One shots ⇝ Harry Potter ✔

Cedric Diggory

Lily mira con atención el frasco frente a ella y suspira agotada al no saber qué contiene.

—No lo sé, ¿jugo de calabaza?

—Concentrate, Lily— le había dicho su padre, Severus Snape.

La nombrada se dejó caer en su asiento.

—Creo que son judías soporíferas— dijo.

—Correcto, ya te puedes ir.

La chica sonrió y se fue casi corriendo. Su padre la hacía estudiar ingredientes todos los días antes de la cena.

Ya estaba harta de aquello pero sabía que su padre lo hacía por su bien.

Llegó al comedor y se dirigió a su mesa, desde la cual tenía una buena vista a la mesa de los tejones y en específico a la de cierto chico.

Suspiró enamorada cuando sus ojos lo captaron. Cedric reía y bromeaba con sus amigos.

—Tierra llamando a Lily, ¿todo bien?

La nombrada regresó a la realidad y observó a su mejor amigo. Blaise.

—Lo siento, estaba un poco distraída.

—Sí, con el buscador de los tejones.

Lily rodó los ojos y se movió un poco para que su amigo tomara asiento junto a ella.

—¿Qué sucede?

—Sólo quería saber si ya tienes pareja para el baile.

—No, en realidad. ¿Qué hay de ti?

—Por supuesto.

La chica miró mal a su amigo.

—¿Quién es?

—Una de las chicas de Beauxbatons.

—Al menos no fuiste rechazado como varios chicos que conozco.

Ambos rieron.

—Si Cedric no te invita, ¿por qué no lo invitas tu?

—¿Estas demente? Olvidas que soy hija del profesor más temido. Además, estoy casi segura de que ya tiene pareja.

—Bueno, en ese caso... ¿por qué no vas con Nott?

La pelinegra miró al nombrado quien estaba hablando con uno de sus amigos.

—Supongo que si me invita no tendría problema en ir con él.

• • •

Lily no estaba para nada emocionada por aquel baile pues no iría con el chico que realmente le gustaba.

No es que odiara o le desagradara Nott, pero el rubio no era para nada su tipo.

El evento dio inicio y para su sorpresa, Cedric estaba junto a Cho Chang.

De pronto se sintió increíblemente triste, Cho era una buena chica, muy inteligente y bonita pero se sentía muy celosa de que hubiera asistido con Cedric.

Salió del comedor y se dirigió al jardín. Quería estar sola y sin ningún ruido molesto.

Miró su reflejo en el agua y de pronto se sintió mal, su autoestima había bajado en picada y las lágrimas comenzaron a brotar.

Lloró en silencio.

—Lily, ¿estás bien?

Quitó las manos de su rostro y vio a Cedric Diggory frente a ella.

Rápidamente limpió las lagrimas con sus dedos y se puso de pie.

—No es de tu incumbencia, Diggory.

Estaba por pasar de largo cuando Cedric la tomó del brazo.

—No me gusta verte llorando.

—¿Desde cuando te importa?

—Desde siempre.

Sintió un fuerte palpitar en su pecho.

—Deberías estar adentro, bailando con Chang.

—¿Me dirás por qué llorabas?

—El chico que me gusta no correspondió mis sentimientos.

—Seguro es un grandísimo tonto.

—No, no lo es.

Cedric se acercó un poco más a su contraria.

—¿Quién es?

Lily lo pensó por un momento.

—Me gustas, Cedric.

El nombrado sonrió un poco. Tomó las mejillas de su contraria y juntó su nariz con la de ella.

—También me gustas, Lily.

—¿Por qué viniste con Cho?

—Me dijeron que ya te habían invitado y por eso no me animé a invitarte.

—¿Quien te lo dijo?

—Algunas chicas de tu casa. No sé sus nombres.

—Te mintieron.

Sin poder esperar más, Cedric unió sus labios con los de la chica.

Ambos estaban felices por compartir sus sentimientos y ser correspondidos.

Claro que su felicidad no duraría para siempre...