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Uruguay se separó de inmediato sabiendo que lo había arruinado, México seguía durmiendo, se volteó, abrazando a Mextina que estaba a su lado, asegurándose que este bien.
—Uruguay, ¿Que estabas haciendo con mi esposo?—Preguntó, haciendo énfasis en la palabra "esposo" porque lo era, estaba casado con México, y no podía creer que había atrapado a su hermano besando a su marido.
—N-no es lo que crees, Argentina...
—¿Ah? ¿No es lo que creo? Estabas besando a mi esposo que está durmiendo.—Se contenía los gritos que querían salir de su garganta al encontrar eso, para no asustar a Mextina, porque era lo que menos quería, asustar a su bebé con sus gritos y hacerlo llorar de lo mismo.
Uruguay se levantó, yendo con Argentina, quien le tiraba una mirada llena de rabia y furia de saber que había besado a su esposo. Se le quedó mirando.
—Creo que lo mejor es que Brasil venga a cuidar de ti, yo... Yo no voy a pelear ni mucho menos asustar a mi hijo.—Argentina hablo, molesto, entrando a la habitación para poder despertar a México y a Mextina, iban a irse ese mismo día.
México despertó, no sabiendo que pasaba.
—Argentina... ¿Qué pasa, mi amor?—Preguntó algo dormido, Mextina se levantó, con sus ojitos entrecerrados y el cabellito revuelto, se notaba que había dormido mucho, tenía todavía su peluche.
—Tenemos que irnos a casa, ahora, por favor.
—¿A dónde vamos?—Mextina preguntó, curioso cuando Argentina lo agarró entre sus brazos.
—Argentina, ¿Qué pasó?—México volvió a preguntar, el no sabía nada, se levantó de la cama, ya bien despierto y preocupado del porque quería irse.—Responde, Argentina.
Argentina le tapó los oídos a Mextina cuando lo dejo sentadito en la cama.
—No voy a dejar que Uruguay vuelva a besarte mientras estás dormido y a parte cuando Mextina está durmiendo a tu lado.—Argentina respondió molesto.
—... ¿Qué?
México salió rápido de la habitación, iba a hablar serio con Uruguay, no iba a dejarlo así, para nada. Una vez lo encontró, Uruguay estaba estresado y asustado de la situación, cuando vio a México en la habitación, se asustó mucho más.
—L... Lo siento, lo siento mucho, n-no quería... Por favor, perdóname, no quería causar problemas y-
—¿Por qué, Uruguay? ¿Qué querías lograr con besarme?
Uruguay rió suave y nervioso, triste también. —Solo quería un beso... Solo eso.
México suspiró, no sabía que hacer con eso, Argentina no estaba molesto con él, porque él ni en cuenta del beso, estaba molesto con Uruguay, y con más razón.
—Esa no es un excusa... Tengo suerte de que Argentina no esté molesto conmigo y que Mextina no haya visto nada. Uruguay... Pusiste en riesgo mi matrimonio con Argentina, ¿Entiendes eso?
Asintió lentamente.
—S-si, lo entiendo... Y-y l... Lo siento, lo siento de verdad. Estuvo mal lo que hice, Argentina tiene el derecho de querer irse después de lo que hice.
México miró la barriguita de Uruguay, no podía dejarlo, ¿Quién se iba a hacer cargo de cuidarlo? Si no estaba él, podría hacerse daño.
