así, directo al grano y sin preguntar, aunque como Chris no tiene amistades ese tipo de contacto se le hacía extraño y, la verdad, si las tuviese quizás se le haría aún más bizarro el comportamiento del más alto.

Michael tenía una de sus manos en el flequillo de Chris, así que con cuidado lo levantó y observó su carita completa, hay gente que sin el flequillo se veía vacía o mal, pero Christian se veía bien, se veía más ordenado, o eso pensó Michael, a Chris le daba cosquillas que tocarán su cabello, así que rió despacio, dejando a Michael embobado por un momento, Chris era un chico sordo, pero ahora Michael conocía una pequeña parte de su voz.

Pero ellos no eran amigos.

Michael comenzó a caminar, haciéndole señas a Chris para que caminara a su lado, entonces recordó su carta y comenzó a buscar en su mochila, cuando la encontró se la tendió a Chris, él lo notó y acercó sus manos mientras Michael la soltaba, cosa que fue un error.

La carta se había caído al piso.

Y el día de ayer había llovido.

Michael no sabe entregar cartas.

La cara de Chris era un poema, tenía la boca y los ojos abiertos mirando a Michael, el cual estaba igual, la carta ya se habia casi disuelto en agua y no tenía salvación, Chris quería reír pero pensó que sería muy cruel.

El castaño le pidió la mano a Mike y anotó su número de celular, así podrían comunicarse más allá de los papeles...Y de las cartas arruinadas.

Bueno, admito que ese no fue de nuestros mejores momentos.

A mi me gusta recordarlo, fue divertido.

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