De rápido análisis, el actor principalmente se elevó tan joven en la vida por su capacidad natural para observar su entorno y aprender de él (reenganches superiores entre letras).
No era un soñador empedernido pero, como buen previsor, ponía en práctica sus propias meditaciones con tal de tantear el terreno. Una vez inspeccionados todas las amenazas que podían perjudicarle, se lanzaba apasionadamente a la conquista de una nueva meta (escritura rápida, espontánea y ascendente).
Los objetivos que echaron gasolina a su vida, parece ser que fueron sobre todo laborales, de ahí que nos dejase una vasta filmografía. Al mezclar nombre, apellido y viceversa, podemos casi comprender que para encarnar a sus personajes, podía convertirse en un perfecto camaleón.
A diferencia de otros actores, esto no era motivo para perder de vista su propia personalidad. Supo muy bien quien era, diferenciándose de otros de sus compañeros que se dejaron atrapar por la ficción añadida que acarrea esta profesión.
Del 03 de junio de 1925 al 29 de septiembre de 2010