One shots ⇝ Harry Potter ✔

Tom Riddle

Riza Jane era un huérfana. Una niña con una bella sonrisa que contagiaba a todos a su alrededor.

Por otro lado estaba Tom, un niño muy serio que causaba mucho terror a sus compañeros. Él no era normal y todos lo sabían.

Sin embargo, Riza nunca dejó que nadie le metiera cosas a la cabeza acerca de Tom. Ella se acercaba al chico pese a que él la ignoraba por completo, nunca dejó de insistir.

El chico jamás lo admitiría, pero le había tomado un especial cariño a Riza y aunque él la "ignorara" en realidad siempre escuchaba cada una de sus palabras.

Cuando a Tom le llegó su carta para Hogwarts, le dolió un poco la separación con su "no-amiga".

Sin embargo, Riza nunca dejó de mandarle cartas. A ella le parecía extremadamente extraño, pero Tom le había enseñado a mandar cartas por lechuzas y así se comunicaban.

En cada navidad, Riza le mandaba un regalo a su querido amigo. Tal vez no era la gran cosa, pero Riddle lo apreciaba mucho. Tanto que hizo uno de aquellos objetos uno de sus horrocruxes.

Cuando Riza cumplió la mayoría de edad y se fue de aquel orfanato no olvidó nunca al pelinegro. Tom la visitaba de vez en cuando pero con el tiempo fueron disminuyendo aquellas visitas.

Es bien sabido que los magos viven más que lo muggles. Riza vivió una larga y muy feliz vida.

No tuvo hijos ni se casó, pues su corazón siempre había pertenecido a Tom.

Con la edad, Riza había desarrollado la ceguera y con sus 70 años ya no podía ver más que sombras.

En el asilo de ancianos y en la comodidad de su mecedora escuchaba la radio, era lo que hacía cada noche antes de que un enfermero la llevara a dormir.

Aunque carecía de vista, su oído aún era bastante adecuado. Y no pasó por alto cuando escuchó algo parecido  a un 'slup'.

-Tom...- dijo en un murmullo.

-Riza- la nombrada sonrió.

Voldemort se acercó a la anciana y pasó su mano por la mejilla de la mujer.

Besó su frente y la miró con tristeza.

-Deseaba verte una ultima vez- dijo el hombre.

-Yo también quería escucharte una última vez, ahora me podré ir en paz, Tom.

Había un extraño sentimiento en el interior de Riddle. Si todo hubiera sido diferente, le habría gustado haber pasado su vida junto a aquella mujer.

-Gracias por nunca dejarme sola. Hasta otra.

Con un rápido movimiento de varita y sin que Riza pudiera escuchar con claridad las palabras de su contrario, la mujer dejó este mundo.

-Hasta otra, Riza.

Tom desapareció con un extraño dolor en el pecho, sin saber lo que era.

Ahora sólo le quedaba derrotar a Harry Potter o morir en el intento para por fin reunirse con su amada.