☀️ › ♡˖°꒰ 1 6 9

860 116 14
                                    

Habían pasado meses, la familia seguía con su vida cotidiana, ahora Mextina teniendo a su hermano mayor con quien jugar de ves en cuando

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.


Habían pasado meses, la familia seguía con su vida cotidiana, ahora Mextina teniendo a su hermano mayor con quien jugar de ves en cuando. México tuvo la suerte de por fin haber dado a conocer a su hijo con Canadá, presentándolo en ambos territorios, digamos que hubieron opiniones mixtas acerca de ese niño, algunos todavía no podían creer que México ya tenía dos hijos.

La figura que los representaba tenía dos hijos, con diferentes países, era difícil de creer, todo era como un sueño todo extraño, pero era la realidad en la que se vivía, aún así, México no dejaba y jamás iba dejar de ser una representación del territorio. Era lo mejor que podían tener, el mexicano siempre aclaró que jamás engañó a Argentina con Canadá, que sería incapaz de hacer capaz acto tan horrible a su esposo.

No comentó mucho más del tema, más que hubieron problemas entre él y Canadá sobre el bebé. Canadá tuvo que dar su explicación de los hechos para no causar problemas, más de los que ya se tenían previsto con la presentación del joven. No quería decir nada que involucre a Estados Unidos, no quería que lo vieran como alguien malo, ni dañar su imagen como representación, claro que no.

A pesar de lo que hizo, no iba a hacerle algo como eso a su hermano. Canadá se mantuvo callado, feliz por lo menos de que por fin podía salir sin miedo alguno a qué descubran su secreto.
Aún así, el canadiense a veces se quedaba pensando, muchas veces pensaba en que sería de su vida si México y él no hubieran terminado, ahora estarían cuidando de su hijo como siempre.

No podía evitar sentirse triste al saber que eso ya no se podía y que México estaba felizmente casado con Argentina, no quería sentirse celoso de eso, ¿Que ganaba con ponerse celoso? Nada, él lo sabía pero era inevitable sentir ese dolor en su pecho cada que lo veía hablando de Argentina y cuando veía las noticias de su relación siendo ya publicaba, entre molestia, tristeza y enfado, no sabía que sentir.

México por su parte, atendía a su pequeño Mextina, Argentina había salido a hablar con Chile sobre algo importante por lo que se fue hacia unos minutos. México le enseñaba algunas cosas a su pequeño, sonriendo al notar que entendía.

—Si, mi amor, estos son tus hermanos mayores, son mis estados, los que me forman a mi como país, todos ellos forman a papá.

Mextina asintió, viendo el libro de fotos que tenía México de sus estados, abajo de cada una estaban los nombres de ellos, así Mextina podía empezar a diferenciar a todos, aprenderse sus nombres también.

—Chi... Chihuahua... ¡Chihuahua!—Apuntó con su dedito al estado que aparecía en la foto, a su lado estaba Guanajuato.—Hermano Guanajuato me da miedo...

—¿Por qué te da miedo, mi vida?

—Da miedo.

Esa era su argumento, daba miedo y punto. Mextina nunca pasaba tanto tiempo con los estados, ya que no le gustaba estar con todos ellos, no solo eso, pero recuerda que ninguno de ellos tenía tiempo para jugar con él, a menos solo dos o tres jugaban con él, pero no todo el día o como lo haría su padre.

—Tal vez puedas ir a verlos uno de estos días, mi amor, será bueno para ti que entres en convivencia con ellos, no son malos, pueden darte miedo, pero jamás te harían daño.

—¿No?

—Claro que no. Si supieras, mi vida, lo tan emocionados que estaban cuando naciste, querían ir a verte el mismo día de tu nacimiento, estaban felices de que podrían tener a un hermanito.

Después de ese día, en efecto, Mextina fue dejado en casa donde vivían los estados, quienes hicieron que ese día pueda ser especial para el menor, querían causarle una buena impresión, no como unos hermanos que más bien parecían unas bestias violentas llenas de agresividad, no querían que Mextina los viera de esa forma.

México se quedó también para ver por sus estados, quería pasar tiempo con ellos de igual forma, hacia mucho que los veía.  A veces miraba como algunos de ellos andaban ayudando a Mextina en su aprendizaje, le hablaban de diferentes cosas.

—¿Yo también seré igual de alto que ustedes?—Mextina preguntó, viendo que todos eran casi igual de altos que su papá. Tenía su peluche de sol entre sus bracitos, yendo de un lado a otro para estar entre los brazos de algunos estados.

—Puede ser, eso eso o te quedas como un enano como tú otro papá.—CDMX dijo, riendo.

—¡No quiero ser pequeño! Quiero ser alto como mi papá, es divertido.—Dijo, dejándose caer entre los brazos de Tamaulipas, quién lo agarró para sentarlo con cuidado.

Mextina quería ser igual de alto que México, admiraba a su padre desde siempre y quería ser como él. Aunque México empezó pequeño, con el tiempo fue creciendo de forma bastante rápida, en unos meses ya había pasado de altura a Argentina, quién en esos momentos era considerado el más alto junto con Brasil.

México y Argentina eran buenos padres, quienes iban a estar ahí para su hijo, o sus hijos.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon