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Argentina estaba subiendo de peso, por lo que era bueno, estaba comprando cositas para comer él solo, México estaba en casa haciendo unas cosas de su trabajo por lo que no podía ir con él, agradecia de cierta forma tener algo de tiempo a solas sin México, el mexicano a veces también lo dejaba solo algunas horas, hasta que Argentina se sienta mejor para volver con él.
México estaba viendo por la salud de sus hijos también, varios estaban enfermando, era preocupante. Los llevaba para que los revisen, solo era un resfriado, dolor de cabeza por estrés, solo eso, por lo que necesitaban que los ayuden.
Argentina llegó a casa, viendo a tres hijos de México ahí con él. Se asustó al verlos, se veían mal, muy mal, enfermos. Yucatán, Nuevo León y Tamaulipas estaban ahí, tres estados, uno del sur y dos del norte del territorio estaban enfermos ahora.
—Se ven muy enfermos.—Argentina dijo, acercándose a México, viendo a uno de ellos que estaba ahí acostadito con una sábana, y el seño fruncido, Nuevo León no creyó que iba a ser algo tan serio que debía de acudir a su padre.
—Si, han estado así desde hace una semana y ya es preocupante su salud. Se van a quedar, no te preocupes, no son agresivos, son bastante respetuosos.—México, y está vez no mentía, de verdad que eran respetuosos, y nunca le harían daño a Argentina.
Nuevo León miro a Argentina.
—Que culo se trae ese wey.
—¡Nuevo León!—Tamaulipas dijo, empujando a su hermano al escuchar eso, nervioso, por lo menos México no lo había escuchado.—¿Quieres que papá te mate, cabron?—Le susurró al otro, molesto.
—Es la verdad.
Eran respetuosos solo frente a México por lo menos. El mexicano se levantó, dejando que sus hijos se vayan a acostar a sus habitaciones por un momento, les iba a dar el medicamento recetado en unos minutos después de comer.
—México...
—Dime, solecito bonito.
—¿Estás seguro que es bueno que se queden?
—Si, no te preocupes por ellos, solo son un desastre, pero ahora que están enfermos se van a quedar en cama todo el día. Por Yucatán no te preocupes nada, es muy calmado, es mi hijo más tranquilo, es muy bueno, responsable y respetuoso, no te harán daño, te lo prometo.—Dijo, sonriendo.
—Uhm.
—De lo único que debes de tener cuidado es que son muy cariñosos. Nuevo León más.
