Cedric Diggory

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Violeta se encontraba muy entretenida leyendo uno de us libros favoritos sobre dragones y es que la chica realmente los amaba.

Pese al gran ruido del comedor, ella parecía ajena a todos y todo. En general no socializa mucho con sus compañeros y siempre se encuentra leyendo algún libro.

Bajó un poco su libro y miró por arriba de este, sus ojos se posaron en Cedric Diggory.

El castaño estaba en su mesa, rodeado de sus amigos y riendo de algún chiste.

Las mejillas de Violeta se tornaron rosas y los latidos de su corazón se volvieron más rápidos, como si hubiera corrido por todo el campo de quidditch.

Dejó salir un suspiro de sus labios y regresó la vista al libro.

Más tarde estaba caminando por el pasillo cuando Fred Weasley la rodeó con su brazo.

Era un tanto extraña aquella amistad, pues ella siendo una slytherin era la mejor amiga de un griffyndor.

Violeta sonrió al ver a su amigo y juntos comenzaron a caminar mientras hablaban de los recientes acontecimientos.

Iban riendo cuando el hombro de violeta chocó por accidente con el de alguien más.

Para su desgracia era Draco Malfoy.

Todos en su casa la consideran una rara y la desprecian por tener una estrecha amistad con un Weasley. Claro que ella podía vivir con ello.

—Lanter— dijo con asco.

Por un momento las piernas de Violeta temblaron.

—Lo siento, Draco. No miré por donde iba.

Malfoy sonrió con superioridad y sin pensarlo dos veces la empujo con fuerza haciendo que la chica cayera al suelo.

Los espectadores estaban en completo silencio mirando. Fred estaba por decirle algo a Malfoy, peto alguien más se adelantó.

Draco también cayó al suelo y un cuerpo se posicionó sobre él. Recibió al menos tres golpes graves y otros tantos solo superficiales.

—No te vuelvas a tratar así a una chica, maldito idiota. Mucho menos en mi presencia. 

Cedric se miraba realmente molesto y Violeta sólo miraba sorprendida desde el suelo.

Ninguno de los presentes creían lo que veían.

—Deténgase en este momento, señor Diggory— dijo McGonagall llegando a la escena.

Cedric se levanto, aún mirando con furia al platinado. Draco también se puso de pie y retó con la mirada a Cedric.

—¿Quieres más?— se burló Cedric.

Para su sorpresa, Draco lo golpeó con notable fuerza y de nuevo comenzó una pelea entre ambos chicos al puro estilo muggle.

Con un limpio movimiento de varita, McGonagall dio por finalizada la muy emocionante pelea.

—Los dos, castigados un mes— dijo con voz severa— Ahora vayan a la enfermería, los demás a sus cosas.

Todos se comenzaron a dispersar.

—Excepto usted, señorita Lanter.

Violeta se puso más nerviosa. La profesora de transformaciones comenzó a caminar. Violeta miró a su amigo sin entender y este sólo levantó los hombros.

Se despidieron con la mano y Violeta siguió a la profesora hasta la enfermería donde estaban los dos chicos.

—Ahora quiero una explicación— dijo molesta.

Ninguno de los chicos dijo nada.

—Yo estaba caminando por el pasillo— comenzó Violeta— y choque con Draco, pero él se molestó y me empujó, yo caí al suelo y fue cuando Cedric me defendió y golpeó a Draco.

—¿Fue así?— preguntó la profesora.

—Sí, así fue— dijo Cedric.

Malfoy no dijo palabra alguna.

—Entiendo— suspiró— en cualquier caso no podemos permitir ese tipo de comportamiento dentro del colegio. Espero que dos semanas sean suficiente para usted, señor Diggory. Y para el señor Malfoy un mes. Veinticinco puntos menos a cada casa.

Malfoy la miró con furia, pero era claro que la mirada de la profesora causaba mayor intimidación.

McGonagall se marchó del lugar.

La señora Pomfrey llegó con algunas cosas para limpiar la sangre de los chicos. Puso a cada uno en diferentes y muy alejadas camas para evitar cualquier otro tipo de enfrentamiento.

—Te lo agradezco— le dijo Violeta a Cedric.

Cedric sonrió.

—No fue nada. Me molestó mucho la manera en que te trató.

Esta vez Violeta sonrió con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—De todas maneras, te lo agradezco.

Sin pensarlo mucho, Violeta besó la mejilla de Cedric. El chico se sonrojó y Violeta se marchó de aquel lugar.

Los siguientes días fueron mejor para Violeta, pues después de aquel enfrentamiento, Cedric y ella tenían más conversaciones.

Y sin darse cuenta, ambos sentían atracción por el otro.

A Violeta le daban celos cada que Cho Chang le coqueteaba a Cedric.

Y Cedric se moría por dentro cada que veía la cercanía de Fred Weasley con Violeta.

Sin embargo ninguno se animaba a decir lo que sentía por el otro.

Ambos temían al rechazo y perder aquella amistad que se había formado.

Fue antes de que las clases culminaran cuando ambos chicos se reunieron en la estación para despedirse.

—Me alegra tanto haberte conocido, Violeta Lanter.

Violeta sonrió apenada.

—Lo mismo digo, Cedric Diggory.

—Nos vemos el próximo año.

—Tenlo por seguro.

Ambos se sonrieron, sentían una inexplicable vergüenza.

—Vamos, no sé que esperan para besarse y decirse que se aman.

Fred apareció junto a su gemelo y ambos hicieron extrañas poses y muecas simulando un beso.

Violeta rió con fuerza al igual que Cedric.

Cuando Violeta volvió a mirar a su contrario, este la tomó de las mejillas sorprendiendo a la chica y la besó sin pudor alguno.

Grande fue la sorpresa de Violeta, pero se dejó llevar por tan anhelado momento.

Se separaron un poco y unieron sus frentes.

—Me gustas mucho, Lanter.

—También me gustas, Diggory.

Se sonrieron.

—Bien, fue suficiente amor— dijo Fred interrumpiendo de nuevo el momento— Ahora, mi querida Violeta, tu madre me pidió que te llevara con ella, no hagamos esperarla.

Violeta rodó los ojos y volvió a unir sus labios con los de su amado.

—Te mandaré cartas— dijo Cedric cuando por fin se separaron. 

Violeta estaba siendo arrastrada por Fred.

—Claro— le dijo con una gran sonrisa— las estaré esperando.

Se despidieron por última vez con la mano, deseando volver a verse. Lo cual sería muy pronto.

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