32

36 17 64
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


COMPOSITORES ATENTOS Y SONATAS EN SINCRONÍA

Sofía Henderson

Quiero enviarle un mensaje a quien sea que me ha escrito primero pero me reprimo las ganas de caer en alguna trampa o juego. El celular no ha vuelto a sonar desde hace diez minutos con ese texto como último replique. Miro al frente siguiendo el hilo de la serie pero de la nada mis ojos se vuelven hacia el celular que descansa a un lado de mí, listo ya lo vi debe ser suficiente para quedarme en paz.

—Recórcholis —musito tomando el aparato entre mis manos y responder al mensaje, me ganó la curiosidad.

S: Hola, ¿Quién eres?

Desconocido: Soy Damián, quise ahorrarme la molestia de ir hasta tu casa así que te lo diré por mensaje aunque tu padre dijo que te obligaría igual si no querías

Leo atenta cada palabra pero mi cerebro ha recibido sólo la palabra "Damián" y "obligar"

S: ¿De qué hablas?

D: A estas alturas debes saber que mi padre está mucho mejor y en casa, tu papá lo vino a visitar ayer y han escuchado una conversación que tuve con un amigo de la universidad, en fin, haremos una parrillada en su casa y nuestros padres insistieron en que te invitara.

S: ¿Estás seguro que fue mi padre y no es una excusa tuya para no invitarme directamente?

Envío el mensaje riéndome de mis propias palabras aunque no las creo, él tarda en contestar por lo que después de media hora esperando una respuesta me levanto del sofá para poder tocar algo en mi piano, una buena melodía mañanera le hace bien a todos.

Recorro las escaleras una a una recordando las piezas que encontré entre las notas de Damián, no he terminado de verlas todas pues son demasiadas y mi tiempo es reducido así que cuando puedo me entretengo lo demasiado con una sin darme cuenta que después hay algo mucho mejor. Tal como lo aplica el abuelo para la música, comida, televisión y ofertas.

Me siento frente a mi piano comenzando a tocar tecla por tecla de una manera pausada y suave, pronto cierro mis ojos pues me sé la canción perfectamente para dejar que mis manos hagan lo que mi cerebro pide. Cada poro de mi piel reacciona ante tal relajación, mis hombros dejan de pesar un rato y mis pies de pisar algo duro para estar entre nubes, cielos o tal vez mares, algo en lo que siento paz y armonía. La música fluye por mis venas hasta llegar a mi corazón donde bombea esas notas que me dan vida, mi sonrisa se pinta como una luna nueva mientras que mis pies siguen el compás de mi tocada.

—Creí que jamás lograría verte así

Las teclas suenan al mismo tiempo creando un desafinado sonido, abro mis ojos por el susto y se detiene el latido de mi corazón para intensificar su latir en tan solo un segundo. Me quedo estática ante su voz, congelada como el pollo que metí al congelador en lugar del refrigerador. No sé cuánto tiempo pasa antes de que tome el valor para girarme.

Melodías del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora