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—¿Uh? ¡Argentina!—México alcanzó a agarrar al menor quien se iba a caer de la cama. El del sol se despertó de golpe, asustandose, acurrucándose en México después entre sus brazos, temblando, iba a caerse, pero era porque estaba teniendo un sueño feito.
Agradecia que México tenía como ese instinto dentro de él de que algo malo iba a pasarle, si no, ya estaría lleno de moretones por los golpes y caídas. México lo beso en su frente, abrazándolo, protegiéndolo.
—Casi me matas de un susto, corazoncito.
—Lo siento~ tengo sueño, buenas noches.—Se volteó, acurrucándose con su peluche, sonriendo y volviendo a dormirse.
—... ¿No hay besito antes..?
—No, duerme.
—Pero-
—Si a mi no me das esa cosa gigante, no te daré besitos.—Se quejó, aún con sus ojos cerrados. Si, con cosa gigante se refería al miembro del mexicano.
—Argentina, ya hemos hablado de eso, ¿Sabes lo que pasó la última vez que lo hicimos? Estás chiquito y las veces que te desmayas a medio acto-
—¡Me desmayo feliz!
Argentina estaba desesperado, quería solo hacerlo y ya, si eso implicaba arrancarle la ropa a México, lo iba a hacer.
