Charlie Weasley

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Me dolía todo el cuerpo, me costaba respirar. Miré el cielo fijamente, las estrellas me encantaban, poco a poco todo se volvía cada vez más borroso hasta que todo se volvió completamente negro.

Cuando abrí los ojos me sentía muy desubicada, sin embargo aunque ya no me dolía tanto el cuerpo aún quedaba una pequeña punzada, pero un alivio enorme me recorría.

No reconocía el lugar donde me encontraba, en realidad, cuando me atacaron, sólo hice una aparición pero no recuerdo a dónde.

Ya era de día, pues unos rayos de sol estaban sobre mi brazo. Intenté despejar mi mente pero me costaba mucho trabajo, era como si mis recuerdos los hubiera perdido.

─Estás despierta─ dijo una agradable voz de mujer.

Mire en dirección de donde venía aquella voz, era una mujer bajita pero rechoncha, su mirada era muy agradable, su cabellera pelirroja resaltaba mucho.

─¿Dónde estoy?─ pregunté, tenía la garganta muy seca. Intenté incorporarme pero un intenso dolor me inundó.

─Tranquila querida, ayer te encontraron mis hijos en el patio delantero de nuestra casa, estabas muy herida e hice lo posible para sanarte, era imposible llevarte a San Mungo en esas condiciones.

─Gracias…

─Mi nombre es Molly Weasley, ¿tú cómo te llamas?

Lo pensé por un momento. Miré todo a mi alrededor.

─Me llamo Erin, Erin Renard.

Dejé de ver a la mujer y me volví a recostar. Me sentía muy cansada y aturdida.

─Te traje algo de comer. Dejaré la charola por aquí, si necesitas algo, puedes llamar.

─Gracias, Molly.

La mujer se fue, y yo me quedé acostada un par de minutos más. Me decidí a ponerme de pie, y lo logré después de soltar algunos gruñidos.

Tenía casi todo el cuerpo vendado, la buena noticia es que no había sangre.

Miré mi ropa sobre un mueble, fui por ella y comencé a vestirme.
Un pantalón ajustado negro, una blusa a rayas negro y gris, una túnica negra y unas botas. Me puse mis guantes sin dedos y amarré mi cabello. Comí lo que la señora Weasley había dejado para mi.

Sentía una punzada en todo mi cuerpo. Visualicé mi varita y la tome, la puse dentro de mi túnica.

Salí de la habitación y todo era muy raro, la casa era bastante agradable y acogedora. Bajé las escaleras hasta donde se escucharon unas voces.  

Con mi mano tomaba mi abdomen, pues aunque no había heridas superficiales, me dolía mucho.

La conversación que tenían dio por finalizada cuando notaron mi presencia. Todos me miraron con curiosidad. Y pude notar que todos los presentes eran pelirrojos, me dio mucha ternura por alguna razón.

─Erin, querida─ dijo la señora Weasley─ no debiste levantarte de la cama, aún estás muy débil y debes dejar que la poción haga efecto adecuadamente.

─Lo lamento, pero creo que debo irme.

Lo dije, pero no estaba segura de a dónde exactamente iría.

Sentí un mareo y que todo el piso se me movía, estaba por caer al suelo cuando alguien me tomó de los brazos impidiendo que cayera.

─¿Estás bien?─ preguntó el chico, asentí.

─Lo lamento… ─ fue lo único que dije, el chico me ayudó a sentarme en una de las sillas.

La señora Weasley se acercó y me miró de cerca, parecía un poco preocupada.

─Él es Charlie─ señaló al chico que me ayudó─ Y él es Bill, ellos te encontraron ayer.

─Gracias, mi nombre es Erin Renard.

Ambos chicos me sonrieron.

─Ellos son Fred y George, él es Percy, Ron, Ginny─ señaló a cada uno conforme los estaba nombrando─Y mi esposo, Arthur.

─Es un placer. Lamento las molestias que les estoy ocasionando.

─No es ninguna molestia─ dijo el señor Weasley─ Pero quisiera saber, ¿cómo terminaste en nuestro patio a la mitad de la noche y muy malherida?

─¡ARTHUR!─ Le reprochó la señora Weasley yo reí un poco.

─Esta bien─ dije─ No sé si debería decirlo, tal vez crean que estoy loca...─ baje la voz─ Pero estaba al sur, bastante lejos de aquí estaba explorando unas ruinas y… bueno… es una tontería, pero unos mortífagos me atacaron, eran seis, me ganaban por mucho. Logre derribar a cuatro, pero terminé muy mal, el porqué aparecí aquí, la verdad es que no estoy segura, no recuerdo haber estado aquí nunca.

Todos me miraron perplejos. Pensarán que soy una loca al mencionar a los mortífagos.

─¿Mortífagos?─ preguntó Charlie. Asentí.

Nadie dijo nada, el ambiente se había vuelto muy tenso.

─¿Quién tiene hambre?─ dijo la señora Weasley muy animada.

Todos comenzaron a hablar felices y me sentí aliviada. A las cinco de la tarde, algunos de los Weasley se fueron por un chico llamado Harry Potter y una chica llamada Hermione Granger había llegado.

Yo estaba en el patio  delantero, de pie mirando el agradable paisaje. No podía hacer una aparición pues aún estaba muy débil y algo me podría ocurrir, como perder una extremidad por ejemplo.

─Es lindo, ¿cierto?─ dijo alguien a mis espaldas, sonreí.

─Mucho, yo siempre estoy viajando así que no sé lo que es tener algo así… una familia.

─¿De verdad no me recuerdas?

Miré a Charlie y negué.

─Perdón pero creo que es la primera vez que te veo.

Él negó.

─Nos conocimos en rumania, hace varios años… supongo que llegaste aquí porque te mostré fotos de mi hogar, te hablé de mis dragones en rumania.

Lo miré fijamente, intentando recordar algo, pero simplemente su rostro no me parecía familiar.

─Lo lamento, pero no te recuerdo─ dije muy apenada. Este chico parecía muy agradable y lamentaba no recordarlo.

Este iba a ser un fanfic, pero me dio mucha pereza seguirlo :) en fin.

Creo que puedo hacer una  segunda parte, ¿les gustaría?

One shots ⇝ Harry Potter ✔Where stories live. Discover now