9

53 23 48
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


UN DUETO IMPARABLE Y EL SOLISTA MISTERIOSO

Sofía Henderson

Llego a casa aventando mi mochila en el perchero donde se supone va el abrigo que me quito para ponerlo en el sofá donde me siento, desde aquí prendo el enorme estéreo de los años 2000 donde mi madre reproducía su música para escuchar el álbum de Green day que compré hace algunos meses en una tienda de discos, Holiday resuena por toda la casa y canto al ritmo moviendo mi cabeza de un lado a otro. No hay mejor manera que quitar todo el estrés que escuchando buena música.

Gracias a Andrew tuve que viajar en el autobús soportando voces y chismes, la música del conductor que me daba ganas de aventarme por una ventana, los ronquidos de un chico que se quedó dormido a mi lado y las risas de un grupo de chicas que iba en la parte trasera. Fue un estrés total por lo que sólo deseaba el momento en que tocara el piso firme de mi casa.

Como de costumbre aun no llega mi mamá ni mi padre pues ambos se quedan hasta tarde en sus respectivos trabajos aunque la señora Henderson es la primera en regresar ya que como buena esposa prepara la cena para la familia por una simple razón; no sé cocinar. Al principio de esto empecé a hacerlo pero las clases a través de videollamadas con la abuela no servían de mucho, menos cuando casi (por accidente) quemo la cocina, sin exagerar. Yo no sabía que un sartén con aceite podía arder de esa manera hasta alcanzar el techo y que no se apagaría poniendo un trapo encima.

Una hora después de música relajante me pongo de pie sin saber exactamente qué hacer por lo que salgo de la casa para hacerle una visita nada inesperada a Margot, amo que sea mi vecina porque así puedo pasar toda la tarde en su casa o ella en la mía.

Camino por la acera pero me detengo cuando veo a Liam en su auto, creo que ya no voy a ir con mi mejor amiga. El chico como siempre tan sonriente con esos dientes súper blancos y su sonrisa encantadora, sus ojos son tan lindos, un hermoso color caoba pinta en su peinada cabellera. Odio que tenga este efecto en mí; admirarlo como una tonta, hasta parece que estoy babeando.

Corrección creo que si lo estoy.

—Hola hermosa —dice bajándose del auto y dirigiéndose a mí.

—Hola, ¿Qué haces aquí? —pregunto enlazando mis manos por mi espalda.

—¿No puedo visitar a mi cariñosa novia? —Cuando estamos frente a frente me da un corto beso logrando desestabilizar mi sistema nervioso, atrae una de mis manos hasta su pecho y besa la misma.

—Ah sí bueno si, solo que iba a ver a Margot —me apresuro a decirle.

—¿Y si mejor me ves a mí? hoy no pudimos juntarnos en la escuela y me moría de ganas por volver a verte —expresa con un brillo en sus ojos.

No puedo negarme a su petición pues yo también tenía ganas de verlo, así que, entramos tomados de la mano y rezo a todos los santos porque mis padres no se molesten si llegan cuando aun Liam esté conmigo, no es como si fuera a defraudar su confianza por lo que me repito a mí misma que no hay nada de malo con estar solos, una vez adentro le ofrezco algo para beber pero me acompaña hasta la cocina. Mis nervios crecen y las manos me sudan, mi corazón palpita con frenesí y sigo repitiéndome a mí misma que nada malo va a pasar.

Melodías del CorazónWhere stories live. Discover now