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Aunque Sirius Black actuara indiferente y relajado todo el tiempo, le dolía mucho la forma en que su familia lo rechazaba por no pensar igual que ellos.
Después de todo, eran su familia.
Cuando el moreno no estaba con sus amigos, le gustaba pasar tiempo con sus pensamientos aunque al mismo tiempo le aterraban.
Dejó salir todo el aire que pudo y tapó su cara con ambas manos. Su cabeza le estaba dando una mala jugada. Nunca era suficiente para nadie por más que se esforzara, aún así, él seguía intentando.
Sintió unos brazos rodearlo por la espalda e inmediatamente sintió todos sus problemas desvanecerse, no pudo evitar sonreír y al darse media vuelta vio esos pequeños ojos oscuros que tanto amaba.
—Lo siento, ¿te he hecho esperar mucho?— pregunto la chica sin dejar de abrazarlo.
—Claro que no— besó la frente de su contraria y le volvió a sonreír.
—Sé que mientes, Sirius. Lo siento, de verdad— frunció el ceño avergonzada— Es sólo que las chicas no dejaban de hablar sobre... bueno, en realidad no importa.
Ambos se sonrieron y comenzaron a caminar.
Sirius se sentía realmente cómodo a lado de Margaret, podía contarle absolutamente todo y sabía que ella lo entendería.
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Años más tarde, cuando Sirius fue arrestado, Margaret creía ciegamente en su amado y en su inocencia. Él no merecía estar en aquel lugar.
Ya había sufrido lo suficiente y ella estaba dispuesta a esperarlo el tiempo que fuera necesario.
Incluso, después de doce años ella estuvo allí para brindarle su apoyo.
Margaret estaba en casa, no hacía nada en particular pues nunca había mucho que hacer, cuando escuchó el timbre resonar por todo el lugar.
Era raro, pues no recibía visitas muy seguido. Al abrir la puerta, fue grande su sorpresa al encontrarse con Black.
Y aunque estuviera en un estado muy lamentable, no le impidió saltar a sus brazos mientras lloraba.
Black también derramó un par de lágrimas sin poder soltarla. La había extrañado más que a nada en el mundo y volver a verla le alegraba mucho.
Margaret no pudo separarse de él hasta que se dio cuenta que el hombre estaba herido por lo que lo llevó adentro para curar sus heridas.
Volvían a estar juntos. Sirius sabía que Margaret era su hogar, su otra mitad, que sin importar nada, él ya no tenía razones para sentirse insuficiente.
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Cortito, pero con amor uwu por cierto, ¿qué opinan de la nueva portada? Creo que se ve muy oscura y tal vez deba ponerle un poco más de luz.
