La excesiva redondez del texto nos recuerda las primeras letras que de niños nos hacían copiar para grabarlas en nuestro cerebro. Grace no era tan sólo la princesa Consorte, sino alguien muy necesitada de cuidados que implicaban tanto los del cuerpo como los del alma (pies y crestas que apenas sobresalen).
El protocolo al que tuvo que habituarse se refleja perfectamente en la poca espontaneidad y rapidez de los trazos. Aún con tendencia natural a dejar abiertos algunos óvalos por la zona superior izquierda, solía cerrarlos a cal y canto para dominar los pensamientos. Esto unido a los minúsculos barrados de la letra "t", la convirtió en la perfecta mujer sumisa dispuesta a apoyar incondicionalmente a su pareja.
Del 12 de noviembre de 1929 al 14 de septiembre de 1982