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COINCIDENCIAS EN MARCHA Y ACTITUDES DESAFINADAS

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COINCIDENCIAS EN MARCHA Y ACTITUDES DESAFINADAS

Sofía Henderson

Es imposible.

Una y otra vez me repito a mí misma.

Es imposible.

Este chico tiene que estar bromeando.

Llega con su fachada de malote a mi casa, ahora está riendo y compartiendo su vida con mis padres de una manera muy educada. Es como si hubiéramos entrado en una dimensión paralela al llegar a la cocina pues a partir de ahí todo fue diversión y alegría. Y según mi papá la cena es una de las comidas más preciadas para él por lo que el ruido es inaceptable.

Damián empezó a hablar sobre cualquier cosa que pasó en su niñez, y las tantas coincidencias que tiene conmigo, a los 5 años se mudó aquí por el trabajo de su padre, ¿Saben quién más se mudó? Exacto, yo.

A los 10 años se cayó de la bicicleta ¿Y saben que brazo se rompió? el derecho ¡si el derecho igual que yo! Solo que yo estaba jugando con Andrew al borde de las escaleras y bueno el resto es fácil de adivinar, el punto es que se rompió el mismo brazo que yo a la misma edad.

«Universo si tratas de decirme algo solo dilo»

-A Sofía le pasaban muchas cosas como las que a ti te sucedieron -dice mi papá sonriéndome, lo que causa que yo sonría también.

-¿Enserio? -pregunta con una sonrisa que se me antoja retadora.

-Ella es muy inquieta no sé porque ahora esta tan callada ¾Esta vez habla mi mamá -¿Todo bien cariño? -Sonríe.

-Si mamá, la cena estuvo deliciosa ¿Me puedo levantar? -Trato de sonar amable pero creo que fallo.

-Si ¾contesta mi padre -Puedes llevar a Damián a la sala de juegos mientras nosotros hablamos aquí -Su mirada me muestra autoridad, tengo que obedecer

Asiento sin poder confiar en mis palabras

«¿Ahora me dejará sola con un chico?»

Cuando nos levantamos Damián me sigue hasta salir de la cocina, giro hacia las escaleras para ir al cuarto de juegos pero él se dirige a la puerta quiero preguntar qué hace pero sus acciones demuestran lo que hará, trato de llamar su atención para que me explique qué va a hacer pero es imposible, mis movimientos exagerados de brazos y el cuchicheo muy bajo no son suficientes. Volteo rápidamente a la entrada de la cocina y camino tratando de no hacer mucho ruido para no interrumpir a mis padres.

Está a punto de abrir la puerta y le toco el hombro tratando de preguntar a dónde va pero el solo voltea a verme con una expresión indiferente así como si no hubiese una Sofía tratando de averiguar algo, abre la puerta caminando hasta la banqueta en la calle. Me quedo observando un momento hasta que decido seguirlo, cierro la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido.

Melodías del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora