Quede enfrente de la puerta, inmóvil, con ambas manos sobre mis bolsillos.
Observe la puerta blanca, a su lado tenia un timbre el cual tengo miedo de presionar.
Parezco un cobarde, no he parado de pensar aquello que dice el sobre, mi frente al igual que mis manos no paran de sudar. Cuanto odio sentir miedo, me hace estar tan vulnerable.
Me armé de valor y presione por unos segundos el timbre a mi lado. Pasé mi mano sobre mi cabello e intente poner mi mejor sonrisa falsa, aunque solo saliese una llena de nerviosismo.
Es el momento. Vamos, no seas gallina Daniel -me repetía.
La rubia no parecía escuchar o quizá, esté revolcándose con Jimmy. La idea de que estuviese con el moreno me ardía la sangre, borre mi sonrisa cambiándola por un rostro serio y golpee la puerta con fuerza.
- ¡Abre la maldita puerta! -exclame al mismo tiempo que golpeaba la puerta.
La quise tanto que nunca pensaba en otra mujer que no fuese ella, que mal estoy...veo que tú si pensabas en otros chicos mientras estabas a mi lado.
Ahora esta Lily, ella es especial. Me hace sonreír con cualquier gesto, aun no sé si ella sea la indicada.
Me harté de esperar y saque el celular de mi bolsillo para marcar el numero de la rubia.
- No llames mas. Aquí estoy.
Levante mi mirada viéndola.
Se miraba terriblemente mal, su cabello estaba desarreglado y tiene una cara de pocos amigos.
Hace una hora que no la miraba, su maquillaje estaba corrido y su ropa la había cambiado.
Entre sin pedir permiso. Me cruce de brazos, ella cerró la puerta girándose lentamente hacia mi.
Tenía un short roto, estaba en sus medias favoritas y su camisa era corta... mostrando su barriga que ahora se miraba hinchada.
Fruncí el ceño.
JAY.
Jugueteaba con la mano de mi novia. Estábamos sentados frente a la piscina sin decirnos palabra.
Nuestras miradas hablaban de por sí, solas.
Clarisa estaba preocupada por lo de su ex, y no dejo de sentirme mal por haberle engañado diciéndole que lo habían atrapado cuando sigue suelto planeando en destruirnos. No quiero verla aterrada y por ahora no pienso comentarle nada.
- ¿En qué piensas, cielo? -preguntó con una cara aterrada.
- ¿Tan mala cara traigo? - reí - No es nada mi Isa. Ahora estoy pensando en que decirle a Mattias -comente, eso sí me estaba preocupando.
- No quería hablar con él hasta que llegarás, solo le contaremos todo y ya.
No creo que sea tan simple, y menos cuando tu hijo prefiere a un idiota que lo crió como padre que a su verdadero, vaya que esta difícil.
Suspire.
- Iré a buscarlo, quiero ir solo.
- Entiendo. Está con Luca en su lugar “secreto” -hizo comillas.
- ¿Sabes donde queda ese lugar? -ella negó.
Me levante, no sin antes darle un beso de despedida.
Mientras me iba alejando seguía pensando en Mattias y Luca. Ellos se estaban volviendo mejores amigos, no quiero sonar egoísta pero odio que se lleven tan bien. Si Mattias eligiera quien de la banda sería su padre, sin duda, sin duda sería Luca.
Me estaba cansando de recorrer toda la mansión, le pregunte a cada uno de los trabajadores si habían visto a alguno de los dos y nadie sabia nada.
Entre a la habitación de Elizabeth para saber si el pequeño estaba ahí.
Abrí la puerta con cuidado. El cuarto estaba oscuro a excepción de la luz de la lampara de mesa que estaba encendida. Natalia estaba leyendo un cuento sentada en la cama mientras miraba a Liz quien no paraba de moverse con lo ojos cerrados.
Natalia me observó raro, sonreí rápidamente y susurré la canción preferida de la pequeña, “You'll be in my heart” si en verdad quería dormirla sólo debía cantarla.
Me compadezco de la chica, no es muy fácil dormir a la pequeña. Solo los chicos y yo sabemos hacerlo. Me extraña que Nathan no estuviera aquí, debe de estar con Anthony, tengo días que no se del tipo.
Estaba cansado de buscar. Unos ruidos en una habitación me hicieron sobresaltar, la puerta estaba abierta así que entre.
La habitación tenía paredes rojas, una cama con edredones azules, un baño al costado, tenia cuentas de fotografías de artistas como Adam Sandler, Lily Collins, Robert Downey Jr,Megan Fox. Pero sobre todo, Adam Sandler.
Ésta era la habitación de Luca, me acerqué al balcón y la puerta estaba cerrada pero sin llave. Salí viendo el jardín, levante la mirada y a mi lado estaba una pequeña escalera.
Las risas no paraban de escucharse.
Subí las escaleras,viendo sobre el techo a Luca y a Mattias.
Quedé atónito.
- ¿Pero q-qué carajos? -pregunté claramente sorprendido.
- Jay -habló Luca levantándose.
- Tienes cinco segundos para que me expliques el porque estas en el techo con mi hijo -apreté a mis manos, lo desafíe con la mirada.
Mattias se levantó tranquilamente. Luca se acerca a mi y apoya su brazo en mi hombro.
- Vamos Rodrigues, no seas abuelo. Es nuestro lugar -comentó con tranquilidad.
Lo mire mal, quite su brazo y él bufó.
- ¡No digas nada, por favor por favor por favor! -Mattias se agacha a mis pies y junta sus manos.
Si su madre se enterara habría un sinfín de regaños, Luca estaría en un cementerio y yo llorando en su tumba porque nunca lo hizo ella y no yo.
Vi al niño y levante una ceja: - Sabes que si tu madre se entera golpeara a Luca y estarías castigado hasta que tengas cincuenta.
- Lo seeee -respondió con fastidio.
- ¿Desde cuando haces esto?
- Pues, desde que llegamos,creo. Es ahora nuestro lugar, se puede llegar a cualquier parte de la casa por pasadizos sumamente secretos -dijo el rubio como si estuviese en una misión secreta hablando en susurros poco audibles.
- ¡No me interesa! -reproche - El caso es que no quiero que vengas solo a este lugar, si no es conmigo ¿estamos claros, Mattias? -digo molesto. Mi forma de decirlo fue algo duro pero tenia que ser serio en estos momentos.
Mattias bajó la cabeza.
- Oye, es solo nuestro lugar -Luca se acerca al pequeño y se señala para luego señalar a mi hijo.
- ¡Noticia! Ahora también es mio. ¿Nos puedes dejar solos?
Mattias niega rápidamente hacia Luca pidiendo ayuda con la mirada. Digo un por favor sin hablar que Luca entiende al instante.
- Me acabo de acordar que tengo que alimentar a mi pez -mintió el rubio.
Se abaja dejándonos solos.
Mattias se sienta y hago lo mismo, fruncía el ceño.
- ¿Estás molesto conmigo? -pregunto.
- Si te refieres a que en este instante te odio pues sí. Estábamos bien hablando de películas de Adam Sandler. - respondió sin mirarme.
- No quiero que te molestes conmigo, solo trató de ser un buen padre. Cuando te regañó lo hago por tu bien, solo quiero lo mejor para ti, tu bienestar. Si algo te pasa estando aquí arriba jamás me lo perdonaría, me culparía toda la vida por nunca haberte dicho que subas aquí solo. Cuando era joven, mi padre, siempre me reprochaba cuando hacia algo que creía que estaba bien, cuando era todo lo contrario. Quisiera volver el tiempo atrás y hacerle caso a todo lo que alguna vez me dijo -recordé a mi familia, una lágrima cayó por mi mejilla y la arrebate rápidamente.
Mattias no paraba de mirarme sorprendido.
Dé que mis padres y mi hermano estuvieras muertos era mi culpa.
Cuanto me maldigo, todo fue mi jodida culpa.
Jale mis cabellos, respire hondo y mire las estrellas.
Yo me juntaba con una pandilla a escondidas, ese día estaba molesto con mi padre.
Nos estábamos escondiendo de unos malos hombres.
Fred era mi ídolo, mi mejor amigo y era como un padre para mi. Fred era el jefe de la pandilla, me preguntó donde vivía y quienes eran mis padres, le dije que era Malcom Rodrigues y Diana Fox, sonrió.
Ese día me dijo que fuera al campo a hacer un trabajo, llegue tarde.
Solo me encontré a mi pequeño hermano tirado en el jardín con una bala en su pecho. Estaba muerto, en ese instante mi vida se derrumbó.
Todo lo que quise me lo arrebataron, nunca le dije a mi padre el nombre de mi amigo, a pesar de tantos reproches siempre me escapada a escondidas para salir y ahora me arrepiento de ello.
Fred mató a mi familia, Fred estuvo en prisión por mi familia, aveces pienso que todo fue culpa mía.
- ¿Estás bien? -escuche la voz triste de mi hijo.
- Recordaba a mi familia, ellos están allá arriba -señale las estrellas.
Mattias se levanta y me abraza.
Cerré los ojos, imaginando los abrazos de mi hermano Gustavo.
Sentí calor esa fría noche.
- Te extraño peque -susurré mirando los oscuros ojos de Mattias pareciéndose a los de Gustavo.
NATHAN.
La miré fijamente, ella parecía nerviosa.
- Hablemos rápido. ¡Quiero que me expliques esto que dice el sobre! - tiré el sobre con fuerza a Ashley.
Ella comenzó a sollozar.
- Yo...es que, no me dejes por favor - sollozó mas fuerte.
Miré el frasco a mi lado, lo tiré con fuerza haciendo que cayera en miles de pedazos.
- ¡Te exijo que me digas si Jimmy es el padre del feto! -la agarré por sus hombros moviéndola.
Ella soltó un chillido, vi sus triste ojos.
Me detuve, no quería lastimarla.
- Me duele -se quejó - ¡No es del maldito Jimmy, es tuyo! -gritó con su voz quebrantada en un intento de sonar fuerte.
Grité mentalmente.
Mío.
Es,
mío,
mi
feto.
- Mañana iremos a una consulta, tengo que salir de dudas.
- Quiero que te cases conmigo.
Reí.
- No lo haré jamas.
- Si no te casas conmigo, voy a abortar, tenlo por seguro -frunció el ceño.
Ashley estaba actuado bipolar, en un momento estaba llorando y luego hablaba con frialdad, pero ese no era el caso ahora sino el
¿qué se supone que haré ahora?
NA:
¡122! PUESTO NÚMERO CIENTO VEINTE Y DOS.
Vaya que me siento triste, estábamos en el #56 y ahora recibo el año con esto ¿qué estoy haciendo mal? De verdad me deprime. En fin,espero reponerme y poder entras en los primeros 10 de Chick-Lit seria todo un sueño para mi.
¡FELIZ 2016 BEBÉS! DE PARTE DE SU ESCRITORA TRISTE Y DE SUS PERSONAJES.
Un poco de la triste historia de Jay Rodrigues Fox;(
¿Qué pensáis de Ashley y Nate?
¿Será de él o Jimmy?
Las amo con mi corazón triste.
¡EXIJO VOTOS!