One shots ⇝ Harry Potter ✔

Fred Weasley

Valentine Archer estaba de pie frente al lago negro mirando el agua y cómo se movía suavemente. Era un dia tan tranquilo, el clima era perfecto y nada podría arruinarlo.

Valentine dejó salir una pequeña risa cuando sintió unas conocidas manos deslizarse por su cintura junto con algunos besos en su cuello.

—Fred, basta— habló sin parar de reír.

El nombrado se detuvo y besó a su novia cuando esta dio media vuelta para estar frente a frente.

—No puedo evitarlo— el pelirrojo le sonrió mientras la tomaba con suavidad de las mejillas— me encantas.

—Y tu a mi.

Unieron sus labios en un suave y profundo beso. Pero pronto, la chica se sintió extraña.

Alejó un poco a su contrario y al abrir los ojos, se dio cuenta de que aquel no era Fred Weasley. Era uno de sus compañeros de casa.

Se quedó pasmada, sin entender lo que sucedía y todo empeoró cuando vio al verdadero Fred Weasley a unos metros mirando boquiabierto la escena.

—Fred...— logró decir. Pero su voz había salido tan baja que posiblemente nadie la había escuchado.

Miró de nuevo al chico que había besado, este sonreía complacido.

—Creo que nos descubriste, Weasley.

—Será mejor que no me vuelvas a buscar— habló muy molesto el pelirrojo a la chica.

Ella seguía increíblemente confundida pero en cuanto perdió de vista a Fred, miró al otro chico.

—¿Qué acabas de hacer?

Él se encogió de hombros.

—Vamos, Archer. No me digas que no te gustó.

—¡Eres un imbécil!— le dio una fuerte bofetada que resonó por todo el lugar.

Valentine corrió en busca de Fred, sin embargo no lo encontró y decidió ir a buscarlo a su sala común. Ya que ella era de Slytherin, debía esperar a que alguien llegara.

Estuvo esperando afuera por un par de horas, sólo se ponía más nerviosa pero no podía hacer mucho más.

Reaccionó cuando vio a algunos leones y rápidamente se acercó a ellos. Les pidió que le llamaran a Fred y aunque un poco dudosos, al final accedieron.

Estuvo dando vueltas bastante nerviosa esperando a que saliera. Sonrió cuando vio una cabellera pelirroja pero rápidamente se esfumó cuando vio a George y no a su novio.

—No te quiere ver— dijo un tanto incómodo el chico.

Ella suspiró rendida.

—George, te juro que no es lo que parece.

—¿No estabas besando a otro chico?— se cruzó de brazos y alzó una ceja.

Ella abrió y cerró la boca un par de veces.

—Sí... pero porque creí que era tu hermano.

—Pero...—

—No lo sé, George— sollozó— yo... estaba allí, frente al lago negro y después llegó Fred a hacerme cosquillas como siempre y me besó, pero cuando abrí los ojos descubrí que no era él. Sé que no tiene sentido pero... sabes que amo a Fred.

—Valentine... Fred te vio besándote con alguien más. No estoy seguro de que te quiera escuchar. 

Ella lo miró con desesperación.

—Tomaré Veritaserum, haré que ese imbécil diga la verdad... George, por favor.  Dile a Fred que necesito verlo.

Él la miró con un poco de pena pero al final asintió.

—Le diré que venga.

Lo vio entrar de nuevo a su sala común y ella rápidamente limpió las lágrimas que estaban a punto de salir. Respiró profundamente un par de veces.

Mordió la uña de su dedo pulgar por casi veinte minutos, hasta que vio a Fred salir.

—Fred, en serio no es lo que crees.

El chico parecía decaído y triste.

—George me dijo lo que pasó... ¿es cierto?

Asintió.

—Sabes que te amo demasiado, Fred. Nunca podría hacerte algo así, por favor, créeme.

Fred la miró por un momento y finalmente dejó ver una pequeña sonrisa.

—Te creo.

Ella abrió la boca, ligeramente sorprendida.

—Fred...— corrió a abrazarlo por el cuello— lo siento, lo siento. En serio no se qué pasó.

Él suspiró y paso sus manos por la espalda de la chica.

—Pero ese pobre sujeto debe aprender que no se puede meter con mi chica.

Valentine se separó un poco de él y le sonrió.

—Fred... sabes que en serio te amo, ¿cierto?

Sonrió ampliamente, dejando un beso en la frente de su novia.

—Pero no más de lo que yo te amo a ti.

Ese pobre chico sufrió por al menos una semana. El lunes amaneció sin cabello y con todo el cuerpo color verde limón. El martes, un extraño y desagradable olor desprendía de él, nadie podía estar cerca sin vomitar. El miércoles, le llegó un paquete que explotó y llenó toda la mesa del comedor con lencería femenina.

Realmente la pasó muy mal, pero eso le enseñó que no debe meterse con la novia de Fred Weasley.