Remus Lupin

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Un pequeño suspiro salió de los labios de Violeta. Estaba haciendo los deberes de transformaciones y aún le faltaba un poco más. Lo bueno, era que la sala común estaba en silencio y podía trabajar sin problemas.

Del otro lado de la sala, Remus no dejaba de mirar a aquella chica, pese a que sus amigos le estaban hablando, Remus no tenía oídos para ellos.

-Lunático, ¿nos estás escuchando?- preguntó Sirius con una ceja levantada.

Remus volteó a ver a su amigo.

-Claro- dijo.

Sirius miró a James con una sonrisa que indicaba que tramaba algo.

Se recargó en el asiento y se cruzó de brazos.

-¿Entonces estas de acuerdo?

James y Peter miraron a Sirius sin entender nada.

Remus miró sin entender a su amigo, pero no quería admitir que no les estaba prestando atención. Principalmente porque no quería hablarles sobre Violeta y de lo mucho que le encantaba.

-Claro, completamente de acuerdo.

Sonrió sin mostrar los dientes.

-Remus- dijo Dan que recién entraba a la sala común- la profesora McGonagall te espera en su oficina.

-Gracias, Dan.

El nombrado asintió y dio la vuelta. Para desgracia de Remus, el chico se sentó junto a Violeta.

-Luego los veo, chicos.

Remus se puso de pie bastante molesto y fue en busca de la profesora.

Una vez que Lunatico salió de la sala, Sirius miró a sus dos amigos.

-Es obvio que está enamorado.

James soltó una risa. Miró en dirección a Violeta.

-Violeta Gree, es una buena chica- dijo James ladeando la cabeza- perfecta para nuestro lunático.

Los tres chicos se miraron y sonrieron. De esas sonrisas que se dan cuando planean algo grande.

Cuando Remus regresó a la sala común, sus amigos estaban en el mismo lugar.

-¿Todo bien?- preguntó James.

-Claro, nada importante- Remus tomó asiento en el mismo lugar de antes.

-Entonces, mañana llevaremos a cabo la nueva travesura, en el desayuno- dijo Sirius con una sonrisa de lado.

Lunático sonrió.

-Perfecto- dijo sin comprender.

James cubrió su boca con dos de sus dedos para evitar que una carcajada saliera.

Continuaron hablando, esta vez Remus prestó un poco mas de atención a sus amigos aunque de vez en cuando su mirada se desviaba a la chica.

[ • • • ]

Como siempre, Violeta despertó a primera hora. Se sentía extrañamente feliz. Una vez lista, con su uniforme ya puesto se dirigió al comedor.

Estaba por dar vuelta al pasillo cuando Peter Pettigrew la interceptó.

-Peter- dijo Violeta un tanto sorprendida- ¿Necesitas algo?

Sirius y James habían mandado a Peter a distraer a la chica, pues aún faltaban algunos detalles.

Su plan era hacerle saber a Violeta que Remus estaba perdidamente enamorado de ella.

-Es que yo...- comenzó Peter sin saber exactamente qué decir- quería pedirte... ayuda con mi trabajo de historia de la magia. Se que eres muy buena en esa materia.

Violeta miró al chico.

-Claro. Búscame en la hora libre y veré en qué te ayudo.

-Te lo agradezco.

Por otro lado, James, Sirius y Remus estaban en el gran comedor. Remus desayunando mientras miraba sin entender a James y Sirius.

-Chicos, la verdad es que no recuerdo de qué trataba esto- dijo intentado sacarles un poco de información.

-Tu no te preocupes, Lunático. Tu trabajo es sostener esto- James le dio un tubo de unos 50 cm.

-¿Sólo eso?

-Sí- dijeron los dos chicos al unísono.

Remus miraba hacia la entrada, esperando por Violeta. Estaba muy decidido a pedirle una cita ese mismo día.

Violeta entró junto a Peter. Este inmediatamente se fue corriendo hacia sus amigos.

Aún era muy temprano y no había tanta gente, pero con esa era suficiente para que todo el colegio se enterara de que Remus amaba a Violeta.

Violeta se acercó a los merodeadores.

-¿Qué planean esta vez chicos?- preguntó Violeta.

Remus la miraba con una tonta sonrisa.

-Es algo especial- contestó James.

Violeta miró a Remus y se sonrojo de manera violenta al notar que el chico la miraba.

-Ahora- dijo Sirius.

Peter, James y Sirius hicieron un movimiento de varitas. De un momento a otro, el comedor se llenó de fuegos artificiales de muchos colores.

Del tubo que sostenía Remus, salieron unas letras.

"¿Quieres tener una cita conmigo, Violeta?"

Remus estaba rojo por la vergüenza. Violeta lo miraba sin saber qué decir.

Los otros tres amigos hacían ruido.

En un segundo el comedor entero estaba en absoluto silencio. Miraban expectantes a Violenta, esperando escuchar por su respuesta.

-Claro que me gustaría.

Remus, que seguía sin entender lo que pasaba, saltó de su asiento para celebrar.

Era una extraña manera de conseguir una cita con esa chica. Y todo gracias a sus amigos.

One shots ⇝ Harry Potter ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora