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El pasado de México y Argentina fue difícil, el menor de la relación sufrió por muchos problemas consigo mismo, debido a todas las marcas que aparecieron en su cuerpo por su última relación y todos los problemas externos a esa relación, hacía que su cuerpo se deteriore, causando cicatrices grandes, largas en todo su cuerpo y rostro, el maquillaje no cubría nada, no ayudaba en absolutamente nada.
Se veía como un ser horrible, pensaba que nadie lo iba a amar de esa forma en la que su cuerpo estaba hecho un desastre.
México era solo un amigo algo cercano, el cual lo ayudó mucho en sus momentos de terapia, estuvo a su lado y lo acompañó en todo momento para que no suceda una tragedia, muchos pensaban que si Argentina no mejoraba, el menor iba a quitarse la vida, México tenía miedo de eso.
—¿Por qué te cubres tu carita?—México sonrió, agarrando las manos pequeñas del menor, las quitó de ahí, viendo las cicatrices grandes que se marcaban en su rostro.—¿Es por esto..?
Asintió.
El mexicano besó cada una de las cicatrices de su bello rostro, abrazándolo fuerte, rodeándole la cintura con sus brazos.
—¿Por qué te gusto, México?
—¿Por qué no me gustarías, mi amor? Eres lo más hermoso que mis ojos han visto, aunque pienses que lo digo de broma... No lo es, lo digo en serio, eres lo más preciado, hermoso y bello que he visto, eres precioso de todas las formas posibles.
Argentina lloraba en el pecho del mexicano, acurrucado ahí mismo, sintiendo las caricias en su cabello. Era la primera vez que alguien le decía cosas tan bonitas, llenas de amor.
