LIBRO 2 - CAPÍTULO 17

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CAPÍTULO 17: REGRESO

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—Akemi...

—Cállate.

Shisui sonrió nerviosamente, apretando los dedos sobre el volante.

—Vamos, pequeña, no he hecho nada malo.

Se cruzó de brazos sobre el cinturón de seguridad, fijando su vista en la ventana del auto.

—Sólo conduce, Shisui.

Pero en vez de hacer lo que le pidió, se bajó, cerrando la puerta con fuerza. Lo miró recostarse del capó, indignada. No podía creer que se hubiera molestado, ella era la única que tenía derecho de hacerlo. Una mujer estaba descaradamente coqueteando con Shisui.

Habían salido juntos a comprar los víveres que hacían falta en casa y todo iba bien, por lo menos hasta que se separaron para así ahorrar tiempo, ya que el abuelo Zen tenía que asistir a una reunión con sus amigos. Pero en cuanto Akemi notó que él no llegaba a la posición acordada, se fue a buscarlo. Lo encontró hablando con una bonita mujer que no dejaba de observarlo embelesada con los ojos brillantes. Shisui ni siquiera parecía notarlo o le daba igual, señalaba distintas zonas del súper, quizás dándole indicaciones.

—¿Y dónde puedo encontrar los lácteos?—Preguntó ésta, batiendo sus pestañas.

—Ah...—Éste se llevó una mano a la nuca, sin saber qué contestar. Él no acostumbraba a visitar ese enorme súper, así que no sabía donde se encontraba—. Lo siento, no lo sé. Deberías pedirle ayuda a un empleado, te ayudarán mejor que yo.

—¿Y si me acompañas?—La mujer hizo un ligero puchero, dando un paso hacia adelante y levantando una mano. Parecía tener intenciones de tocarle.

Eso sí que no.

Frunció el ceño, sintiendo su sangre calentarse. No podía dejarlo ni un minuto solo porque ya había mujeres a su alrededor, desventajas de tener a alguien tan guapo como su prometido. No era la primera vez que una se le acercaba, pero sí que intentaba tocarlo. Se acercó con rapidez, empujando el carrito entre ambos para separarlos.

—Los lácteos puedes encontrarlos de aquel lado, lo cual sabrías si te concentraras en buscar en vez de coquetearle a mi esposo—le dijo a ella, mirándola fríamente a los ojos.

Ésta la miró, luciendo sorprendida y nerviosa. Dio un paso hacia atrás, tragando saliva. Por lo menos parecía avergonzada. Ella ya sabía de su relación, los había visto entrar juntos y tomarse de la mano. Sin embargo, se había aprovechado del tiempo separados para actuar.

—¡G-gracias!—Fue lo único que dijo antes de salir huyendo, escondiéndose entre los estantes.

—Le diste bastante miedo—señaló Shisui, divertido.

Le dirigió una mirada de reojo, antes de girarse y empujar el carrito en dirección a la caja.

—¿Eh? ¿Akemi? ¿Qué pasa?

Desde entonces se había negado a hablarle, pero ahora Shisui estaba recostado del capó con la vista fijada en la pantalla de su teléfono. Se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta, para ir que hablar. Se mordió el labio, quizás había exagerado con su reacción. Confiaba en él, por supuesto, simplemente no podía evitar sentir celos. Era inevitable.

—Lo siento—se disculpó, colocándose a su lado.

Él suspiró, bajando el teléfono para verla.

—¿Por qué te molestaste, Akemi? Solo la estaba ayudando.

—Ella estaba coqueteándote descaradamente—murmuró, acercándose para recostarse de su brazo—. No me gustó.

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⏰ Last updated: Aug 16, 2020 ⏰

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